Texto Principal: |
La trabeculectomia se utiliza desde 1953, como la cirugía por excelencia contra glaucoma, especialmente en casos en los que es necesario conseguir una PIO muy baja. En el presente estudio se trataron las últimas técnicas, su eficacia y porcentaje de complicaciones.
El uso de metabolito intraoperatorio es un punto fundamental para evitar la fibrosis postoperatoria. Las opciones utilizadas normalmente siguen siendo Mitomicina C (MMC) y fluorouracilo 5 (FU 5). En los últimos años se han intentado nuevos métodos de aplicación y se probaron otros agentes antifibróticos.
Actualmente se prefiere la inyección con Mitomicina C a la aplicación con esponjas. Los defensores de este método alegan que la inyección de MMC para la trabeculectomía es sencilla de aplicar, ahorra tiempo de cirugía, elimina complicaciones debidas al uso de esponjas, mejora la morfología de la ampolla y permite un mejor control de la cantidad de MMC administrada.
Otro método aprobado por la FDA es el implante de colágeno biodegradable, que se implanta sobre el colgajo escleral y está diseñado para promover la remodelación de tejido y evitar la formación de cicatrices antes de disolverse dentro de los 90 días.
Algunos cirujanos lo utilizan además de la MMC para limitar el riesgo de la ampolla avascular y mejorar la apariencia y morfología de la ampolla. Las principales desventajas de este método son su costo y la dificultad para visualizar la sutura a través del colágeno.
Asimismo se ha propuesto el uso de ranibizumab y bevacizumab como alternativa o además de la MMC durante trabeculectomia. El uso de dichos agentes anti FCEV no ha sido tan eficaz como la MMC al ser utilizados como único método, tampoco se han observado ventajas en los estudios que han investigado el uso de ambos agentes a la vez.
El uso de bevacizumab subconjuntival postoperatorio para tratar ampollas que fallan podría tener cierto beneficio para recuperar la ampolla, pero no existen aún protocolos para su aplicación.
Las complicaciones de la trabeculectomía que pueden causar pérdida de visión permanente son la blebitis, endoftalmitis asociada a la ampolla, efusión coroidal y hemorragia, además de hipotonía persistente.
Las nuevas técnicas quirúrgicas descriptas tienen el objetivo de evitar estas complicaciones y lo están haciendo exitosamente. A medida que se fue perfeccionando la técnica quirúrgica, en especial las que apuntan a lograr una ampolla más difusa, se ha ido reduciendo el porcentaje de complicaciones, específicamente las relacionadas con infecciones de la ampolla.
La hemorragia y en menor medida las efusiones coroidales son complicaciones que afectan la visión y que están relacionadas con la importante reducción de la PIO lograda por una trabeculectomía exitosa, no está claro cuánto ha cambiado con el tiempo el porcentaje de estas complicaciones.
A pesar de las mejoras de la técnica quirúrgica, continúa la tendencia a realizar cada vez menos trabeculectomías. Esto se debe a múltiples factores como los avances en la medicación, mayor numero de implantes de válvulas y desarrollo de procedimientos quirúrgicos menos invasivos.
Según las estadísticas demográficas la cantidad de pacientes con glaucoma seguirá en aumento, por lo cual es importante tener en claro la relación costo eficacia de los distintos tratamientos contra el glaucoma. Kaplan et al publicaron un análisis comparativo y llegaron a la conclusión de que trabeculectomia e implante de válvula son los más costo eficaces.
Conclusiones: |
La trabeculectomía sigue siendo un procedimiento eficaz para reducir la PIO, aunque puede tener complicaciones que afectan la visión. La técnica ha sufrido modificaciones que han incrementado su eficacia reduciendo complicaciones. La medicación, tratamiento láser y procedimientos menos invasivos seguirán creciendo, pero la trabeculectomía continúa siendo una técnica importante.
Resumen y comentario objetivo: Dr. Martín Mocorrea