Las personas que intentan controlar las calorías deben tener cuidado: un estudio reciente informa que más de nueve de cada 10 restaurantes sirven comidas que superan el límite de calorías recomendado para una sola comida.
Y eso es tan solo el plato principal. No se incluyeron las bebidas, los aperitivos ni los postres.
"Creemos que los resultados tienen una importancia extrema, porque hay una percepción generalizada de que la comida rápida es el problema", comentó la autora del estudio, Susan Roberts.
"Lo que este estudio muestra es que todos los restaurantes son terribles cuando se trata de ofrecer porciones excesivas que hacen que la gente coma de más. No se trata solo de la comida rápida, sino casi de todos los tipos de comida", lamentó Roberts. Roberts es directora del Laboratorio del Metabolismo de la Energía del Centro Jean Mayer de Investigación de Nutrición Humana y Envejecimiento del USDA en la Universidad de Tufts, en Boston.
Además, dijo Roberts, al consumidor le resulta muy difícil ser consciente de estas cosas. "Aunque tenga un doctorado en nutrición, como yo, es casi imposible adivinar de forma precisa qué contiene el plato, porque hay muchas calorías ocultas".
El estudio se basó en un análisis de 364 comidas de la cocina estadounidense, china, griega, india, italiana, japonesa, mexicana, tailandesa y vietnamita ofrecidas en restaurantes de Boston, San Francisco y Little Rock, Arkansas, entre 2011 y 2014.
Los restaurantes muestreados eran tanto locales como de grandes cadenas. Pero eso hizo poca diferencia. De hecho, se encontró que las comidas que no eran de restaurantes de cadenas eran tan pesadas para el estómago como las que ofrecían los restaurantes de cadenas. En concreto, tenían unas 1,200 calorías por comida. Eso es más del doble que las 570 calorías que los expertos recomiendan que la mujer adulta promedio consuma en el almuerzo o la cena, apuntaron los investigadores.
"Creo que esas porciones excesivas son particularmente malas para las mujeres", dijo Roberts, dado que sus necesidades calóricas son, en promedio, mucho menores que las de los hombres.
Los aficionados a la cocina estadounidense, china e italiana podrían sentirse más que decepcionados por los hallazgos. Esas comidas encabezaron la lista, con un promedio de 1,495 calorías por comida. Los investigadores anotaron que la mujer promedio de Estados Unidos necesita unas 2,000 calorías al día, y el hombre promedio de EE. UU. unas 2,500 calorías.
Roberts apuntó que la situación amerita que los restaurantes se replanteen las cosas de forma radical.
"Creo que lo que ayudaría a las personas a comer menos, y resultaría muy popular entre los consumidores, serían leyes (a nivel federal, estatal o local) que concedieran a los clientes el derecho a comprar porciones proporcionales por un precio proporcional", planteó. "Por ejemplo, como mujer pequeña, querría comprar un tercio de un plato principal. Podría hacer eso y pagar un tercio del precio. Dios mío, me encantaría".
"A los restaurantes no les encantaría, claro", reconoció Roberts. "Pero todos los restaurantes estarían en la misma situación [y] eso les quitaría el incentivo que tienen ahora para sobrealimentar a la gente".
Lona Sandon es dietista registrada y profesora asistente de nutrición clínica en el Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern, en Dallas. Revisó los hallazgos del estudio, y le sorprendieron poco.
"Para que los restaurantes cambien lo que sirven, la demanda del consumidor debe cambiar", dijo. Pero aparte de eso, ofreció unos consejos para afrontar el ambiente actual al comer fuera.
"Coma fuera con menos frecuencia, o no lo haga nunca", dijo. "Intente cocinar en casa. O pida una comida para niños", algo que, anotó, es fácil en los restaurantes de comida rápida.
Sandon ofreció más consejos: Repartir una comida entre tres personas. O pedir una sopa y una ensalada, o algo del menú de acompañamientos. "Lo hago con mucha frecuencia. Me encanta una papa al horno con un acompañamiento de brócoli y un poco de queso, o un tazón de frijoles y arroz con un acompañamiento de plátanos fritos. Raras veces pido un plato principal", dijo.
Los restaurantes más pequeños y los que no son de cadenas podrían estar más dispuestos a personalizar los artículos del menú, apuntó Sandon. Pero aún así, añadió, "hable y pida lo que desea en lugar de tomar lo que haya en el menú. Tome control de su salud".
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición del 20 de enero de la revista Journal of the American Academy of Nutrition and Dietetics.
FUENTES: Susan B. Roberts, Ph.D., senior scientist and director, Energy Metabolism Laboratory, Jean Mayer USDA Human Nutrition Research Center on Aging, Tufts University, Boston; Lona Sandon, R.D., assistant professor, clinical nutrition, University of Texas Southwestern Medical Center at Dallas; Jan. 20, 2016, Journal of the American Academy of Nutrition and Dietetics