Pautas para un uso racional de los estudios complementarios

Evaluación del endometrio en el sangrado posmenopáusico

La ecografía transvaginal es apropiada para la evaluación inicial de la hemorragia posmenopáusica

Antecedentes y objetivo

Aunque el sangrado vaginal posmenopáusico es común, y el cáncer de endometrio es la neoplasia ginecológica más común en las mujeres estadounidenses, la gran mayoría de las mujeres con hemorragia posmenopáusica no alberga neoplasia uterina. No obstante, la evaluación inicial inmediata es importante.

Resumen:

El cáncer de endometrio es el tipo más común de cáncer ginecológico en los Estados Unidos. El sangrado vaginal es el signo de presentación en más del 90% de las mujeres posmenopáusicas con carcinoma de endometrio.

Los factores de riesgo clínicos para cáncer de endometrio incluyen entre otros, edad, obesidad, uso de estrógenos sin oposición, comorbilidades médicas específicas (p. Ej., Síndrome de ovario poliquístico, diabetes mellitus tipo 2, células glandulares atípicas en la detección de citología cervical) e historia familiar de ginecología la malignidad también se debe considerar al evaluar el sangrado posmenopáusico.

El abordaje clínico del sangrado posmenopáusico requiere una evaluación rápida y eficiente para excluir o diagnosticar el carcinoma endometrial y la neoplasia intraepitelial endometrial.

La ecografía transvaginal suele ser suficiente para una evaluación inicial del sangrado posmenopáusico si las imágenes ecográficas revelan un eco endometrial delgado (menor o igual a 4 mm), dado que un grosor endometrial de 4 mm o menos tiene un valor predictivo negativo superior al 99% para el cáncer endometrial.

La ecografía transvaginal es una alternativa razonable al muestreo endometrial como primer abordaje en la evaluación de una mujer posmenopáusica con un episodio inicial de hemorragia.

Si el muestreo ciego no revela hiperplasia endometrial o malignidad, se justifica realizar más pruebas, como la histeroscopía con dilatación y curetaje, en la evaluación de mujeres con hemorragia persistente o recurrente.

Una medición endometrial mayor de 4 mm que se descubre incidentalmente en una paciente posmenopáusica sin hemorragia no necesita desencadenar la evaluación rutinariamente, aunque es apropiada una evaluación individualizada basada en las características del paciente y los factores de riesgo.

La ecografía transvaginal no es una herramienta de detección adecuada para el cáncer de endometrio en mujeres posmenopáusicas sin hemorragia.


Medición del espesor endometrial. El grosor endometrial medido en su parte más gruesa es la distancia entre los bordes ecogénicos (pinzas) perpendiculares al plano longitudinal de la línea media del útero.
 

Recomendaciones clave

  •     La ecografía transvaginal (TVUS) es apropiada para la evaluación inicial de la hemorragia posmenopáusica. Si el endometrio tiene un grosor medido sonográficamente ≤ 4 mm, puede que no sea necesaria una evaluación adicional. Si el sangrado persiste o reaparece, se indica el muestreo endometrial.
     
  •     La obesidad, la posición uterina o las anomalías miometriales pueden impedir una evaluación endometrial satisfactoria con TVUS. En estos casos, la hemorragia posmenopáusica debe evaluarse con sonohisterografía, histeroscopia de consultorio o muestreo endometrial. Si dicho muestreo produce tejido insuficiente para el diagnóstico, puede no ser necesaria una evaluación adicional, siempre que el TVUS posterior demuestre un grosor endometrial ≤4 mm y el sangrado no vuelva a aparecer.
     
  •     Cuando las mujeres posmenopáusicas sin hemorragia se someten a TVUS por indicaciones tales como dolor pélvico o patología anexial, se puede encontrar incidentalmente un grosor endometrial> 4 mm. En este contexto, la evaluación endometrial adicional no está indicada de forma rutinaria (aunque los factores específicos del paciente y los hallazgos de imagen pueden justificar una evaluación adicional).

Comentario

La evaluación óptima de las mujeres con hemorragia posmenopáusica debe identificar la pequeña proporción de neoplasias endometriales y minimizar el uso de procedimientos invasivos en aquellos con causas benignas de dicho sangrado. Estas pautas deberían ayudar a los médicos a alcanzar este objetivo.