Aspectos destacados
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La neuritis óptica es una neuropatía óptica inflamatoria que suele ser indicativa de trastornos neurológicos autoinmunes que incluyen esclerosis múltiple, enfermedad asociada a anticuerpos contra la glucoproteína de mielina-oligodendrocitos y trastorno del espectro de la neuromielitis óptica.
El reconocimiento clínico temprano de la neuritis óptica es importante para determinar la posible etiología, que influye en el pronóstico y el tratamiento. La recuperación de la agudeza visual de alto contraste es común en personas con neuritis óptica idiopática y neuritis óptica asociada a esclerosis múltiple; sin embargo, los déficits residuales en la sensibilidad al contraste, la visión binocular y la percepción del movimiento pueden afectar las métricas de calidad de vida específicas de la visión.
Por el contrario, la recuperación de la agudeza visual puede ser más pobre y la atrofia del nervio óptico más grave en individuos seropositivos para anticuerpos contra la glucoproteína de oligodendrocitos de mielina, AQP4 y CRMP5 que en individuos con neuritis óptica típica por neuritis óptica idiopática o asociada a esclerosis múltiple.
Los hallazgos clínicos, de imagen y de laboratorio clave diferencian estos trastornos, lo que permite a los médicos centrar sus estudios de diagnóstico y optimizar los tratamientos agudos y preventivos.
Guiado por el diagnóstico temprano y preciso de los subtipos de neuritis óptica, el uso oportuno de corticosteroides en dosis altas y, en algunos casos, la plasmaféresis podría prevenir la pérdida de la visión de alto contraste, mejorar la sensibilidad al contraste y preservar la visión del color y los campos visuales.
Los avances en nuestro conocimiento, diagnóstico y tratamiento de la neuritis óptica mejorarán en última instancia nuestra comprensión de los trastornos neurológicos autoinmunitarios, mejorarán el diseño de los ensayos clínicos y encabezarán la innovación terapéutica.