Algunas necesitan mejorar

10 dietas populares calificadas por sus efectos saludables para el corazón

La American Heart Association califica qué tan cerca se alinean varios patrones de alimentación populares con la guía para una alimentación saludable para el corazón.

Autor/a: Christopher D. Gardner, Maya K. Vadiveloo, Kristina S. Petersen, Cheryl A.M. Anderson, Sparkle Springfield, Linda Van Horn, et al.

Fuente: Popular Dietary Patterns: Alignment With American Heart Association 2021 Dietary Guidance: A Scientific Statement From the American Heart Association

Aspectos destacados de la declaración:
  • Una nueva declaración científica de la American Heart Association evalúa y califica la salud del corazón de los patrones populares de alimentación.
     
  • Varios patrones de dietas, incluido el plan de alimentación estilo DASH, los patrones de alimentación mediterráneos, pescatarianos y vegetarianos, recibieron las mejores calificaciones por alinearse con la guía alimentaria de la Asociación.
     
  • Algunos patrones de alimentación, incluidas las dietas Paleo y cetogénica, contradicen la guía de la Asociación y no se clasificaron como patrones de alimentación saludables para el corazón.
     
  • La declaración sugiere oportunidades para la investigación alimentaria y las intervenciones para promover la equidad en la salud, reconociendo la importancia de los determinantes sociales de la salud en la configuración de los patrones dietéticos.
 
Resumen

La evolución de las pautas dietéticas de nutrientes aislados a recomendaciones de patrones dietéticos más amplios es el resultado del creciente conocimiento de la sinergia entre los nutrientes y sus fuentes de alimentos a medida que influyen en la salud. Las necesidades de macronutrientes y micronutrientes se pueden satisfacer mediante el consumo de diversos patrones dietéticos, pero a menudo se requiere orientación para facilitar la adhesión de toda la población a elecciones sensatas de alimentos para lograr un patrón dietético saludable. Esto es particularmente cierto en esta era con la proliferación de información errónea sobre nutrición y énfasis fuera de lugar. En 2021, la American Heart Association emitió una declaración científica que describe los principios clave de un patrón dietético saludable para el corazón que podría implementarse de varias maneras.

El objetivo de esta declaración científica es evaluar la alineación de los patrones dietéticos comúnmente practicados en los EE. UU. con los criterios de la American Heart Association publicados recientemente, para determinar los factores clínicos y culturales que afectan la adherencia a largo plazo y proponer enfoques para la adopción de patrones dietéticos saludables. Esta declaración científica pretende servir como una herramienta para que los médicos y los consumidores evalúen si estos patrones dietéticos populares promueven la salud cardiometabólica y sugiere factores a considerar al adoptar cualquier patrón para mejorar la alineación con la Guía dietética de la American Heart Association de 2021. Numerosos patrones fuertemente alineados con la Guía dietética de la Asociación Estadounidense del Corazón de 2021 (es decir, mediterráneo, DASH [Enfoques dietéticos para detener la hipertensión], pescetariano, vegetariano) se pueden adaptar para reflejar las preferencias personales y culturales y las limitaciones presupuestarias. Por lo tanto, la salud cardiovascular óptima se apoyaría mejor mediante el desarrollo de un entorno alimentario que apoye el cumplimiento de estos patrones dondequiera que se preparen o consuman alimentos.


Muchos patrones dietéticos populares tienen un puntaje alto para la salud del corazón; sin embargo, algunos contradicen la guía alimentaria de la American Heart Association y no calificaron como saludables para el corazón, según una nueva declaración científica publicada hoy en la revista insignia revisada por pares Circulation.

“La cantidad de patrones dietéticos diferentes y populares ha proliferado en los últimos años, y la abundancia de información errónea sobre ellos en las redes sociales ha alcanzado niveles críticos”, expresó Christopher D. Gardner, Ph.D., FAHA, Presidente del Comité de Redacción de la nueva declaración científica y Rehnborg Farquhar, Profesor de Medicina en Stanford University en Stanford, California.“El público, e incluso muchos profesionales de la salud, pueden estar confundidos con razón acerca de una alimentación saludable para el corazón, y pueden sentir que no tienen el tiempo o la capacitación para evaluar las diferentes dietas. Esperamos que esta declaración sirva como una herramienta para que los médicos y el público comprendan qué dietas promueven una buena salud cardiometabólica”.

La salud cardiometabólica se refiere a un grupo de factores que afectan el metabolismo (los procesos del cuerpo que descomponen los nutrientes de los alimentos y construyen y reparan los tejidos para mantener el funcionamiento normal) y el riesgo de enfermedades cardíacas y vasculares. Estos factores incluyen glucemia, colesterol y otros lípidos, presión arterial y peso corporal. Si bien los niveles anormales de un factor pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, las anomalías en más de un factor aumentan aún más el riesgo y la enfermedad es más grave.

La declaración califica qué tan bien se alinean los patrones dietéticos populares con la Guía alimentaria de la American Heart Association. La guía incluye diez características clave de un patrón dietético para mejorar la salud cardiometabólica, que enfatiza limitar las grasas no saludables y reducir el consumo de carbohidratos en exceso. Este equilibrio optimiza la salud metabólica general y cardiovascular, y limita los riesgos de otras condiciones de salud como la diabetes tipo 2 y factores de riesgo como la obesidad que pueden resultar del consumo excesivo de carbohidratos, particularmente carbohidratos procesados y bebidas azucaradas, que están asociados con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. La nueva declaración científica es la primera en analizar qué tan cerca se adhieren los patrones dietéticos populares a esas características, y la guía se enfoca en ser adaptable a los presupuestos individuales, así como a las preferencias personales y culturales.

El comité revisó las características definitorias de varios patrones dietéticos que deben seguirse a largo plazo. Los patrones dietéticos se agruparon por similitud en características clave, lo que resultó en 10 categorías:

  • Estilo DASH: describe un patrón de alimentación que es como la dieta de Enfoques dietéticos para detener la hipertensión (Dietary Approaches to Stop Hypertension, DASH), que enfatiza el consumo las verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, y productos lácteos bajos en grasa e incluye carnes magras y aves, pescado y aceites no tropicales. Las dietas nórdica y báltica son otro tipo de este patrón dietético.
     
  • Estilo mediterráneo: también conocida como la dieta mediterránea, este patrón limita los productos lácteos; destaca el consumo de verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, pescados grasos y aceite de oliva extra virgen; e incluye el consumo moderado de vino tinto.
     
  • Estilo vegetariano/pescatariano: un patrón de alimentación basado en plantas que incluye pescado.
     
  • Estilo vegetariano/ovo/lacto: patrones de alimentación basados en plantas que incluyen huevos (ovo-vegetariano), productos lácteos (lacto-vegetariano) o ambos (ovo-lacto-vegetariano).
     
  • Estilo vegetariano/vegano: un patrón de alimentación basado en plantas que incluye pescado.
     
  • Baja en grasas: una dieta que limita la ingesta de grasas a menos del 30 % de las calorías totales, incluida la dieta volumétrica y el plan de Cambios Terapéuticos en el Estilo de Vida (Therapeutic Lifestyle Change, TLC).
     
  • Muy baja en grasas: una dieta que limita la ingesta de grasas a menos del 10 % de las calorías totales, incluidas las dietas Ornish, Esselstyn, Pritikin, McDougal, Physicians Committee for Responsible Medicine (PCRM). Algunos también pueden ser considerados veganos.
     
  • Baja en carbohidratos: una dieta que limita los carbohidratos al 30-40 % de la ingesta calórica total e incluye las dietas South Beach y Zone de bajo índice glucémico.
     
  • Paleolítica: también llamada dieta Paleo, excluye cereales integrales y refinados, legumbres, aceites y productos lácteos.
     
  • Muy baja en carbohidratos/cetogénica: limita la ingesta de carbohidratos a menos del 10 % de las calorías diarias e incluye las dietas Atkins, cetogénica (keto) y cetogénica bien formulada.

Cada dieta se evaluó contra 9 de las 10 características de la guía de la American Heart Association para un patrón de alimentación saludable para el corazón. El único elemento que no se utilizó en la puntuación fue “comer para lograr un equilibrio energético adecuado para mantener un peso saludable”, ya que esto está influenciado por factores distintos a las elecciones de alimentación, como el nivel de actividad física, y se aplica por igual a todas las categorías de dieta. Las características definitorias de las dietas recibieron puntos en función de qué tan bien se alineaba cada característica con la guía de la Asociación: 1 punto por cumplir totalmente, 0.75 puntos por cumplir en su mayor parte y 0.5 puntos por cumplir parcialmente con la guía. Si un aspecto de la dieta no cumplía con la guía, se otorgaba cero puntos para ese componente. Los puntajes resultantes se totalizaron y ajustaron para llegar a una calificación entre 0 y 100, donde 100 indica la adherencia más cercana a la guía dietética de la American Heart Association.

Cabe destacar que la declaración no revisó los programas dietéticos comerciales, como Noom o Weight Watchers; programas de alimentación diseñados para seguir por menos de 12 semanas; prácticas dietéticas como ayuno intermitente o alimentación restringida en el tiempo; o dietas diseñadas para controlar enfermedades no cardiovasculares (como afecciones gastrointestinales y alergias o intolerancias alimentarias).

El grupo de redacción encontró que los patrones dietéticos revisados variaban ampliamente en su alineación con la guía de la American Heart Association, con puntajes de 31 a 100. Los puntajes se agruparon en cuatro niveles y se señalaron los aspectos de las dietas que les ayudan a adherirse a la guía, así como los posibles desafíos para cumplir con ella. El único elemento de la guía que formaba parte de cada patrón de dieta era “minimizar la ingesta de alimentos y bebidas con azúcares añadidos”. La declaración también identifica oportunidades para mejorar los aspectos saludables de cada patrón de alimentación.

Nivel 1: Planes de alimentación mejor valorados (puntajes superiores a 85)

Los cuatro patrones con la calificación más alta son flexibles y brindan una amplia gama de alimentos saludables para elegir. El patrón de alimentación al estilo DASH recibió un puntaje perfecto al cumplir con todas las pautas de la Asociación. Estos patrones de alimentación son bajos en sal, azúcar añadida, alcohol, aceites tropicales y alimentos procesados, y ricos en verduras, frutas, cereales integrales y legumbres sin almidón. La proteína tiende a provenir principalmente de fuentes vegetales (como legumbres, frijoles o nueces), junto con pescados o mariscos, aves y carnes magras y productos lácteos bajos en grasa o sin grasa.

La dieta estilo mediterránea también está muy bien valorada. Dado que no aborda explícitamente la sal añadida e incluye un consumo moderado de alcohol (en lugar de evitar o limitar el alcohol), tiene una puntuación ligeramente más baja que la DASH. Además, la mayoría de las características de un patrón de alimentación vegetariano se alinean con la guía dietética de la AHA. Los planes de alimentación pescatariano y vegetariano que incluyen huevos, productos lácteos, o ambos, también se ubicaban en el nivel superior.

“Si se implementan según lo previsto, los patrones dietéticos de primer nivel se alinean mejor con la guía de la American Heart Association y pueden adaptarse para respetar las prácticas culturales, las preferencias alimentarias y los presupuestos para permitir que las personas siempre se alimenten de esta manera, a largo plazo”, dijo Gardner.

Nivel 2: Dietas veganas y bajas en grasas (puntajes de 75 a 85)

Las dietas veganas y bajas en grasas también hacen hincapié en el consumo de verduras, frutas, cereales integrales, legumbres y frutos secos, al tiempo que limitan el alcohol y los alimentos y bebidas con azúcares añadidos. Sin embargo, las restricciones en el patrón de alimentación vegano pueden hacer que sea más difícil seguir este tipo de dieta a largo plazo o cuando se come fuera de la casa. Seguir un patrón de alimentación vegano puede aumentar el riesgo de deficiencia de vitamina B-12, lo que puede causar anomalías en los glóbulos rojos que conducen a la anemia; por lo tanto, los médicos pueden recomendar la suplementación.

Las dietas bajas en grasas a menudo tratan todas las grasas por igual, mientras que la guía de la Asociación sugiere reemplazar las grasas saturadas con grasas más saludables, como las monoinsaturadas y poliinsaturadas. Aquellas personas que siguen una dieta baja en grasas pueden consumir en exceso fuentes de carbohidratos menos saludables, como azúcares añadidos y granos refinados. Sin embargo, estos factores pueden superarse con el asesoramiento y la educación adecuados para las personas interesadas en estos patrones de alimentación.

Nivel 3: Muy baja en grasas y baja en carbohidratos (puntajes de 55 a 74)

Estos patrones dietéticos tienen una alineación de baja a moderada con la guía de la Asociación.

Un motivo para que algunas personas sigan una dieta muy baja en grasas (a menudo vegana) puede ser que algunos estudios han demostrado su potencial para retrasar la progresión de la acumulación de grasa en las arterias. Se ha demostrado que un patrón de alimentación saludable bajo en carbohidratos afecta la pérdida de peso, la presión arterial, el azúcar en la sangre y el colesterol por igual en comparación con una dieta saludable baja en grasas. Sin embargo, ambos patrones restringen los grupos de alimentos que se enfatizan en la guía de la Asociación.

Las dietas muy bajas en grasas perdieron puntos por restringir los frutos secos y los aceites vegetales saludables (no tropicales). Este patrón de alimentación también puede provocar deficiencias de vitamina B-12, ácidos grasos esenciales y proteínas, lo que provoca anemia y debilidad muscular.

Las dietas bajas en carbohidratos restringen las frutas (debido al contenido de azúcar), los cereales y las legumbres. Al restringir los carbohidratos, los seguidores tienden a disminuir el consumo de fibra mientras aumentan el consumo de grasas saturadas (de carnes y alimentos de origen animal), los cuales contradicen la guía de la Asociación.

La declaración sugiere que aflojar las restricciones en grupos de alimentos como frutas, granos integrales, legumbres y semillas puede ayudar a las personas a mantener un patrón de alimentación más bajo en carbohidratos mientras promueve la salud del corazón a largo plazo.

Nivel 4: Dietas paleolíticas y muy bajas en carbohidratos/cetogénicas (puntajes inferiores a 55)

Estos dos patrones de alimentación, que a menudo se usan para perder peso, no se alinean muy bien con la guía dietética de la Asociación. Los puntos fuertes de los patrones de alimentación muy bajos en carbohidratos son el énfasis en el consumo de verduras, frutos secos y pescado sin almidón, junto con la reducción al mínimo del consumo de alcohol y azúcares añadidos. En estudios de hasta 6 meses de duración, se han demostrado mejoras en el peso corporal y el azúcar en la sangre con estas dietas. Sin embargo, después de un año, la mayoría de las mejoras no fueron diferentes de los resultados de una dieta menos restrictiva. Las restricciones de frutas, cereales integrales y legumbres pueden dar lugar a una reducción de la ingesta de fibra. Además, estas dietas son ricas en grasas sin limitar las grasas saturadas. El consumo de altos niveles de grasas saturadas y bajos niveles de fibra están relacionados con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

“En verdad, no hay forma de seguir las dietas del Nivel 4 según lo previsto y aún estar alineado con la guía dietética de la American Heart Association”, dijo Gardner. “Son pautas muy restrictivas y difíciles de seguir para la mayoría de las personas a largo plazo. Si bien es probable que haya beneficios a corto plazo y una pérdida de peso sustancial, no son sostenibles. Una dieta que sea eficaz para ayudar a una persona a mantener los objetivos de pérdida de peso, desde una perspectiva práctica, debe ser sostenible”.

Oportunidades para promover la equidad en la alimentación saludable

La declaración sugiere oportunidades para la investigación alimentaria y las intervenciones para promover la equidad en la salud, reconociendo la importancia de los determinantes sociales de la salud en la configuración de los patrones dietéticos. Defender los cambios en cada uno de estos niveles ayuda a todas las poblaciones a lograr la equidad en la salud.

  • Individuos: Los esfuerzos educativos deben ser culturalmente relevantes para aumentar su eficacia para las personas de grupos raciales y étnicos subrepresentados. Los estudios que examinan los patrones dietéticos de las diversas culturas africanas, asiáticas y latinoamericanas pueden resultar útiles para crear la base de conocimientos para este tipo de esfuerzos educativos.
     
  • Relaciones y redes sociales: Las familias, los amigos y las tradiciones son factores importantes que influyen en los patrones de alimentación. Se necesitan programas para promover relaciones que apoyen una alimentación saludable en diversos grupos de población, y en particular aquellos que aprovechan la estructura familiar como medio de apoyo social. Un ejemplo es la nueva campaña de la American Heart Association Juntos En La Mesa, diseñado para ayudar a las familias hispanas/latinas a cocinar y comer una dieta saludable para el corazón que celebre sus sabores culturales mientras mejora la salud de sus familias.
     
  • Comunidades: El racismo estructural es un factor que contribuye a las enfermedades relacionadas con la dieta. Las poblaciones históricamente marginadas deben participar en todas las fases de la investigación y en el desarrollo de programas e intervenciones. Los estudios de intervención dietética deben incorporar versiones más saludables de los patrones dietéticos de culturas diversas por raza y etnia.
     
  • Políticas: Las políticas pueden abordar las disparidades en los patrones dietéticos por raza y etnia, desmantelando prácticas históricas injustas que limitan el acceso a alimentos saludables. La legislación a nivel local, nacional y mundial puede brindar apoyo a largo plazo para una alimentación saludable para un gran número de personas y dar forma a sociedades más equitativas y saludables.

Al aprender más sobre varios patrones dietéticos y qué tan efectivos pueden ser, Gardner señala que las personas pueden escuchar información contradictoria de diferentes estudios de la misma dieta. “A menudo encontramos que las personas no entienden completamente los patrones de alimentación populares y no los siguen como se espera. Cuando ese es el caso, es difícil determinar el efecto de la ‘dieta según lo previsto’ y distinguirla de la ‘dieta tal como se siguió’. Dos hallazgos de investigación que parecen contradictorios pueden simplemente reflejar que hubo una alta adherencia al seguimiento de la dieta en un estudio y una baja adherencia en el otro”.

Esta declaración científica fue preparada por el grupo de redacción de voluntarios en nombre del Consejo sobre Estilo de Vida y Salud Cardiometabólica; el Consejo de Enfermería Cardiovascular y Ataques Cerebrales; el Consejo de Hipertensión; y el Consejo de Enfermedades Vasculares Periféricas de la American Heart Association. Las declaraciones científicas de la American Heart Association promueven una mayor conciencia sobre las enfermedades cardiovasculares y los ataques cerebrales y ayudan a facilitar la toma de decisiones informadas sobre el cuidado de la salud. Las declaraciones científicas describen lo que se sabe actualmente sobre un tema y qué áreas necesitan más investigación. Si bien las declaraciones científicas informan el desarrollo de pautas, no hacen recomendaciones de tratamiento. Las pautas de la American Heart Association proporcionan las recomendaciones de práctica clínica oficiales de la Asociación.


Los coautores son la Vicepresidenta Maya Vadiveloo, Ph.D., R.D., FAHA; Kristina S. Petersen, Ph.D., A.P.D., FAHA; Cheryl A.M. Anderson, Ph.D., M.P.H., FAHA; Sparkle Springfield, Ph.D.; Linda Van Horn, Ph.D., R.D.N., FAHA; Amit Khera, M.D., M.Sc., FAHA; Cindy Lamendola, M.S.N., A.N.P.-B.C., FAHA; Shawyntee M. Mayo, M.D. y Joshua J. Joseph, M.D., M.P.H., FAHA. Los datos públicos de los autores se encuentran en el artículo.

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