Muchas personas que viven con fibrilación auricular quizá estén tomando anticoagulantes de forma innecesaria, sugiere un nuevo estudio.
Se cree que esos anticoagulantes, entre los que se encuentran la aspirina, el Plavix y la warfarina, reducen el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) que conlleva la fibrilación auricular. Pero en muchos pacientes con fibrilación auricular y un riesgo bajo de ACV, los fármacos podrían en realidad aumentar el riesgo tanto de hemorragia como de ACV, reportaron los investigadores.
La forma en que la mayoría de médicos deciden si un paciente necesita un anticoagulante es mediante el uso de una sencilla puntuación llamada CHADS2, que asigna puntos a los pacientes según la edad y otros factores de riesgo médico. Por lo general se necesita una puntuación de 2 para recomendar un anticoagulante, explicaron los investigadores.
Pero "las personas se están dando cuenta de que las puntuaciones CHADS2 están ubicando a demasiadas personas por encima del umbral; obtener un 2 es bastante fácil", explicó el autor del estudio, Benjamin Horne, profesor asistente adjunto de informática biomédica en el Instituto Cardiaco del Centro Médico Intermontañas, en Utah.
En algunos pacientes con puntuaciones CHADS2 bajas, el riesgo de hemorragia supera el riesgo de ACV, añadió.
"Es mejor que lanzar una moneda al aire, pero hay muchas otras puntuaciones disponibles que predicen mejor", dijo Horne. "El problema con esas puntuaciones es que usarlas resulta difícil y lleva tiempo".
Las siglas de la puntuación CHADS2 significan lo siguiente en inglés: La C se refiere a la insuficiencia cardiaca congestiva, la H a la hipertensión, la A a una edad de a partir de 75 años, y la D a la diabetes. La S significa accidente cerebrovascular, y el 2 son dos puntos añadidos por un ACV anterior.
En el estudio, Horne y sus colaboradores recolectaron datos sobre casi 57,000 pacientes con fibrilación auricular y una puntuación en el CHADS2 de 0 a 2. Los pacientes se dividieron en grupos que tomaron aspirina, Plavix o warfarina, o ningún anticoagulante.
A los tres y cinco años, las tasas de ACV, mini ACV y hemorragia importante fueron más altas con cualquier anticoagulante, en comparación con ningún tratamiento, encontraron los investigadores. Las tasas de esos resultados fueron más bajas entre los pacientes que tomaban warfarina que entre los que tomaban aspirina o Plavix, añadieron los autores del estudio.
Los hallazgos se presentaron el viernes en la reunión anual del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology), en Washington, D.C. Las investigaciones presentadas en las reuniones se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.
Horne apuntó que el Intermontañas ha desarrollado una puntuación de riesgo usando un análisis de sangre que puede ayudar a los médicos a tomar una decisión más precisa sobre el riesgo de ACV de un paciente. Usado junto con la puntuación CHADS2, podría evitar que los pacientes con un riesgo bajo se asignen a un anticoagulante, planteó.
Pero un experto en el ritmo cardiaco no estaba tan seguro.
"Hay que tener precaución con este estudio", dijo el Dr. Apoor Patel, director de ablaciones complejas en el departamento de electrofisiología del Hospital Cardiaco Sandra Atlas Bass de Northwell Health, en Manhasset, Nueva York.
Administrar anticoagulantes o no a los pacientes con una puntuación CHADS2 baja es controversial, dijo Patel. "Es algo con lo que luchamos cada día en la práctica clínica", dijo.
El riesgo de ACV varía entre los pacientes, incluso los que tienen una puntuación de CHAD de solo 1, señaló.
"No usaría este estudio solo para cambiar la práctica. Cuando se tiene a un paciente con una puntuación CHADS2 baja, hay que tomar una decisión sobre las ventajas y desventajas de la anticoagulación, y hay que tomar en cuenta factores de riesgo que la puntuación no incluye", expresó Patel.
Entre las afecciones que no se consideran en la puntuación que pueden hacer que las personas tengan más probabilidades de ACV se incluyen la disfunción de los riñones, la obesidad, el tabaquismo y el uso de alcohol, entre muchas otras, dijo Patel.
"Cuando uno está frente a un paciente con una puntuación CHADS2 baja, hay que tomar una decisión según el paciente individual", dijo. "Hay que tomar en cuenta no solo la puntuación del paciente, sino también sus preferencias, además de factores de riesgo no incluidos en la puntuación".
FUENTES: Benjamin Horne, Ph.D., adjunct assistant professor, biomedical informatics, Intermountain Medical Center, Murray, Utah; Apoor Patel, M.D., director, complex ablations, department of electrophysiology, Northwell Health Sandra Atlas Bass Heart Hospital, Manhasset, N.Y.; March 17, 2017, presentation, American College of Cardiology annual meeting, Washington, D.C.