Síndrome de dolor patelofemoral

Dolor crónico de rodilla: buenos resultados con una toxina botulínica

Los investigadores británicos usaron Dysport para conseguir un alivio a largo plazo para este problema típico en las personas físicamente activas

Autor/a: Robert Preidt

Fuente: MedlinePlus

Una inyección parecida al toxina botulínica, junto con la fisioterapia, podría aliviar un tipo de dolor de rodilla que es habitual en los corredores, los ciclistas y otras personas activas, según un estudio reciente.

La afección, llamada síndrome de dolor patelofemoral (SDPF), afecta a más de una de cada 8 personas que hacen ejercicio regularmente, explicó el equipo de investigación británico. La afección provoca dolor en la parte frontal y lateral de la articulación de la rodilla, y puede ser difícil de curar, dicen los expertos.

"El dolor de rodilla en los corredores y los ciclistas a menudo es difícil de tratar", dijo el Dr. Víctor Khabie, jefe de medicina deportiva del Hospital de Northern Westchester en Mount Kisco, Nueva York. "La mayoría responderá a la terapia tradicional, pero algunos seguirán sintiendo dolor".

Según los autores del estudio, las investigaciones anteriores han mostrado que el 80 por ciento de las personas con el SDPF siguen presentando síntomas después de someterse al tratamiento convencional, y el 74 por ciento tienen niveles de actividad reducida. Los métodos actuales de tratamiento incluyen la fisioterapia, los medicamentos antiinflamatorios y las inyecciones de esteroides. Si estas terapias no funcionan, los pacientes podrían optar por la cirugía, según los investigadores.

El nuevo estudio fue dirigido por investigadores del Colegio Imperial de Londres y contó con 45 pacientes. Cada uno de ellos recibió una inyección de un tipo de toxina botulínica conocida como Dysport a fin de relajar un músculo de la parte frontal y externa de la cadera, seguida de sesiones de fisioterapia.

Se actuó sobre la cadera porque, en investigaciones previas, los investigadores habían observado que las personas con el SDPF tendían a usar en exceso este músculo particular de la cadera, en lugar de usar los músculos glúteos de las nalgas.

Según los investigadores, dos terceras partes (el 69 por ciento) de los pacientes no requirieron de más tratamientos y habían dejado de sentir dolor cuando se les evaluó 5 años después de la inyección en el músculo de la cadera.

"Puede ser increíblemente frustrante quedarse sin opciones de tratamiento para los pacientes de esta afección dolorosa", dijo la coautora del estudio, Jo Stephen, fisioterapeuta en el Colegio Imperial de Londres y la Clínica Fortius.

En un comunicado de prensa del Colegio, dijo que "muchos deportistas que participaron en este estudio habían agotado todas las demás opciones de tratamiento y este era su último recurso. Estamos muy emocionados de que nuestro enfoque esté mostrando unos resultados positivos para los pacientes, lo que podría tener implicaciones para las personas activas en todo el mundo".

Khabie se mostró de acuerdo. "Se trata de un hallazgo muy importante, porque en el pasado la cirugía era la única opción alternativa [para estos pacientes] ", dijo.

La inyección de Dysport "relaja una unidad de músculo y tendón muy tensa en la parte externa de la pierna, que con frecuencia está muy tensa en los corredores y los ciclistas", explicó Khabie. "La fisioterapia tiene como objetivo relajar este músculo, pero cuando esta terapia no es suficiente, el estudio muestra que [las] inyecciones son una opción".

La Dra. Allyson Shrikande trabaja como fisiatra (especialista en rehabilitación) en el Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York. Cree que el uso de la inyección "ofrece una solución estupenda para ayudar a las personas en quienes la fisioterapia no ha funcionado".

Pero Shrikande también advirtió que la inyección de la toxina podría "propagarse" al tejido adyacente y por eso se debe determinar la "dosis óptima" para cada paciente.

El estudio fue financiado por la Clínica Fortius y el Hospital de Chelsea y Westminster de Londres.


FUENTES: Victor Khabie, M.D., chief, department of surgery, and chief of sports medicine, Northern Westchester Hospital, Mount Kisco, N.Y.; Allyson Shrikhande, M.D., physiatrist, Lenox Hill Hospital, New York City; Imperial College London