Cuando cierto tipo de grasa se acumula alrededor del corazón, quizá sea una señal de una enfermedad cardiaca en desarrollo en las mujeres postmenopáusicas, sugiere un nuevo estudio.
A medida que los niveles de estrógeno bajan durante la menopausia, los depósitos de grasa "paracardial" aumentan, encontraron los investigadores. Esto podría causar que se acumule más calcio en las arterias del corazón, una señal temprana de enfermedad cardiaca.
La grasa paracardial se halla en depósitos que rodean al corazón. Esos depósitos se encuentran entre el corazón y otro tipo de grasa que cubre al corazón, llamada grasa epicárdica, explicaron los autores del estudio.
La grasa epicárdica da energía al corazón, pero la grasa paracardial no tiene una función beneficiosa conocida, apuntaron los investigadores.
"Por primera vez estamos mostrando que la grasa paracardial se asocia con un mayor riesgo de calcificación [acumulación de calcio] en las mujeres postmenopáusicas, más que en las premenopáusicas", comentó la investigadora líder, Samar El Khoudary, profesora asistente de epidemiología en la Facultad de Postgrados en Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh.
"Las mujeres premenopáusicas también tienen este tipo de grasa, pero aumenta de forma significativa a medida que los niveles de estrógeno bajan durante la menopausia", explicó.
El equipo de El Khoudary encontró que un aumento de un 60 por ciento en la grasa paracardial se asociaba con un riesgo un 160 por ciento más alto de acumulación de calcio en los vasos sanguíneos del corazón en las mujeres postmenopáusicas, en comparación con las mujeres premenopáusicas o a principios de la menopausia.
Las mujeres postmenopáusicas están en riesgo de incluso más calcificación en la arteria coronaria si sus niveles de grasa paracardial aumentan, advirtió El Khoudary.
Pero aunque el estudio encontró una asociación entre un aumento en la grasa paracardial y una mayor acumulación de calcio en las mujeres postmenopáusicas, no pudo probar una relación causal.
En el estudio, El Khoudary y sus colaboradores recolectaron datos, incluyendo TC cardiacas y muestras de sangre, de 478 mujeres que participaron en el Estudio de la salud de las mujeres en todo el país.
Las mujeres se encontraban en diversas etapas de la menopausia. Su edad promedio era de 51 años. Ninguna de las mujeres estaba en tratamiento de reemplazo hormonal.
En un estudio anterior, el equipo de El Khoudary encontró que un aumento en la grasa paracardial tras la menopausia resulta de un descenso en la hormona estradiol, una forma de estrógeno. El aumento en los niveles de grasa paracardial se vinculó con otros factores, como la obesidad, señaló El Khoudary.
"Sabemos que la transición menopáusica pone a las mujeres en un mayor riesgo de enfermedad cardiaca", dijo.
"Por ejemplo, su colesterol aumenta y comienzan a tener más grasa alrededor de la cintura. Estamos mostrando que las mujeres postmenopáusicas tienen más grasa alrededor del corazón, lo que podría ser más nocivo para el corazón que la grasa alrededor de la cintura, porque produce factores inflamatorios que podrían afectar al corazón", advirtió El Khoudary.
Es posible reducir la grasa paracardial a través de la dieta, y en las mujeres obesas, mediante una cirugía para perder peso, comentó.
La terapia de reemplazo hormonal (que aumenta los niveles de estrógeno) podría también reducir los depósitos de grasa paracardial, pero eso no se sabe, dijo El Khoudary. Para averiguarlo, está planificando estudiar los efectos del reemplazo hormonal en el corazón.
La Dra. Suzanne Steinbaum es directora de Salud Cardiaca de las Mujeres en el Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.
Dijo que la reducción en el estrógeno y el aumento en la grasa que rodea al corazón son parte natural del proceso de la menopausia.
"Al saberlo, debemos comprender el inmenso impacto de nuestro estilo de vida en la prevención de lo que podría ser un doble golpe", planteó. "En cuanto comience a sentir los cambios en las hormonas debe controlar los factores de riesgo de la enfermedad cardiaca".
Esto incluye controlar la presión arterial, el colesterol y el peso. Además, una dieta saludable y el ejercicio pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardiaca, enfatizó Steinbaum.
"La menopausia es el momento en que reducir todos los factores de riesgo que conducen a la enfermedad cardiaca se hace más importante", aseguró.
Por ahora, El Khoudary sugirió que una dieta saludable y mucha actividad física son la mejor receta para reducir los riesgos de enfermedad cardiaca.
El informe aparece en la edición del 30 de enero de la revista Journal of the American Medical Association.
FUENTES: Samar El Khoudary, Ph.D., M.P.H., assistant professor, epidemiology, University of Pittsburgh, Graduate School of Public Health; Suzanne Steinbaum, D.O., director, women's heart health, Lenox Hill Hospital, New York City; Jan. 30, 2017, Journal of the American Heart Association