Tomar alguna de las varias clases de ansiolíticos no aumenta el riesgo de las personas mayores de sufrir demencia, según un estudio reciente.
Pero los expertos señalan que estos medicamentos (llamados colectivamente benzodiacepinas) pueden tener otros efectos secundarios y deberían seguir tomándose con precaución.
Tal y como explicaron los autores del estudio, algunas investigaciones previas han sugerido que el uso de estos medicamentos podría estar asociado con un aumento del riesgo de demencia. Pero otros hallazgos se contradicen con ese.
Para observar el asunto con mayor profundidad, un equipo dirigido por Shelly Gray, profesora de farmacia en la Universidad de Washington, en Seattle, estudió a más de 3,400 personas de a partir de 65 años de edad. Ninguna de ellas tenía demencia al principio del estudio.
Se evaluó el uso de benzodiacepinas por parte de cada paciente, y se les dio seguimiento durante un promedio de 7 años.
Durante ese periodo, el 23 por ciento de los pacientes desarrollaron la enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia, reportó el grupo de Gray en la edición del 2 de febrero de la revista BMJ.
Los que tomaban más benzodiacepinas no tenían un riesgo más alto que los demás pacientes de sufrir demencia o un deterioro mental, según el estudio.
"En general, nuestros resultados no respaldan una asociación causal entre tomar benzodiacepinas y la demencia", escribieron Gray y sus colaboradores.
Pero una experta cree que este último estudio no zanja definitivamente la discusión sobre este tema.
La Dra. Gisele Wolf-Klein, directora de educación geriátrica del Northwell Health en New Hyde Park, Nueva York, indicó que los autores del estudio no basaron la identificación del Alzheimer en los pacientes en el "estándar de excelencia": un examen neurológico integral. Esto introduce "una duda sobre la fuerza clínica de sus datos", dijo Wolf-Klein.
Y tanto ella como los autores del estudio se mostraron de acuerdo en que las benzodiacepinas pueden tener otros efectos secundarios para los pacientes de edad avanzada.
"Los profesionales clínicos deben estar más vigilantes que nunca en la selección de las benzodiacepinas que recetan a las personas mayores, sobre todo porque se han detectado de forma indiscutible algunos efectos a corto plazo, como las caídas y un mayor estado de confusión", señaló.
El equipo de Gray añadió que "se sigue aconsejando a los profesionales de atención sanitaria que eviten las benzodiacepinas en los adultos mayores a fin de prevenir que se produzcan unos resultados adversos importantes para la salud, el síndrome de abstinencia y la dependencia".
FUENTES: Gisele Wolf-Klein, M.D., director, geriatric education, Northwell Health, New Hyde Park, N.Y.; BMJ