Conductual, semántica o motora

Variantes de las demencias frontotemporales

La demencia frontotemporal es una enfermedad progresiva y neurodegenerativa. El cuadro puede incluir diferentes subtipos según la afectación predominante sea conductual, semántica o motora

Autor/a: Finger E

Fuente: Continuum 22(2):464-489, Abr 2016

Introducción y objetivos

La demencia frontotemporal (DFT) es una enfermedad progresiva y neurodegenerativa que puede aparecer entre los 30 y los 90 años, aunque la prevalencia es mayor en individuos de 45 a 64 años.

El cuadro puede incluir diferentes subtipos según la afectación predominante sea conductual, semántica o motora. Los síntomas varían de acuerdo con la región cerebral afectada. El subtipo conductual es el más frecuente.

La DFT se presenta en igual medida en hombres y mujeres. Es la segunda causa más frecuente de demencia degenerativa de comienzo temprano, luego de la enfermedad de Alzheimer. Es posible que los datos existentes sobre la prevalencia de la DFT se correspondan con una subestimación debido a la falta de reconocimiento y diagnóstico adecuado.

El presente estudio se llevó a cabo con el objetivo de evaluar las características conductuales y cognitivas de la DFT y los trastornos relacionados con ésta. Asimismo, se evaluaron las características clínicas, genéticas y patológicas de los subtipos más frecuentes de la enfermedad.

Variante conductual de la DFT

La DFT variante conductual se caracteriza por la aparición gradual y progresiva de cambios conductuales.

Los síntomas observados incluyen la desinhibición, la falta de empatía, la apatía, la hiperoralidad, las perseveraciones y las compulsiones.

El diagnóstico de DFT variante conductual se define como posible en ausencia de anormalidades ante la exploración mediante neuroimágenes. En cambio, los pacientes que presentan síntomas asociados con atrofia, hipometabolismo o hipoperfusión frontal o temporal reciben el diagnóstico de DFT variante conductual probable.

El cuadro clínico de desinhibición puede ser heterogéneo y manifestarse en el área interpersonal, sexual y vinculada con los impulsos, entre otras. La apatía se manifiesta como la pérdida de interés tanto en el ámbito social como no social.

Algunos pacientes presentan conductas repetitivas simples o complejas, en tanto que en otros casos se observa hiperoralidad, es decir, la ingesta excesiva de productos alimenticios o no aptos para el consumo.

Otros cuadros incluyen el inicio del tabaquismo, el consumo de alcohol y otras sustancias y los síntomas psicóticos como las alucinaciones y los delirios. Los síntomas conductuales mencionados pueden observarse mediante el examen clínico.

La evaluación neuropsicológica arroja un déficit del funcionamiento ejecutivo, mnésico y visuoespacial. La evaluación de la cognición social puede arrojar un déficit, al igual que la aplicación de pruebas neurocognitivas.

El diagnóstico por imágenes aplicado a los pacientes con DFT variante conductual indica atrofia o hipometabolismo derechos a nivel del lóbulo frontal, temporal o ambos. El compromiso frontal puede ser bilateral.

La atrofia frontal del hemisferio dominante se asocia con una afectación del lenguaje. Además, la atrofia de otras regiones cerebrales guarda relación con el tipo de mutación. La observación de hipometabolismo temporal derecho o frontal derecho o bilateral ante la evaluación mediante tomografía por emisión de positrones con fluorodesoxiglucosa (TEP-FDG) también indica DFT.

La distinción entre la DFT y la enfermedad de Alzheimer puede efectuarse mediante la observación de hipoperfusión temporal frontal o anterior combinada con preservación parietal ante la aplicación de tomografía computada por emisión de fotón único (SPECT).

Asimismo, dicho patrón hipometabólico se observa mediante FDG-PET y permite distinguir la DFT de la enfermedad de Alzheimer con una precisión del 90%. De todos modos, la confirmación del diagnóstico de los pacientes con DFT variante conductual no es simple. Durante los primeros estadios de la enfermedad, los síntomas son insidiosos y la información aportada por los cuidadores resulta determinante.

Variante semántica de la DFT

La afasia primaria progresiva es el cuadro característico de la DFT variante semántica y se asocia con la atrofia del polo temporal anterior en el hemisferio dominante.

El cuadro clínico se caracteriza por anomia, déficit de comprensión de palabras y discurso vacío, entre otros síntomas.

Esto genera un déficit en la capacidad para conversar. Además, se observan otros síntomas como los trastornos conductuales que se deben al compromiso del lóbulo temporal.

La progresión de la enfermedad puede acompañarse por agnosia visual y prosopagnosia. La evaluación neuropsicológica de los pacientes con DFT variante semántica permite observar un déficit de comprensión de palabras aisladas, uso frecuente de palabras de relleno y déficit de asociación de palabras.

Además, puede observarse un trastorno de la memoria episódica. El examen neurológico muestra un lenguaje vacío, tangencial o reiterativo. Las neuroimágenes revelan atrofia del polo temporal anterior en el hemisferio dominante, aunque con la progresión del cuadro clínico se observa atrofia bilateral.

La afasia primaria progresiva no fluente variante agramatical se caracteriza por el deterioro del discurso, el cual se torna dubitativo, incluye errores gramaticales, omisión de palabras, errores de concordancia entre el verbo y el sujeto y apraxia progresiva.

En general, la comprensión se encuentra preservada en una primera instancia. Los pacientes también pueden presentar síntomas conductuales. El diagnóstico por imágenes indica atrofia del lóbulo frontal inferior en el hemisferio dominante.

Parálisis supranuclear progresiva

La parálisis supranuclear progresiva (PSP) es un cuadro relacionado con la DFT. Se caracteriza por la afectación frontal y su fisiopatología involucra a la proteína tau.

El cuadro clínico incluye cambios conductuales o un déficit progresivo del lenguaje, inestabilidad postural, trastornos de la marcha, apatía, desinhibición, ansiedad, disforia y conducta estereotipada o repetitiva. También puede observarse apraxia del lenguaje y afasia progresiva no fluente.

El examen clínico puede indicar la presencia de un síndrome de Richardson, rigidez axial, trastornos de la marcha, disartria, apatía, depresión y enlentecimiento del lenguaje.

La progresión de la enfermedad se asocia con oftalmoplejía, parkinsonismo, distonía, apraxia, parálisis pseudobulbar y signos de liberación frontal.

La evaluación neuropsicológica indica un déficit cognitivo, ejecutivo y verbal. La comprensión y la memoria generalmente son normales. Las neuroimágenes revelan atrofia mesencefálica e hipometabolismo a nivel frontal, mesencefálico, talámico y del caudado.

Degeneración corticobasal

La degeneración corticobasal (DCB) es un cuadro progresivo que afecta las cortezas frontal y parietal y los ganglios basales y se vincula con un trastorno de la proteína tau. No obstante, el síndrome corticobasal puede observarse en presencia de otras neuropatologías, incluida la DFT.

El cuadro clínico incluye apraxia, síndrome de mano ajena, déficit frontal y síntomas extrapiramidales.

Al inicio del trastorno pueden observarse trastornos conductuales característicos de la DFT variante conductual, trastornos ejecutivos y trastornos del lenguaje característicos de la afectación frontal, principalmente apraxia o afasia no fluente.

Las características mencionadas se observan mediante el examen clínico y neuropsicológico. El diagnóstico por imágenes revela atrofia frontal y parietal asimétrica, aunque no existen hallazgos específicos.

Diagnóstico, tratamiento y pronóstico

Los pacientes que reciben el diagnóstico de DFT tienen una supervivencia de 7 a 10 años, aunque ésta varía según el cuadro clínico.

La muerte generalmente se debe a complicaciones de las caídas o a la neumonía.

Hasta el 60% de los casos de DFT son esporádicos, en tanto que los factores de riesgo pueden ser ambientales, como el antecedente de traumatismo craneoencefálico, y genéticos.

En este último caso, puede observarse un patrón de herencia autosómica dominante. Las mutaciones relacionadas con la DFT fueron halladas en los genes GRN, C9ORF72 y MAPT, aunque también se observaron mutaciones menos frecuentes en otros genes.

La mayoría de los casos de DFT se asocian con la acumulación anormal de las proteínas tau o TDP-43. El análisis de biomarcadores en el líquido cefalorraquídeo puede ser útil con el fin de diferenciar a los pacientes con DFT de los pacientes con EA.

No obstante, no se cuenta con biomarcadores fiables y validados. La disminución del nivel de amiloide beta 42 y el aumento del nivel de proteína tau fosforilada y no fosforilada es de utilidad para hacer dicha distinción.

De todos modos, el diagnóstico de DFT debe efectuarse mediante el análisis de los antecedentes clínicos, con la colaboración de un informante. En este sentido, puede ser útil la aplicación del Frontal Behavioral Inventory o de la Frontotemporal Dementia Rating Scale. El diagnóstico por imágenes no resulta concluyente, pero puede ser de utilidad.

En la actualidad no se cuenta con tratamientos específicos para los pacientes con DFT. En consecuencia, el abordaje incluye la educación, las medidas de apoyo y la evaluación periódica para adecuar las estrategias. Se recomienda emplear abordajes destinados a optimizar la comunicación, la deglución, la marcha y el equilibrio. Los grupos de apoyo pueden resultar beneficiosos.

El tratamiento farmacológico es sintomático y generalmente tiene lugar con el objetivo de modificar la conducta inapropiada.

Las drogas empleadas incluyes los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, los antipsicóticos y la combinación de carbidopa y levodopa. Es necesario contar con estudios que permitan identificar tratamientos más específicos.

Conclusión
  • La DFT es un cuadro que puede diagnosticarse sobre la base del examen clínico y efectuado mediante neuroimágenes.
     
  • También puede considerarse el asesoramiento genético, ya que la heredabilidad de la DFT es elevada.
     
  • En la actualidad se investiga el uso de biomarcadores, herramientas para el diagnóstico molecular y tratamientos que permitan aplicar un abordaje más específico para los pacientes con DFT.

 SIIC- Sociedad Iberoamericana de Información Científica