Tomar el medicamento para el corazón digoxina podría incrementar el riesgo de muerte prematura en pacientes con un ritmo cardiaco irregular y en quienes sufren de insuficiencia cardiaca, según reportaron investigadores alemanes.
En el análisis de los estudios publicados sobre el tema, los pacientes tratados con digoxina tuvieron un incremento de 21 por ciento en el riesgo total de muerte prematura por cualquier causa, comparados con los pacientes que no estaban tomando el medicamento. Entre los pacientes con ritmo cardiaco irregular conocido como fibrilación auricular, los investigadores encontraron un riesgo de muerte prematura 29 por ciento más alto, mientras que el incremento en el riesgo fue de 14 por ciento entre los pacientes con insuficiencia cardiaca.
"La digoxina debe usarse con mucho cuidado", dijo el doctor Stefan Hohnloser, investigador principal y profesor de cardiología en la Universidad J.W. Goethe en Frankfurt.
"Existen mejores medicamentos para muchos pacientes, por ejemplo aquellos que reciben medicamentos para la fibrilación auricular", dijo. Las mejores opciones incluían los betabloqueantes y bloqueadores de canales de calcio.
"Si se usa la digoxina, es imperativo vigilar cuidadosamente los niveles de digoxina en la sangre de los pacientes", dijo Hohnloser.
El reporte se publicó en línea el 5 de mayo en la revista European Heart Journal.
El doctor Gregg Fonarow, profesor de cardiología en la Universidad de California en Los Ángeles, dijo que "la digoxina ha sido utilizada en ensayos clínicos para tratar pacientes con fibrilación auricular por muchas décadas".
Sin embargo, la información de los ensayos clínicos sobre el uso de digoxina para la fibrilación auricular ha sido muy limitada, y su seguridad y efectividad en estos pacientes sigue siendo controversial, añadió.
Varios estudios han sugerido que la digoxina podría estar asociada con un incremento en el riesgo de muerte prematura, dijo Fonarow. Pero esas conclusiones podrían no ser precisas ya que el uso de diagoxina es más probable en pacientes con insuficiencia cardíaca grave y en quienes no han respondido a otros medicamentos cardiacos, explicó.
Fonarow sugirió que lo mismo puede decirse de este nuevo estudio. "Más que definitivas, estas conclusiones generan hipótesis, ya que combinar múltiples estudios no reduce su potencial de ser engañosos", dijo.
Los lineamientos actuales dan preferencia a otros medicamentos para la fibrilación auricular, según Fonarow. "Sin embargo, los pacientes con fibrilación auricular no deben alterar sus medicamentos sin consultar a su médico y ponderar los riesgos y beneficios de las distintas opciones disponibles", recomendó.
Dada la controversia sobre la seguridad y la efectividad de la digoxina en pacientes con fibrilación auricular, son necesarios ensayos clínicos sobre la digoxina, según Fonarow.
Para el estudio, Hohnloser y sus colegas analizaron 19 estudios publicados previamente que observaron la conexión entre el uso de la digoxina y la muerte por fibrilación auricular e insuficiencia cardíaca.
Los estudios se publicaron entre 1993 y 2014, e incluyeron más de 325,000 pacientes.
La digoxina se ha usado por décadas para tratar problemas cardiacos en todo el mundo. Preparada a partir de la planta dedalera (digitalis), ayuda al corazón a latir más fuerte y con un ritmo más normal. No obstante, la dosis correcta de medicamento puede ser difícil de calcular, según los investigadores. Dar una dosis muy alta puede ser peligroso, y se necesitan exámenes de sangre frecuentes para garantizar que los pacientes no están recibiendo una cantidad peligrosa, explicó.
Además, la digoxina puede no mezclarse bien con otros medicamentos, llevando a sobredosis peligrosas. Un ensayo reciente de otro medicamento para el corazón, la dronedarona (Multaq), fue suspendido antes de tiempo en pacientes con fibrilación auricular debido a muertes entre quienes tomaban dronedarona.
De los 13 pacientes que tomaban dronedarona que murieron, 11 estaban tomando también digoxina, dijo Hohnloser. Estas muertes probablemente fueron causadas por la interacción entre los medicamentos, reportaron los investigadores.
FUENTES: Stefan Hohnloser, M.D., profesor, cardiología, Universidad J.W. Goethe, Frankfurt, Alemania; Gregg Fonarow, M.D., profesor, cardiología, Universidad de California, Los Ángeles; 5 de mayo de 2015, European Heart Journal