Metanálisis: evaluación de riesgos

Citalopram durante el embarazo

El tratamiento con citalopram no se asoció con la aparición de malformaciones congénitas graves. Se recomienda que el profesional evalúe los riesgos y beneficios del tratamiento a la hora de administrarlo a pacientes embarazadas.

Autor/a: Kang H, Ahn K, Kim H y colaboradores

Fuente: Obstetrics & Gynecology Science 60(2):145-153, Mar 2017

Introducción y objetivos

Según lo estimado, hasta el 16% de las embarazadas pueden padecer depresión. En ausencia de un tratamiento adecuado, es posible que la paciente descuide su salud y, en consecuencia, su embarazo. Esto coincide con un aumento del riesgo de prematurez, peso bajo al nacer y otras complicaciones en el neonato. Asimismo, incrementa la probabilidad de depresión posparto.

El uso de antidepresivos es frecuente entre las mujeres en edad fértil. De hecho, hasta el 6% de las embarazadas utilizan inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Sin embargo, se discute la seguridad del tratamiento. Según lo informado, algunos ISRS podrían aumentar el riesgo de anomalías congénitas, abstinencia neonatal y trastorno por déficit de atención e hiperactividad. El citalopram se emplea en forma habitual en pacientes embarazadas, aunque algunos autores informaron una asociación entre su administración y la aparición de malformaciones congénitas, especialmente, cardíacas. De todos modos, no se cuenta con información suficiente y apropiada al respecto.

El presente metanálisis se llevó a cabo con el objetivo de evaluar la información disponible sobre la asociación entre la exposición al citalopram y la aparición de malformaciones congénitas, en particular aquellas de origen cardíaco.


► Métodos

Los autores realizaron una búsqueda de información en las bases de datos PubMedEmbaseWeb of Science y Cochrane Library. Se incluyeron estudios con grupo control en los cuales se administró citalopram durante el primer trimestre de embarazo y se evaluó la aparición de malformaciones estructurales graves de acuerdo con las recomendaciones European Network for Surveillance of Congenital Anomalies (EUROCAT).


► Resultados

El metanálisis tuvo lugar mediante la inclusión de ocho estudios, seis de cohortes y dos de casos y controles, efectuados con 1 507 896 participantes. La probabilidad de riesgo de malformaciones graves asociada con el uso de citalopram durante el embarazo fue de 1.07. En cuanto a la aparición de malformaciones cardíacas asociadas con la administración de citalopram, el índice de riesgo hallado fue 1.31. Tras la exclusión de uno de los estudios con el fin de disminuir la heterogeneidad se halló un índice de riesgo de 1.03. Finalmente, los autores observaron cierto riesgo de sesgos de publicación relacionados con las malformaciones cardíacas ante la exposición intrauterina al citalopram.


► Discusión

Los resultados obtenidos no permiten indicar una asociación entre el uso de citalopram durante el embarazo y el aumento del riesgo de malformaciones cardíacas graves. Este hallazgo coincide con lo informado en otros estudios. Por ejemplo, en un metanálisis efectuado en 2013 se halló que el citalopram no se asocia en forma significativa con la aparición de malformaciones congénitas, incluidos los defectos cardíacos.

El uso de citalopram durante el embarazo es cada vez más difundido y aceptado entre las embarazadas, al igual que el escitalopram. Además, el uso de la droga también tiene lugar en presencia de ansiedad, distimia, trastorno disfórico premenstrual y trastorno dismórfico corporal. El perfil farmacológico del citalopram resulta en su pasaje a través de la placenta. No obstante, los niveles circulantes de la droga son bajos durante el embarazo. Es posible que la barrera placentaria minimice el potencial teratogénico de la droga.

La serotonina es un neurotransmisor importante en términos de desarrollo cardíaco y craneofacial. El perfil de seguridad y tolerabilidad de los ISRS es superior frente a los antidepresivos tricíclicos. En consecuencia, la administración de ISRS durante el embarazo es preferible frente a la administración de antidepresivos tricíclicos. El citalopram se destaca entre los ISRS debido a su nivel bajo de interacciones con otras drogas y a su selectividad por el transportador de serotonina.

Es posible que las embarazadas presenten una concentración plasmática de citalopram aun menor, en comparación con lo observado en ausencia de embarazo, debido al aumento del volumen de distribución y a la disminución de la unión proteica de la droga. Esto se asociaría con una disminución de la teratogenicidad, aunque hasta el momento existen controversias al respecto. Los resultados obtenidos indican que la asociación entre el uso de citalopram durante el embarazo y los defectos congénitos es mínima o nula, en coincidencia con lo informado por otros autores. En cambio, otros ISRS como la sertralina, la fluoxetina y la paroxetina podrían asociarse con anencefalia y malformaciones cardíacas, entre otros cuadros.

Entre las limitaciones del presente análisis, los autores destacan que los estudios incluyeron una desproporción considerable en términos de riesgo de malformaciones cardíacas. Debe considerarse que más allá del tratamiento farmacológico, la depresión afecta la maduración fetal en forma negativa. No obstante, resulta complicado distinguir los efectos de las drogas frente a los efectos de la depresión. Además, la clasificación de los defectos congénitos analizados en el presente estudio no fue lo suficientemente específica. En consecuencia, los expertos señalaron la necesidad de contar con estudios más específicos al respecto.


► Conclusión

La prescripción de citalopram durante el embarazo no se asociaría con malformaciones congénitas. De todos modos, el profesional deberá evaluar los riesgos y beneficios asociados con el tratamiento de cada paciente en forma individual.
 

♦ SIIC- Sociedad Iberoamericana de Información Científica