Introducción |
La disfunción eréctil (DE) es una complicación frecuente en los pacientes con lesiones de la uretra posterior, cuya frecuencia es del 13% en los enfermos con traumatismo perineal y fractura de pelvis. La frecuencia de DE en pacientes con antecedente de fractura pelviana es de hasta el 50%, como consecuencia de la cercanía anatómica de los tejidos blandos, los huesos y los órganos de la pelvis.
En los enfermos con fracturas de pelvis, la uretra membranosa es la porción uretral que se compromete con mayor frecuencia. La DE puede aparecer incluso en los enfermos sin daño urológico importante, como consecuencia de la lesión de las estructuras nerviosas y vasculares.
El tadalafilo es un inhibidor de la fosfodiesterasa-5 (PDE, por su sigla en inglés), muy utilizado para el tratamiento de la DE por su vida media prolongada (17.5 horas) en comparación con otros agentes de la misma clase de fármacos (4 horas para el sildenafil, y 4 a 6 horas para el vardenafilo).
Además, la absorción de tadalafilo no se compromete en presencia de alimentos; la administración una vez por día se asocia con concentraciones plasmáticas altas y estables.
El diafragma urogenital, los nervios cavernosos y las arterias se dañan en los pacientes con fractura de pelvis; la DE posterior a la fractura obedece a una combinación de factores vasculares, nerviosos y de los cuerpos cavernosos. De hecho, las arterias pudendas o penianas se comprometen hasta en el 90% de los enfermos con fractura de pelvis.
El mejor abordaje de las lesiones uretrales durante la fase aguda todavía no está definido con precisión; las opciones consisten en la alineación uretral de urgencia o la cistostomía de urgencia más uretroplastia secundaria, destinadas a reducir el riesgo de aparición posterior de DE e incontinencia.
Sin embargo, el cierre primario inmediato (realineación uretral de urgencia) parece asociarse con resultados más desfavorables, en términos de la incontinencia y la impotencia, motivo por el cual la cistostomía de urgencia con reparación uretral posterior (6 a 8 semanas después del traumatismo) es la técnica más utilizada en la mayoría de los centros, porque se asociaría con riesgo menor de incontinencia e impotencia.
En un estudio previo realizado con 41 pacientes con lesión uretral secundaria a fractura de pelvis, el tratamiento con sildenafil en dosis de 100 mg 3 veces por semana durante 3 meses se asoció con un índice de éxito del 81%.
Los inhibidores de la PDE-5 podrían mejorar la función eréctil y las características vasculares de las arterias cavernosas, de modo que contribuirían a evitar la progresión de la DE. Se estima que en alrededor del 60% de los pacientes con fractura de pelvis, la función sexual se recupera, de manera espontánea, en el transcurso de los 18 meses siguientes.
El objetivo del presente estudio fue determinar la eficacia del tadalafilo para el tratamiento de la DE secundaria al daño de la uretra posterior.
Pacientes y métodos |
Para la investigación retrospectiva se revisaron las historias clínicas de los enfermos asistidos en el Servicio de Urología del Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González, entre 2012 y 2015. Se evaluaron pacientes con lesión uretral secundaria a fractura de pelvis, sin antecedente de DE.
Los enfermos fueron sometidos a realineamiento uretral de urgencia y uretroplastia término-terminal entre 8 y 10 semanas después del episodio traumático; un mes después, completaron el Índice Internacional de Función Eréctil (IIFE). Los pacientes fueron tratados con tadalafilo, en dosis de 5 mg cada 24 horas durante 3 meses. Los enfermos completaron nuevamente el cuestionario, una vez finalizado el tratamiento.
El IIFE incluye 5 preguntas que permiten conocer aspectos de la función eréctil, el orgasmo, el deseo sexual, y la satisfacción durante el acto sexual. Sin embargo, para el presente estudio solo se analizó el dominio de función eréctil.
Resultados |
Fueron analizados 8 pacientes con fractura de pelvis, lesión uretral y DE; la mediana de edad fue de 32.5 años (26 a 56). Ningún paciente tenía diabetes, un enfermo presentaba hipertensión arterial y dos sujetos fumaban.
El tratamiento con tadalafilo se asoció con mejora significativa del puntaje del IIFE, de una mediana de 8.5 puntos (7 a 10) antes de la terapia, a una mediana de 22 puntos (10 a 23) luego de esta (p = 0.011; prueba de Wilcoxon). El aumento promedio del IIFE fue de 12.36 puntos.
Siete de los 8 enfermos (87.5%) respondieron favorablemente al tratamiento con tadalafilo. El sujeto restante, de 56 años, solo presentó un aumento de 2 puntos en el IIFE; el paciente era hipertenso y fumador y había tenido una fractura inestable de pelvis con luxación del hueso coxal, un hallazgo que no se observó en ningún otro enfermo.
Discusión |
Todavía no se conoce con precisión cuál es el abordaje óptimo para los pacientes que presentan lesión uretral secundaria a una fractura de pelvis, en términos del riesgo de DE e incontinencia urinaria. Todos los enfermos evaluados en la presente ocasión fueron sometidos a realineación uretral de urgencia; todos presentaron DE, pero ninguno tuvo incontinencia urinaria. El tratamiento definitivo consistió en uretroplastia término-terminal.
Los inhibidores de la PDE-5 representan el tratamiento de elección para los pacientes con DE, por su eficacia y perfil de tolerabilidad; en el presente trabajo, el índice de respuesta al uso de tadalafilo fue del 87.5%, similar al 81% referido en un estudio previo con sildenafil.
Respecto del sildenafil, el tadalafilo se asocia con concentración plasmática más estable luego de una toma diaria y su absorción no es afectada por los alimentos.
El diseño retrospectivo y la muestra limitada de enfermos fueron las principales limitaciones del presente estudio; tampoco se consideraron diversas variables que pueden determinar la respuesta al tratamiento, entre ellas la edad, el tabaquismo, la obesidad, la diabetes y las dislipidemias.
Conclusión |
El tratamiento con tadalafilo, en dosis de 5 mg por día durante 3 meses, se asoció con una mejora significativa de la función eréctil en el IIFE y con acortamiento del tiempo de recuperación en 7 de los 8 enfermos evaluados.
Los resultados, aunque muy prometedores, deberán ser confirmados en estudios futuros en los cuales se tengan en cuenta diversas variables de influencia, como la gravedad del traumatismo pelviano, y otras comorbilidades asociadas a DE.
SIIC- Sociedad Iberoamericana de Información Científica