La artroscopia para aliviar el dolor crónico de rodillas en los pacientes de mediana edad y mayores solo es temporalmente efectiva y puede resultar nociva, sugiere un análisis reciente.
Unos investigadores que revisaron 18 estudios desaconsejaron el procedimiento para el dolor artrítico o la ruptura de menisco (el cartílago que absorbe los choques entre los huesos de la rodilla) en los adultos mayores.
"Encontramos que uno mejora independientemente de si se somete a tratamiento quirúrgico o no quirúrgico", dijo una de las investigadoras, Ewa Roos, profesora del departamento de ciencias del deporte y de biomecánica clínica de la Universidad del Sur de Dinamarca.
El Dr. David Teuscher, presidente de la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (American Academy of Orthopaedic Surgeons), se mostró de acuerdo en que para este tipo de dolor de rodilla, la artroscopia no ofrece beneficios. De hecho, los médicos de EE. UU. ya no usan este procedimiento para aliviar el dolor de rodilla, señaló.
"Lo investigamos hace unos 15 años, y nos dimos cuenta de que la artroscopia para la osteoartritis no tiene un efecto terapéutico a largo plazo", señaló Teuscher.
Solo se usa para extirpar un trozo de hueso que esté flotando en la articulación de la rodilla y restringiendo la función, comentó.
Para el procedimiento artroscópico, los cirujanos realizan unas pequeñas incisiones en la rodilla para insertar una cámara y herramientas quirúrgicas para extirpar o reparar el tejido dañado, según la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos. Cada año, se realizan unos 700,000 de estos procedimientos mínimamente invasivos en Estados Unidos en adultos de mediana edad o mayores que sufren de dolor persistente de rodilla, según los autores del estudio.
El análisis mostró que el procedimiento se vinculaba con un nivel bajo de alivio del dolor, y durante no más de seis meses. Además, la evidencia no reveló una mejora significativa en la función física.
Y aunque las complicaciones por la artroscopia de rodilla son raras, algunas personas desarrollan coágulos en las piernas y en los pulmones. "Cada año mueren personas tras este procedimiento", advirtió Roos.
El ejercicio es un mejor tratamiento para el dolor crónico de rodilla, encontró el estudio. "En los últimos 20 años, se han realizado más de 50 ensayos aleatorios, y ahora hay evidencias contundentes que muestran que el ejercicio es un tratamiento efectivo para el dolor de rodilla", dijo Roos.
El alivio del dolor que brinda el ejercicio es varias veces mayor que el de los analgésicos o la artroscopia, enfatizó Roos.
Los pacientes adoloridos con frecuencia deben consultar a un fisioterapeuta para comenzar, para obtener un programa personalizado de ejercicio y aprender cómo empezar a hacer ejercicio con el dolor, añadió.
"El dolor de rodilla... frecuentemente se calmará con el tiempo y la cantidad de sesiones de ejercicio", aseguró Roos.
El ejercicio podría incluso ser una mejor alternativa que el reemplazo de rodillas, planteó. Pero "el reemplazo total de rodilla es un tratamiento muy bueno cuando se realiza en el momento adecuado y en el paciente adecuado", dijo.
El informe aparece en la edición del 16 de junio de la revista BMJ.
El Dr. Andy Carr, profesor de cirugía ortopédica del Instituto de Ciencias Musculoesqueléticas de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, dijo que los ensayos muestran de forma constante que este procedimiento no es mejor que un procedimiento falso.
"Respaldar o justificar un procedimiento con el potencial de daños graves, aunque sean raros, es difícil cuando el procedimiento no ofrece a los pacientes más beneficios que un placebo", señaló Carr, autor de un editorial que acompaña al estudio en la revista.
Para el estudio, Roos y sus colaboradores compararon los beneficios y los daños de la artroscopia con otros tratamientos, como la cirugía placebo y el ejercicio.
Nueve de los 18 ensayos solo reportaron beneficios a corto plazo con la cirugía. La edad promedio de los pacientes de cada estudio iba de los 50 a los 63 años, y el tiempo de seguimiento fue de 3 a 24 meses.
Nueve estudios adicionales sobre los daños del procedimiento encontraron que los coágulos en la sangre (trombosis venosa profunda) eran la complicación más frecuente, aunque era poco común. Otras complicaciones incluían infección, coágulos sanguíneos en las arterias de los pulmones (embolismo pulmonar) y la muerte.
FUENTES: Ewa Roos, Ph.D., professor, Department of Sports Science and Clinical Biomechanics, University of Southern Denmark, Odense; Andy Carr, Ch.M., professor, orthopedic surgery and director, Botnar Research Centre, Oxford University Institute of Musculoskeletal Sciences, Oxford, England; David Teuscher, M.D., president, American Academy of Orthopaedic Surgeons http://www.bmj.com/content/350/bmj.h2747