Los estadounidenses de edad avanzada con las arterias libres de acumulación de calcio parecen menos propensos a sufrir enfermedades cardiacas o demencia, según una nueva investigación.
Los investigadores de la Universidad de Pittsburgh descubrieron que las personas mayores de 80 y de 90 que no tenían una acumulación de calcio en las arterias desarrollaron demencia más tarde que los que tenían niveles altos de calcio. Las arterias obstruidas por el calcio (lo que se conoce también como aterosclerosis o endurecimiento de las arterias) se relacionan con un riesgo más alto de enfermedades cardiacas, ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares y, aparentemente, también de demencia.
Estos resultados sugieren que la prevención agresiva de los factores de riesgo elevados de problemas cardiacos que llevan a la acumulación de calcio "podría resultar no solamente en una longevidad mayor y en una reducción de los ataques cardiacos, sino también en una reducción sustancial de las incidencias de demencia, sobre todo entre las mujeres mayores", comentó el Dr. Lewis Kuller, profesor emérito de salud pública, que dirigió al equipo de investigación.
Pero Kuller advirtió que estos hallazgos muestran solamente una asociación entre el endurecimiento de las arterias y la demencia, y no demuestran que la acumulación de calcio provoque la demencia.
El informe fue publicado en línea el 29 de febrero antes de su publicación en la edición impresa del 8 de marzo de la revista Journal of the American College of Cardiology.
La clave de la reducción de las enfermedades cardiacas y, aparentemente, de la demencia es vivir con un estilo de vida saludable, dijo Kuller.
"Los factores de riesgo del estilo de vida medidos incluso en el periodo premenopáusico, entre los 45 y los 50 años, como los niveles de colesterol, fumar, la presión arterial y una mayor actividad física, son determinantes de los niveles de calcio en estas mujeres mayores", dijo.
Para realizar el estudio, Kuller y sus colaboradores recogieron datos de más de 500 personas que participaron en un estudio sobre la salud cardiovascular y la cognición (sobre la salud del corazón y la salud mental). Se dio seguimiento a los participantes, con un promedio de 80 años de edad al principio, desde 1998 hasta 2013.
Cada año, se evaluó a los participantes para ver si tenían demencia, y se midieron los niveles de calcio en sus arterias cardiacas.
Las personas cuyo nivel de calcio en la arteria coronaria era cero no mostraron señales iniciales de demencia hasta un poco más de 7 años después de la primera medición. Pero los que tenían los niveles más altos de calcio mostraron señales de demencia en un periodo promedio de solo 5 años, según los investigadores.
Las mujeres blancas con puntuaciones de acumulación de calcio bajas tenían un riesgo significativamente más bajo de demencia, según los hallazgos.
Estos hallazgos tienen dos posibles implicaciones, dijo Kuller. En primer lugar, a medida que la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiacas siguen mejorando, las personas vivirán más tiempo y la prevalencia de la demencia aumentará.
En segundo lugar, los factores de riesgo que llevan a la aterosclerosis y la enfermedad cardiaca también podrían influir en el riesgo de demencia.
Pero debido al tamaño pequeño del estudio, estos resultados deben replicarse para confirmar los hallazgos, dijo Kuller.
Pero algunos expertos ya creen que esto es así.
"Las enfermedades cardiovasculares contribuyen de forma significativa a la demencia, incluyendo el Alzheimer", dijo Walter Swardfager, profesor asistente de farmacología y toxicología en la Universidad de Toronto, Canadá, y coautor de un editorial acompañante en la revista.
En las personas que sobreviven hasta los 80 o más, más de la mitad probablemente tendrán demencia antes de fallecer, dijo. "Incluso en los que viven tanto tiempo sin sufrir un ataque cardiaco o un accidente cerebrovascular, las enfermedades de los vasos sanguíneos pueden servir para predecir la muerte y la demencia", dijo Swardfager.
A medida que más personas viven más tiempo, la demencia y las enfermedades vasculares se volverán cada vez más comunes, añadió.
"Para prevenir la demencia en las personas muy mayores, quizá tengamos que prevenir las enfermedades cardiovasculares o aprender a proteger el cerebro de ellas", comentó Swardfager.
FUENTES: Lewis Kuller, M.D., Dr.Ph., emirates professor, public health, University Pittsburgh; Walter Swardfager, Ph.D., assistant professor, pharmacology and toxicology, University of Toronto, Canada; Feb. 29, 2016, Journal of the American College of Cardiology