Evaluación estructural y funcional

Progresión durante 5 años de pacientes con glaucoma

Evaluación mediante tomografía de coherencia óptica de dominio espectral comparada con campo visual, para detectar la progresión de todo el espectro de glaucoma.

Autor/a: Natasha Gautam Seth, Sushmita Kaushik, Savleen Kaur y colaboradores

Fuente: Br J Ophthalmol 2017;0:1–6.

Indice
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2. Referencias bibliográficas
Texto principal:

Glaucoma es la segunda causa de ceguera prevenible en el mundo, con 20% de los pacientes que avanzaron hasta la ceguera en al menos un ojo, durante los últimos 20 años. Algunos pacientes pierden la visión con una presión intraocular (PIO) que otros pacientes podrían tolerar sin una progresión significativa. Por lo tanto es imperativo monitorear el estado del glaucoma y reajustar la PIO deseada, aún si los niveles de PIO se encuentran dentro de los límites aceptables.

Normalmente, el glaucoma se controla avaluando periódicamente el campo visual mediante perimetría automatizada estándar, pero se trata de una prueba subjetiva sujeta a fluctuaciones a corto y largo plazo. Asimismo, muchos pacientes pueden presentar cambios estructurales progresivos a pesar de la falta de cambios detectable en la perimetría automatizada.

Algunos estudios han informado que es útil analizar los cambios en la cabeza del nervio óptico o la capa de fibras nerviosas retiniana a lo largo del tiempo, utilizando oftalmoscopio laser confocal o tomografía de coherencia óptica, respectivamente.

Se ha informado que hay poca coincidencia entre los resultados del campo visual y los de la capa de fibra nerviosa retiniana. Las pruebas estructurales podrían ser mejores para detectar la progresión al inicio del daño, mientras que las pruebas estructurales dan mejor resultado en los últimos estadíos de la patología.

Se intentó determinar si la tomografía de coherencia óptica de dominio espectral es confiable para detectar progresión en los pacientes.

Pacientes y métodos:

En el presente estudio se inscribieron pacientes adultos con glaucoma, con espesor de la capa de fibras nerviosas retiniana en la TCO DE y pruebas de campo visual confiables medidos con Analizador de Campo Hamphrey, en línea de base, antes de marzo de 2010.

Se comparó la progresión funcional y estructural durante 5 años, utilizando análisis de progresión de glaucoma e índice de campo visual de analizador de campo Hamphrey y análisis guiado de progresión en tomografía de coherencia óptica de dominio espectral, respectivamente.

Aunque los estudios han demostrado una buena correlación entre la sensibilidad global del campo visual y el espesor de la capa de fibras nerviosas retiniana, las pruebas estructurales y funcionales no presentan resultados claros para la progresión.

En el presente estudio encontramos poca coincidencia entre las herramientas funcionales y estructurales que miden la progresión. El seguimiento medio del presente estudio fue de 6.6 años. Kuang et al demostraron que 35% de los pacientes con probable glaucoma presentaban un espesor de la capa de fibras nerviosas retiniana cuatro años antes de desarrollar pérdida de campo visual.

Entre los pacientes con probable glaucoma de este estudio, muchos progresaron a glaucoma antes en la TCO que en el campo visual. Los pacientes con glaucoma en cambio progresaron de manera similar en la TCO DE y el campo visual. Shin et al observaron en su investigación que la TCO no sirve para detectar progresión en ojos con glaucoma avanzado.

Observamos porcentajes más rápidos de pérdida de la capa de fibras nerviosas retiniana en pacientes con probable glaucoma que progresaron según la OCT. El deterioro de la capa de fibras nerviosas retiniana fue mayor en los pacientes con probable glaucoma que en los ya diagnosticados, lo que muestra un mayor deterioro en los que presentaron una capa de fibras nerviosas retiniana más gruesa en línea de base.

El presente estudio agrega a las numerosas pruebas que la capacidad de detectar la progresión del glaucoma mediante campo visual y TCO DE depende de la etapa de la enfermedad en que se encuentre cada paciente. Es importante comprender mejor la relación entre estructura y función ya que esto permite a los profesionales determinar que método utilizar para controlar al paciente de acuerdo a la etapa de la enfermedad.

El presente estudio, es el primero, a nuestro entender, que intentó cuantificar la pérdida de capa de fibras nerviosas retiniana en términos de proporción de pérdida desde línea de base y no en valores absolutos. Fue interesante observar que la proporción de deterioro fue similar en los sospechosos de glaucoma y en los pacientes. Los presentes resultados sirven para guiar a los profesionales sobre la utilidad de las pruebas para detectar cambios a través del tiempo.

Conclusiones:

Los cambios estructurales podrían ser más útiles para detectar la progresión en pacientes con probable glaucoma, mientras que los cambios funcionales son mejor indicador a medida que la patología avanza. El porcentaje de cambio del espesor de la capa de fibras nerviosas retiniana desde la línea de base fue un mejor indicador que el cambio establecido en valores absolutos.

Resumen y comentario objetivo: Dr. Martín Mocorrea