Revisión sistemática de la literatura y meta-análisis

Actividad física y degeneración macular asociada con la edad

Debido a que aparentemente un estilo de vida saludable sirve para retrasar el inicio y progresión de DMAE, tratamos de comprender mejor la asociación entre actividad física y DMAE

Autor/a: Myra B. Mc Guinness, Jerome Le, Paul Mutchell y colaboradores

Fuente: Am J Ophthalmol 2017;180:29–38

Indice
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2. Referencias bibliográficas

Introducción

La degeneración macular asociada con la edad (DMAE) es una de las causas más comunes de pérdida grave e irreversible de la visión en los países desarrollados.

A pesar de que dejar de fumar y consumir vitaminas antioxidantes en altas dosis podría reducir el riesgo de progresión del inicio asintomático de la patología a la última etapa con riesgo de pérdida de visión en hasta un tercio de las personas afectadas, en la actualidad, no existe ninguna estrategia para prevenir la DMAE o demorar su progresión.

Según la tendencia demográfica, la cantidad de personas con DMAE aumentará considerablemente, por lo que es importante identificar factores de riesgo modificables. DMAE es una patología compleja con factores de riesgo genéticos y ambientales.

Existen cada vez más pruebas sobre la repercusión positiva de la actividad física para lograr un envejecimiento positivo, reduciendo la mortalidad, manteniendo funciones físicas y cognitivas, evitando discapacidad y reduciendo los biomarcadores del envejecimiento.

Teniendo esto en cuenta, realizamos una revisión sistemática de la literatura para comprender mejor la asociación entre actividad física y DMAE.

Pacientes y métodos:

Se buscaron estudios clínicos en Medline, EMABASE y Google Scholar. Se revisaron las listas de referencia de los artículos publicados manualmente y se contactó a los autores para conseguir datos adicionales. Se compararon los grupos de menor actividad en cada estudio con el resto de los participantes para evaluar la asociación entre actividad física y DMAE.

En el presente meta-análisis encontramos que un estilo de vida más activo está independientemente asociado con menor riesgo de DMAE inicial y avanzada, con un efecto aún más marcado para la DMAE avanzada. Estos resultados confirman el mensaje de que debemos mantenernos activos toda la vida.

Es el primer meta análisis que evalúa la evidencia sobre la asociación entre actividad física y DMAE. La actividad física regular ha sido asociada con menor mortalidad y longevidad. Sin embargo, es difícil tratar de evaluar la repercusión de la actividad física sobre el envejecimiento y/o desarrollo de patologías, ya que está muy asociado a patrones de estilo de vida.

Las personas que hacen ejercicio suelen comer bien, no fuman, beben con moderación, son más conscientes sobre la salud en general y toman precauciones para detectar pronto cualquier enfermedad. La mayoría de los estudios incluidos están controlados por edad sexo y cigarrillo, dentro de una cohorte de raza blanca.

La cantidad de actividad física tomada en cuenta para considerar un estilo de vida activo en este análisis fue de tan solo 3 horas de actividad moderada a baja por semana, lo que resalta que una pequeña cantidad de actividad física es suficiente para aportar un efecto benéfico. Por ejemplo un estudio reciente demostró que 15 minutos diarios o 90 minutos por semana de ejercicio de moderada intensidad reduce la mortalidad con respecto a la inactividad.

El ejercicio regular ha demostrado aumentar la actividad de enzimas antioxidantes y mejorar la resistencia al estrés oxidativo. Como el estrés oxidativo es uno de los factores que se ven afectados por la actividad física, esta podría contribuir a la prevención de la DMAE o a retardar su progresión.

Evaluar la relación entre DMAE avanzada y actividad física es difícil, ya que en dicha etapa puede haber pérdida de visión y por lo tanto, menor actividad física. Sin embargo, esto no es así la el comienzo de la DMAE,  que no tiene prácticamente síntomas. Por lo tanto, los resultados finales podrían sobreestimar el efecto protector de la actividad física, pero el efecto es real.

En resumen, la actividad física está asociada con menor riesgo tanto de DMAE inicial como avanzada en la población blanca Se trata de una asociación de gran importancia para la salud pública. Tan solo una pequeña cantidad de actividad física es suficiente para aportar beneficios a la salud.

Se necesitan más datos longitudinales para confirmar el efecto protector de la actividad física sobre el desarrollo y progresión de la DMAE. Se requiere una evaluación más detallada y objetiva de la actividad física para evaluar la exacta relación dosis-respuesta.

Conclusiones:

La actividad física está asociada con menor riesgo de DMAE inicial y avanzada en la población blanca. Estos resultados tienen importantes consecuencias, confirmando el mensaje sobre la necesidad de mantenerse activo toda la vida. No obstante, se requieren nuevas investigaciones longitudinales para confirmar y categorizar el efecto protector de la actividad física sobre el desarrollo y progresión de la DMAE.

Resumen y comentario objetivo: Dr. Martín Mocorrea