Cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes para crear conciencia sobre el impacto de esta enfermedad en la salud de las personas. Busca también destacar las oportunidades que existen para fortalecer la prevención, el diagnóstico y el tratamiento.
El tema de este año es “Educación para proteger el mañana”. La OPS hace un llamado a la necesidad de fortalecer el acceso a una educación en diabetes de calidad tanto para el equipo de salud como para las personas que viven con esta patología, sus cuidadores y la sociedad en general.
Según la International Diabetes Federation (IDF), la diabetes mellitus (DM) afectó en el mundo a 537 millones de adultos y la prediabetes (riesgo de desarrollar DM2) a otros 541 millones en 2021, causando la muerte de 6,7 millones de personas. En ese lapso consumió alrededor de u$s 966 billones en gastos de control y tratamiento, monto que se incrementó en alrededor del 316% durante los últimos 15 años. Su magnitud da razón a la certera premonición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que la DM2 y su antecesor frecuente, la obesidad, serían la pandemia del siglo XXI.
Su diagnóstico tardío -frecuente en nuestra comunidad- facilita el desarrollo y progresión de sus complicaciones crónicas micro y macroangiopáticas, que disminuyen marcadamente la calidad y cantidad de vida de quienes las padecen, y aumentan significativamente los costos de atención. Costo al que contribuye el acúmulo de gastos asociados a la producción/atención de eventos cardiovasculares consecutivos al diagnóstico tardío de la DM, especialmente su tipo 2. También influye la baja calidad de atención en la que no es ajena la prescripción tardía e inapropiada de la insulina por acuerdo tácito de la dupla médico-paciente.
Efectos en la salud
Con el tiempo, la diabetes puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios.
- Los adultos con diabetes tienen un riesgo entre dos y tres veces mayor de sufrir un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular.
- Las neuropatías de origen diabético que afectan a las extremidades, combinadas con la reducción del flujo sanguíneo, elevan la probabilidad de sufrir úlceras e infecciones que, en última instancia, requieren la amputación como tratamiento.
- La retinopatía diabética, que es una importante causa de ceguera, es una consecuencia del daño de los capilares de la retina acumulado a lo largo del tiempo. Cerca de 1 millón de personas se han quedado ciegas debido a esta enfermedad.
- La diabetes es una las principales causas de insuficiencia renal.
- Los diabéticos tienen más probabilidades de tener peor evolución cuando contraen algunas enfermedades infecciosas, entre ellas la COVID-19.
¿Qué podemos hacer para controlarla?
Detener el aumento de la diabetes es posible y va de la mano de implementar estrategias como:
- La prevención de la diabetes y de sus factores de riesgo, especialmente sobrepeso/obesidad y actividad física insuficiente.
- El tamizaje en la población general y el seguimiento estrecho de la población de riesgo.
- Mejorar la capacidad diagnóstica de los servicios de salud.
- El monitoreo continuo de los pacientes.
- Mejorar la capacidad de derivación y de atención en el nivel secundario de atención.
- El acceso a una educación de calidad, que garantice una adecuada capacitación del equipo de salud y también de las personas que viven con diabetes, su círculo más cercano, sus cuidadores y la sociedad en general.
- El acceso a medicamentos y tecnologías esenciales, incluyendo la insulina.
- Los sistemas de información para la recopilación de datos para monitoreo y vigilancia.
Los cuidados para la diabetes deben ser parte de la preparación y de la respuesta a emergencias sanitarias. Las personas que viven con diabetes requieren que se les garantice la disponibilidad ininterrumpida de sus medicamentos en situaciones de este tipo.
Finalmente, cabe destacar que en el pasado mes de septiembre, en la ciudad de Rosario, se desarrolló el XXIII Congreso Argentino de Diabetes cuyo lema fue “Prediabetes y Diabetes, la importancia de intervenir en forma oportuna”.
Intentando erradicar la visión glucocentrista del abordaje de esta enfermedad, las numerosas conferencias y simposios de este evento priorizaron el enfoque interdisciplinario del paciente, anteponiendo el estilo de vida y las intervenciones no farmacológicas sin dejar de lado la valoración del riesgo cardiovascular.
Agradecimientos: Dra. Cecilia Pérez y Dra. Paula Gago Noble.