En un trabajo con ratonas, unos investigadores han aprendido más sobre cómo la exposición al virus del Zika al principio del embarazo podría aumentar el riesgo de aborto espontáneo.
Normalmente, la placenta protege al feto en desarrollo de las infecciones virales. Pero el Zika parece ser capaz, de alguna forma, de cruzar la placenta a principios del embarazo, dijeron los autores del estudio.
El estudio con ratonas también encontró que los fetos expuestos al Zika que sobreviven son más propensos a nacer con un tejido cerebral más delgado de lo normal, además de con inflamación en las células cerebrales.
Los investigadores creen que sus hallazgos resaltan un punto de vulnerabilidad que podría ser un objetivo potencial para intervenciones futuras contra el Zika.
"Debemos encontrar una forma de detener la transmisión del Zika a través de la placenta y al feto, porque es donde se está llevando a cabo el daño", dijo la colíder del estudio Sabra Klein, inmunóloga y microbióloga en la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore.
"En las placentas de nuestras ratonas, vemos que se monta una defensa contra el Zika, pero que se queda corta, sobre todo a principios del embarazo, un momento que se corresponde al primer trimestre en los humanos", señaló Klein en un comunicado de prensa de la universidad.
Es importante anotar que el estudio del equipo de Klein se realizó con ratonas, y la investigación con animales no siempre resulta igual con las personas.
El estudio actual conllevó inyectar Zika directamente en el tracto reproductivo de ratonas embarazadas, durante un periodo considerado equivalente al primer trimestre en las mujeres.
Alrededor de un 94 por ciento de los embarazos de las ratonas llegaron a término si no estaban infectados con el Zika.
Pero solo entre un 56 y un 71 por ciento de las ratonas infectadas con el Zika pudieron llevar el embarazo hasta el término, dependiendo del tipo de cepa del Zika, reportaron los investigadores.
Pero la tasa de abortos espontáneos bajó cuando las ratonas se expusieron al Zika solo durante el equivalente a finales del segundo trimestre. Eso sugiere que la barrera de la placenta es más fuerte en ese momento. A medida que el embarazo avanza, es posible que las capas de protección más desarrolladas sean más capaces de bloquear el paso del virus, sugirieron los investigadores.
En el mismo sentido, los ratones nacidos tras exponerse al Zika durante el equivalente al tercer trimestre fueron mucho más propensos a tener un tejido delgado en la corteza cerebral que los expuestos en el equivalente a finales del segundo trimestre, mostraron los hallazgos.
Los investigadores dijeron que no está claro si la exposición materna al Zika en cualquier momento también podría también plantear un riesgo para los embarazos futuros de ratonas o humanas.
"No sabemos si los efectos persisten en embarazos futuros", señaló Klein. "Solo estamos averiguando lo que pasa aquí y ahora. No tenemos ni idea de cuáles son las consecuencias a largo plazo para la madre".
El estudio aparece en la edición del 21 de febrero de Nature Communications.
Los científicos se han esforzado por hallar una vacuna contra el virus del Zika, transmitido por los mosquitos, desde el inicio de un brote en abril de 2015 en Brasil.
En ese país, miles de bebés han nacido con defectos congénitos graves después de que sus madres se infectaran durante el embarazo. El efecto más comúnmente observado ha sido la microcefalia, en que la cabeza y el cerebro son anómalamente pequeños. Pero también se han detectado otros defectos congénitos con una frecuencia frecuente, incluyendo defectos que dañan la vista, el oído y el sistema nervioso.
FUENTE: Johns Hopkins University