Ciclo de biografías “Encendidos”

Sinéad O'Connor: la cantante de protesta que nunca quiso ser estrella

Una historia de vida. Una historia clínica. Una biografía sobre personalidades que brillaron hasta su extinción, pero que permanecerán iluminándonos para siempre.

El pasado 26 de julio el mundo se enteraba de la muerte de la cantante irlandesa Sinéad O’Connor a sus 56 años y, con la noticia, se supo más acerca de la triste vida de la intérprete, que nunca quiso ser estrella, sino que solo buscaba exteriorizar lo que tenía para decir. Por ser fiel a sus convicciones, vio caer su carrera y sufrió —antes de que se extendiera la palabra— el fenómeno de la “cancelación”. ¿Pero acaso eso le importaba a Sinéad en comparación a otras desgracias mayores y a los problemas de salud mental que la aquejaban? No tanto, según dejó expresado en sus memorias Rememberings, publicadas en 2021 cuando dijo: “Todo el mundo quiere a una estrella del pop. Pero yo soy una cantante de protesta. Solo tenía cosas que sacar de mi pecho. No tenía ningún deseo de fama”.

Sinead O’Connor nació el 8 de diciembre de 1966 en Dublin, Irlanda, y a sus 20  años ya se había hecho conocida. Empezó su carrera tocando en las calles de su ciudad natal y en 1989 lanzó su primer álbum, The Lion and the Cobra, con excelentes críticas. Pero la fama mundial le llegó en 1990 con el hit “Nothing compares to you”, escrito por Prince. En el video de la canción se la veía a ella, con su cabeza rapada, en un primerísimo primer plano cantando sobre ausencias. Un artículo publicado por la escritora Marina Mariasch decía sobre el clip: “La imagen estaba a un pelín de convertirla en una llorona patética, una arrastrada. Pero ese pelín no estaba. Había pasado por la gilette y no había mejor manera que la de ella de conjugar el dolor de esos versos con esa voz suplicante y desesperada que le salía de las costillas bajas”.


Con su impronta rebelde y en contra de las exigencias de más femineidad por parte de la industria, Sinéad ganó un premio Grammy al “Mejor Álbum de Música Alternativa” en 1991, pero no fue a recibirlo, ya que consideraba a la ceremonia “demasiado comercial”.

El éxito, entonces, nunca estuvo por arriba de su voz, que no solo cantaba, sino que también hablaba. Relató una experiencia aterradora que tuvo en la casa de Prince, en la que el músico habría rellenado la almohada “con algo duro que había deslizado en su funda”, para lanzársela. Sinéad huyó a pie y en el medio de la noche a causa del terror. Para el autor de “Purple Rain”, tuvo las siguientes palabras: “Tenés que estar loco para ser músico, pero hay una diferencia entre estar loco y ser un abusador violento de mujeres”.

Pero el momento en que marcó un antes y un después para Sinéad fue cuando, en 1992 rompió una foto del papa Juan Pablo II  en el programa Saturday Night Live. La controversia se intensificó aún más cuando la cantante explicó que su gesto era una protesta contra el abuso infantil en la Iglesia Católica. Ella, que había sido criada bajo esa religión, dijo que sentía una gran indignación por los casos de abuso que habían salido a la luz y que creía que la Iglesia no estaba haciendo lo suficiente. La herida propia también sangraba, porque O’Connor reveló que había sido víctima de abuso sexual infantil por parte de su propia madre. Y trató de sanarla mediante el activismo durante toda su carrera musical.

Golpes, salud mental y la eterna búsqueda de paz

Sinéad O’ Connor se retiró de los escenarios en 2003, luego de anunciar que presentaba un trastorno bipolar. Los padecimientos mentales la acompañaron durante toda su vida, por más que ella siempre hubiera intentado encontrar algo de paz.  Por ello, tal vez siempre fue compasiva con otras figuras que la sucedieron y que también sufrieron la exposición pública, como Amy Winehouse o Britney Spears. De esta última llegó a decir: “Lo que le hicieron a Britney fue repugnante. Si conocieras a un extraño en la calle llorando, lo abrazarías, no atinarías a sacarle foto”. Y cuando Britney fue tildada de "loca" tras raparse, dijo: “¿Por qué decían que estaba loca por eso”.

Pero a esta cantante de protesta que nunca había querido trinufar como estrella pop, le quedaba todavía mucho para decir. En 2005, volvió al ruedo con un álbum de reggae Throw Down Your Arms, que lanzó después de vivir unos años en Jamaica y experimentar las creencias rastafaris.

Más tarde, quiso encontrar refugio en la escritura y redactó la primera parte de sus memorias en 2015, pero tardó en retomar el proyecto —que terminó por ser publicado en 2021— por sufrir una histerectomía y atravesar, en sus propias palabras, “un colapso total”. Incluso utilizaba las redes para hablar de su diagnóstico y de pensamientos suicidas.

Aunque su nombre artístico continuó siendo Sinéad O’Connor, en 2017 quiso que la llamaran Magda Davitt y un año después su nombre pasó a ser Shuhada’ Sadaqat tras convertirse al Islam. En ese momento compartió un video emocionada tratando de cantar el Adhan, la oración de esa fe.

Pero el momento más triste de su vida fue en enero de 2022, cuando hallaron muerto a su hijo Shane, de tan solo 17 años. Shane se había escapado de un hospital donde estaba bajo vigilancia tras haber intentado quitarse la vida dos veces, algo que había atribuido a problemas de salud mental. Tras la pérdida, Sinéad había expresado en Twitter: “No tiene sentido vivir sin él. Todo lo que toco lo arruino. Solo me quedé por él. Y ahora se ha ido”. Después de estos mensajes, ella misma fue acompañada por fuerzas de seguridad para hospitalizarse de forma voluntaria. Luego de pedir disculpas a sus fanáticos, agregó: “Estoy perdida sin mi hijo y me odio a mí misma. El hospital ayudará por un tiempo. Pero voy a encontrar a Shane. Esto es solo un retraso”.

Más allá de las dificultades, Sinéad O’Connor grabó diez discos de estudio y nunca dejó de lado su papel de activista, tanto en el abordaje del abuso infantil, como el del rol de la mujer y el racismo. La cantante de protesta dijo todo hasta el día de su fallecimiento, cuyas causas se desconocen hasta hoy. Ya, desde otro plano, quedan grabadas sus palabras, cercanas a los últimos tiempos: “Me quitaron mi cuerpo, mi mente, a mis hijos, pero nunca me quitarán la voz”.

Textos de Celina Abud.


Referencias

El cielo es de las rapaditas, por Marina Mariasch, LatFem, 27/07/23.

Cómo murió la cantante irlandesa Sinéad O'Connor, Página 12, 28/07/23.

La pérdida de su hijo y mensajes inquietantes: qué se sabe hasta ahora de la muerte de Sinéad O’Connor, La Nación, 30/07/23.