La fibrilación auricular, un tipo común de trastorno del ritmo cardiaco, se asocia con una variedad más amplia de afecciones de lo que se pensaba, informan unos investigadores.
Los hallazgos amplían "la creciente literatura sobre la asociación entre la fibrilación auricular y los resultados cardiovasculares más allá del accidente cerebrovascular (ACV)", escribieron investigadores de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, y del Instituto de Tecnología de Massachusetts.
El equipo revisó 104 estudios con más de 9 millones de personas, incluyendo 590,000 con fibrilación auricular. Concluyeron que el trastorno del ritmo cardiaco también se asociaba con la enfermedad cardiaca, la insuficiencia cardiaca, la enfermedad renal, la muerte cardiaca súbita y la muerte por todas las causas.
El estudio no probó que la fibrilación auricular provocara esos riesgos adicionales de salud, solo que había una asociación.
El riesgo de insuficiencia cardiaca fue la más significativa de esas asociaciones, ya que se quintuplicó en las personas con fibrilación auricular, dijeron los autores del estudio. Pero la fibrilación auricular también se vinculó con un aumento del doble en el riesgo de muerte relacionada con el corazón, y con un aumento de 2.3 veces en el riesgo de ACV.
Los hallazgos aparecen en la edición del 6 de septiembre de la revista BMJ.
Además del ACV, la fibrilación auricular ya se había vinculado con un aumento en el riesgo de muerte, con unos costos médicos más altos y con una peor calidad de vida, comentaron los autores del estudio.
Los médicos deben tomar medidas para reducir el peligro de esos riesgos de salud recién identificados, junto con el ACV, en los pacientes con fibrilación auricular, añadieron los investigadores.
La fibrilación auricular es un latido cardiaco tembloroso o irregular que puede provocar coágulos sanguíneos, insuficiencia cardiaca y otras complicaciones relacionadas con el corazón. La Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) estima que al menos 2.7 millones de estadounidenses viven con la afección cardiaca.
FUENTE: BMJ