Una guía para el médico práctico

Cinco cosas que hay que saber sobre el melanoma

Un diagnóstico que requiere un alto grado de alerta clínica

Autor/a: Robert Micieli and Kucy Pon

Fuente: Melanoma

1. La exposición al sol juega un papel importante en la patogénesis del melanoma

Más del 90% de los melanomas en los 3 subtipos genéticos más comunes (BRAF, RAS, NF1) tienen una firma ultravioleta sustancial.1 Clínicamente, los melanomas aparecen con mayor frecuencia en sitios de exposición crónica al sol (cara, cuello) o intermitente (es decir, , tronco, piernas) como propagación superficial (Figura 1), melanoma nodular o lentigo maligno.

Figura 1:


Criterios ABCDE (forma asimétrica, borde irregular, variación de color, diámetro> 6 mm [aproximadamente del tamaño de un borrador de lápiz] y evolución [anotada en la historia y en comparación con el tamaño anterior]) de un melanoma superficial típico que se caracteriza como una placa Con áreas planas y elevadas. Imagen obtenida del Instituto Nacional del Cáncer.

2. Los melanomas también ocurren en sitios de exposición al sol mínima

La secuenciación del genoma del acral (en las palmas y las plantas de los pies) y los melanomas de la mucosa ha demostrado que, aunque la exposición al sol puede desempeñar un papel, no es el principal impulsor mutacional.2 Estos melanomas pueden compartir una patogénesis similar a la de otras neoplasias malignas no cutáneas.

3. La vía de la proteína quinasa activada por mitógenos está implicada en casi todos los melanomas

Esta vía estimula el crecimiento celular y la supervivencia. Las mutaciones BRAF, RAS y NF1 son parte de esta vía y representan el 50%, 25% y 15% de todos los melanomas, respectivamente.1 Los estudios de todo el genoma han ayudado a identificar importantes marcadores inmunohistoquímicos para el diagnóstico (p. Ej., Muerte celular no programada 1 [ anti-PD-1], proteína 4 asociada a los linfocitos T [anti-CTLA4] 3, así como inmunoterapias adyuvantes y terapias dirigidas (es decir, inhibidores de BRAF o MEK) para mejorar la supervivencia de los pacientes con melanoma avanzado.4

4. De todos los melanomas, el 10% son amelanóticos o hipopigmentados y pueden ser difíciles de diagnosticar5

Son más comunes en pacientes con piel tipo I de Fitzpatrick y daño crónico por el sol (queratosis actínicas), y se localizan en sitios expuestos al sol (por ejemplo, cara, cuello, brazos, manos) .5 El diagnóstico diferencial de la evolución del rojo o el rosa. Las máculas, placas o nódulos deben incluir un melanoma amelanótico, especialmente en los pacientes y lugares mencionados anteriormente. KIT, un inhibidor de la tirosina quinasa, se muta frecuentemente en el melanoma amelanótico.

5. Cualquier lesión sospechosa de melanoma debe remitirse a dermatología.

Una lesión pigmentada con cualquiera de los criterios ABCDE (Figura 1) debe generar sospecha de melanoma. El tratamiento definitivo es una escisión local amplia con márgenes apropiados. En las áreas cosméticamente sensibles (por ejemplo, la cara), la cirugía de Moh, en la que se eliminan secuencialmente capas delgadas del tumor hasta que solo queda tejido libre de cáncer, puede ser preferible.


Referencias bibliográficas

  1. Cancer Genome Atlas Network. Genomic classification of cutaneous melanoma. Cell 2015;161:1681–96.
  2. Hayward NK, Wilmott JS, Waddell N, et al. Whole-genome landscapes of major melanoma subtypes. Nature 2017; 545:175–80.
  3. Massi D, Simi L, Sensi E, et al. Immunohistochemistry is highly sensitive and specific for the detection of NRASQ61R mutation in melanoma. Mod Pathol 2015;28:487–97.
  4. Long GV, Hauschild A, Santinami M, et al. Adjuvant dabrafenib plus trametinib in stage III BRAF-mutated melanoma. N Engl J Med 2017;377:1813–23.
  5. Wee E, Wolfe R, Mclean C, et al. Clinically amelanotic or hypomelanotic melanoma: anatomic distribution, risk factors, and survival. J Am Acad Dermatol 2018;79:645–51.e4.