El reemplazo completo de rodilla normalmente resulta en un mayor alivio del dolor y un funcionamiento mejor de la articulación después de un año que el tratamiento no quirúrgico de la artritis, según unos investigadores.
Pero las personas de la generación de la postguerra no deberían descartar automáticamente la fisioterapia para la artritis de rodilla entre moderada y severa, dijeron los autores del nuevo estudio.
"Cada año se realizan casi 700,000 reemplazos de rodilla en Estados Unidos, pero ha habido una falta de evidencias de los beneficios que comporta", dijo el autor principal, Soren Thorgaard Skou, investigador de la unidad de función musculoesquelética y fisioterapia de la Universidad del Sur de Dinamarca, en Odense.
En 2010, el reemplazo de rodilla se ha vuelto el principal tipo de cirugía para pacientes hospitalizados realizada a personas de a partir de 45 años de edad en Estados Unidos, según los datos de la Encuesta nacional de alta hospitalaria de EE. UU. La edad promedio de los destinatarios era de 66 años.
Para realizar el estudio, el equipo de Skou asignó aleatoriamente a 100 pacientes con una artritis entre moderada y severa a un reemplazo completo de rodilla además de a 12 semanas de tratamiento no quirúrgico o solamente a un tratamiento no quirúrgico. A las personas del grupo no quirúrgico se les administró fisioterapia, consejería dietética, se les dieron unas plantillas para los zapatos y medicamentos para el dolor.
Un año después, el 85 por ciento de los pacientes a los que se realizó el reemplazo de la articulación reportaron una mejora clínicamente significativa con respecto al dolor, frente al 68 por ciento de los del grupo no quirúrgico, según el estudio. La calidad de vida también mejoró en el grupo del reemplazo de la articulación, y los pacientes a los que se realizó la cirugía observaron unas mejoras mayores en su capacidad de caminar, subir escaleras y realizar otras actividades cotidianas.
Pero los pacientes del grupo no quirúrgico tenían muchas menos probabilidades de sufrir complicaciones.
El Dr. Jeffrey Katz, profesor de cirugía ortopédica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard en Boston, y autor de un editorial acompañante de la revista, comentó que "nunca hemos tenido un ensayo controlado aleatorizado con anterioridad sobre el reemplazo de rodilla que permita una comparación directa del reemplazo de rodilla con la fisioterapia".
El estudio muestra que el reemplazo de rodilla es mucho mejor para el alivio del dolor, pero la fisioterapia a menudo es efectiva y debería verse como una opción viable, especialmente para aquellos a los que les preocupen los riesgos de la cirugía, dijo Katz.
Esos riesgos incluyen la posibilidad de sufrir coágulos sanguíneos en las piernas (trombosis venosa profunda) y rigidez de la rodilla que requiere la manipulación para la restauración del movimiento normal, dijeron los autores del estudio.
"Los pacientes pueden elegir", dijo Katz. "El reemplazo de rodilla es una de las intervenciones más exitosas de la medicina moderna, pero la fisioterapia también es una opción razonable para los pacientes".
Skou recomendó que se hablara sobre el procedimiento con el médico para determinar si vale la pena exponerse a los riesgos por los posibles beneficios.
Los pacientes pueden probar con las opciones no quirúrgicas, como la pérdida de peso y la fisioterapia, y ver entonces si es necesario un reemplazo de rodilla, dijo Skou.
"Muchos pacientes no necesitan la cirugía", añadió.
"Si puede posponer la primera operación quirúrgica, entonces quizá pueda evitar la segunda", comentó Skou.
Otro aspecto a tener en consideración: la cirugía es irreversible, mientras que los tratamientos no quirúrgicos dejan abierta la opción de la cirugía, indicó.
El estudio aparece en la edición del 22 de octubre de la revista New England Journal of Medicine.
FUENTES: Soren Thorgaard Skou, Ph.D., researcher, Unit for Musculoskeletal Function and Physiotherapy, University of Southern Denmark, Odense; Jeffrey Katz, M.D., professor, orthopedic surgery, Harvard Medical School, Boston, Mass.; Oct. 22, 2015, New England journal of Medicine