Cánceres de colon, mama o próstata

Vinculan la aspirina en dosis baja con una mejor supervivencia al cáncer

Se observaron más probabilidades en los pacientes de tumores de colon, próstata o mama, pero la investigación no es definitiva

Fuente: MedlinePlus

Las personas con cánceres de colon, mama o próstata podrían tener más probabilidades de sobrevivir si toman aspirina en dosis baja, sugiere una nueva revisión de la investigación.

Los investigadores observaron 47 estudios anteriores, y hallaron que, en promedio, los pacientes de cáncer de colon que tomaban una aspirina al día tenían alrededor de una cuarta parte menos de probabilidades de morir de la enfermedad, en comparación con los que no la tomaban. Las tasas de mortalidad por los cánceres de próstata y mama también tendieron a ser más bajas entre los usuarios de aspirina, aunque la conexión fue más débil.

Pero los expertos enfatizaron que el estudio no prueba que la aspirina pueda ayudar a tratar los cánceres.

Los hallazgos, publicados en la edición del 20 de abril de la revista PLOS ONE, se basan sobre todo en estudios observacionales. Eso significa que los investigadores siguieron los resultados de pacientes de cáncer que por casualidad utilizaban aspirina en dosis baja y otros que no.

"Podría haber muchas diferencias entre ambos grupos de pacientes", dijo Eric Jacobs, un investigador de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society) que no participó en el estudio.

Dijo que, por ejemplo, las personas a veces tienen que evitar la aspirina cuando se someten a quimioterapia, y las perspectivas de los pacientes que toman esos medicamentos de quimioterapia podrían ser distintas que las de otros pacientes.

En otros casos, dijo Jacobs, las personas que han estado tomando aspirina para prevenir un ataque cardiaco podrían parar si les diagnostican un cáncer avanzado que tiene un pronóstico negativo.

Los estudios de la revisión intentaron tomar en cuenta las diferencias entre las personas que usaban aspirina y las que no. Pero los investigadores nunca pueden sopesar todas las variables, explicó Jacobs.

Así que los ensayos clínicos, en que los pacientes se asignan al azar a recibir o no un tratamiento, se consideran como una evidencia más firme. Y hay ensayos en curso para evaluar los efectos de usar aspirina durante el tratamiento del cáncer, según Jacobs.

"Debemos esperar los resultados de esos ensayos", dijo.

Dado que la aspirina es fácilmente accesible y barata, algunos pacientes de cáncer quizá no deseen esperar. Pero Jacobs señaló que la aspirina también conlleva riesgos, como hemorragias gastrointestinales, y podría interactuar con algunos medicamentos para el cáncer.

"Antes de usar aspirina, hable con su médico, que sabe qué medicamentos toma usted y conoce sus antecedentes médicos", aconsejó.

Tanto el médico de atención primaria como el oncólogo tienen importantes roles en esta decisión "crítica", enfatizó el Dr. Sumanta Kumar Pal, codirector del Programa de Cáncer del Riñón de City of Hope en Duarte, California.

El médico general puede ayudar a evaluar el riesgo de hemorragia, mientras que el oncólogo es esencial para "analizar la compleja literatura sobre la aspirina en un tipo específico de cáncer", dijo Pal, vocero de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (American Society of Clinical Oncology).

El Dr. Peter Elwood, investigador principal de la revisión, se mostró de acuerdo en que los pacientes de cáncer deben ser conscientes de los riesgos potenciales de la aspirina. Pero también enfatizó los beneficios potenciales, aunque la evidencia todavía no es definitiva.

"Creemos firmemente que los pacientes tienen el derecho de recibir las evidencias sobre los riesgos y los beneficios, y a que se les anime a tomar su propia decisión sobre la prevención y el tratamiento", planteó Elwood, profesor honorario de la Universidad de Cardiff, en Gales.

Hay evidencias firmes de que la aspirina en dosis baja (considerada por lo general como 81 miligramos) puede ayudar a prevenir ciertos tipos de cáncer, en particular el cáncer de colon.

De hecho, unas recomendaciones pendientes del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. señalan que ciertos adultos de entre 50 y 69 años de edad quizá deben considerar tomar una aspirina de dosis baja para reducir su riesgo de cáncer de colon.

No ha habido tanta investigación sobre el rol de la aspirina durante el tratamiento del cáncer, anotó Jacobs. Y hasta ahora, las evidencias han sido "mixtas", apuntó.

Y eso es lo que el equipo de Elwood encontró cuando reunió 47 estudios para su análisis. Algunos estudios hallaron que los usuarios de aspirina tienen más probabilidades de sobrevivir durante varios años, y otros no.

Pero cuando los investigadores combinaron los resultados de once estudios de pacientes con cáncer de colon, el uso de la aspirina se vinculó con una reducción del 24 por ciento en las probabilidades de morir de la enfermedad.

Los resultados fueron más flojos respecto a los cánceres de mama y próstata. Pero en general, los usuarios de aspirina tenían un riesgo entre un 11 y un 13 por ciento más bajo de morir de la enfermedad, según los investigadores.

Según Jacobs, es "biológicamente plausible" que la aspirina podría ayudar a tratar ciertos tipos de cáncer, basándose en la investigación en el laboratorio.

La aspirina inhibe unas células sanguíneas llamadas plaquetas, explicó, y hay evidencias de que unas "plaquetas activadas" pueden fomentar que algunos tumores crezcan y se propaguen.

Pero Jacobs enfatizó la necesidad de investigaciones definitivas antes de que se pueda recomendar a alguien que tome aspirina como tratamiento para el cáncer.

En ciertas personas, como las que tienen antecedentes de úlceras estomacales, "la aspirina podría hacer más mal que bien", advirtió.


FUENTES: Peter Elwood, M.D., DSc., honorary professor, Institute of Primary Care and Public Health, Cardiff University, Wales, U.K.; Eric Jacobs, Ph.D., strategic director, pharmacoepidemiology, American Cancer Society, Atlanta; Sumanta Kumar Pal, M.D., co-director, Kidney Cancer Program, City of Hope, Duarte, Calif., and spokesman, American Society of Clinical Oncology; PLOS ONE