Introducción |
La hipertensión arterial sistémica afecta a alrededor de mil millones de personas en todo el mundo. Se ha demostrado que la presión arterial alta (PA) es un factor de riesgo de accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca congestiva, infarto de miocardio, enfermedad vascular periférica y enfermedad renal en etapa terminal.
La Organización Mundial de la Salud destacó la importancia de la PA como factor de riesgo, que identificó la hipertensión arterial sistémica como una de las causas más importantes de morbilidad y mortalidad prematura en los países desarrollados y en desarrollo.
En contraste, la buena condición física y la práctica frecuente de ejercicio físico contribuyen al manejo de esta condición. La baja aptitud aeróbica constituye un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, incluso para individuos hipertensos, y una mayor aptitud aeróbica disminuye la mortalidad y la morbilidad cardiovascular.
De hecho, investigaciones anteriores han encontrado que el ejercicio aeróbico puede reducir los valores de presión arterial sistólica (PAS) y presión arterial diastólica (PAD) en un 3.9% y 4.5%, respectivamente, mientras que los ejercicios de fuerza reducen la PAS y la DPB en un 2% y 4%, respectivamente.
Los estudios epidemiológicos indican que la actividad física más intensa se asocia con una disminución de la presión arterial, aunque sus efectos pueden cambiar, dependiendo de las diferentes modalidades y parámetros de dosis, específicamente la duración, frecuencia y carga de trabajo o intensidad del programa y la sesión.
Por lo tanto, las investigaciones sobre el modo, la intensidad, la frecuencia y la duración de las sesiones deben llevarse a cabo y contribuir a una mejora en la eficacia de la actividad física.
Propósito de la revisión |
El objetivo de este metanálisis es comparar los efectos del entrenamiento continuo de intensidad moderada (MICT) y el entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT) sobre la presión arterial de individuos hipertensos.
Hallazgos recientes
Los programas de entrenamiento aeróbico continuo tienen éxito en la promoción de la salud y son efectivos en la modulación de la presión arterial sistólica (PAS) y la presión arterial diastólica (PAD). Sin embargo, HIIT parece ser superior a MICT para mejorar la aptitud cardiorrespiratoria.
Resultados |
Se realizaron búsquedas en PubMed, ScienceDirect y Google Scholar en ensayos clínicos aleatorios que compararon los efectos crónicos de HIIT y MICT sobre la PA en sujetos hipertensos.
Se analizaron los cambios previos y posteriores a la intervención en la absorción máxima de oxígeno (VO2máx) entre MICT y HIIT. Ambas intervenciones presentaron diferencias significativas en la PAS (MICT: diferencia de medias (DM), 3.7 mm Hg [IC 95% = 2.57, 4.82], p <0.00001; y HIIT: DM, 5.64 mm Hg [IC 95% = 1.69, 9.52], p = 0.005) y en DBP (MICT: MD, 2.41 mm Hg [IC 95% = 1.09, 3.72], p = 0.0003; y HIIT: MD, 4.8 mm Hg [IC 95% = 2.9, 6.7], p <0.00001) en comparación con el grupo de control.
No se encontraron diferencias en los valores de PAS (DM, 1,13 mm Hg [IC 95% = - 0,01, 2,27], p = 0,05); sin embargo, se encontraron diferencias entre los grupos en DBP (DM, 1.63 mm Hg [IC 95% = 0.83, 2.44], p = 0.0001).
En el resultado secundario, ambas intervenciones aumentaron el VO2máx en comparación con los grupos de control (MICT: MD, 1.30 ml / kg / min [IC 95% = 0.92, 1.68], p <0.00001; y HIIT: MD, 4.90 ml / kg / min [IC 95% = 3.77, 6.04], p <0.00001), y HIIT promovió una mejoría mayor que MICT (DM, 2.52 ml / kg / min [IC 95% = 1.90, 3.13], p <0.0001).
Discusión |
El objetivo principal del presente estudio fue investigar los efectos del entrenamiento aeróbico sobre la presión arterial en personas con hipertensión, que afecta a aproximadamente el 14% de la población mundial y representa el 18% de todas las muertes en el mundo.
Los principales hallazgos fueron que (i) los grupos MICT y HIIT promovieron reducciones significativas en PAS y DBP en comparación con los grupos de control; (ii) no se encontraron diferencias significativas en la reducción de PAS entre los grupos MICT y HIIT; (iii) HIIT reduce DBP a una magnitud mayor que MICT; y (iv) HIIT promovió una mejoría mayor de VO2max que MICT. Ambas intervenciones promovieron mayores aumentos de VO2max en relación con los grupos de control.
Los mecanismos que guían las reducciones de la presión arterial después del entrenamiento están relacionados con factores hemodinámicos y neurales. Específicamente, la actividad física crónica reduce la actividad simpática, aumenta el tono vagal y promueve la reducción de la resistencia vascular periférica después del esfuerzo.
Las personas con entrenamiento físico presentan adaptaciones a los efectos crónicos del ejercicio, como el aumento del VO2máx, el crecimiento muscular, el crecimiento ventricular izquierdo fisiológico y una FC relativamente baja en reposo. En contraste, las personas con hipertensión pueden tener limitaciones que restringen la práctica de actividad física debido a la obesidad o un estilo de vida sedentario.
En este sentido, es importante que se haya enfatizado la prevención primaria para individuos con alto riesgo de hipertensión arterial esencial, teniendo en cuenta que las anomalías hemodinámicas, metabólicas y hormonales, así como las concentraciones de biomarcadores, pueden desempeñar papeles clave en el desarrollo de la hipertensión.
Sobre la PAS, los estudios presentados en este metanálisis observaron reducciones post-intervención apoyadas por Huang et al. quienes informaron una reducción del 3.9% en la PAS después de la intervención al realizar entrenamiento aeróbico.
En una comparación de la reducción de la PAS, las investigaciones anteriores han demostrado que no hay diferencia entre los resultados en los grupos de intervención MICT y HIIT, lo que corrobora los resultados del presente estudio.
De lo contrario, la directriz propuesta por Whelton et al. indica que la PAS puede reducirse de 5 a 8 mmHg al practicar 90 a 150 min / semana de actividad física al 65-75% de la reserva de FC. Además, se informaron previamente diferencias significativas de 3.84 mm Hg y de 2.54 mm Hg en relación con los grupos de control, de acuerdo con las disminuciones de magnitud encontradas en nuestro metanálisis con HIIT.
Además, se observa que la disminución de solo 5 mm Hg en la PAS puede reducir el riesgo de mortalidad por accidente cerebrovascular en un 14% y por enfermedad coronaria en un 9%.
Conclusión
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