Reducción del riesgo cardiovascular

Hay más respaldo de un tratamiento agresivo para la presión arterial en los adultos mayores

Los últimos hallazgos de un ensayo nacional muestran que reduce las probabilidades de insuficiencia cardiaca, incluso entre las personas de edad avanzada

Fuente: MedlinePlus

Las personas que logran bajar la presión arterial alta a niveles normales podrían reducir de forma sustancial el riesgo de enfermedad cardiaca, aunque sean mayores o ya tengan problemas del corazón, sugiere una investigación reciente.

Los resultados del estudio, de un importante ensayo clínico llamado SPRINT (por las siglas en inglés de ensayo de intervención en la presión arterial sistólica) amplían la evidencia de que tratar la hipertensión agresivamente en los adultos mayores podría valer la pena.

En específico, apuntaron los expertos, los beneficios parecen extenderse a las personas mayores y a los pacientes con un peor estado de salud.

Eso podría parecer obvio. Pero durante años ha habido una "importante controversia" sobre si ese tipo de tratamiento intensivo es incluso seguro para las personas mayores, explicó el Dr. Dalane Kitzman, cardiólogo del Centro Médico Bautista Wake Forest, en Winston-Salem, Carolina del Norte.

Kitzman es uno de los investigadores que presentará los más recientes hallazgos del SPRINT el sábado en la reunión anual de la Sociedad Americana de la Hipertensión (American Society of Hypertension, ASH), en la ciudad de Nueva York.

Los resultados iniciales del hallazgo, que salieron el año pasado, cuestionaron las recomendaciones actuales sobre el tratamiento de la hipertensión de los adultos mayores.

Las directrices nacionales de EE. UU. sugieren que los pacientes menores de 60 años bajen su presión arterial sistólica (la cifra superior) a 140 mm/Hg o menos. Se aconseja a los adultos mayores que intenten llegar a 150 o menos.

El ensayo SPRINT comparó ese método con otro más agresivo que buscaba llevar a los pacientes de tosas las edades a 120 o menos, que se considera lo "normal".

El ensayo, que comenzó en 2009, se detuvo pronto cuando se vio claramente que un control más estricto era mejor. Los pacientes que buscaron alcanzar las cifras más bajas tenían entre un cuarto y un tercio menos de probabilidades de morir o de sufrir un ataque cardiaco, una insuficiencia cardiaca o un accidente cerebrovascular.

Los resultados que se reportarán en la reunión de la ASH profundizan más, según el Dr. Robert Phillips, del Hospital Metodista de Houston, en Texas.

Una importante pregunta sin respuesta ha sido si a distintos subgrupos de pacientes le va bien, explicó.

Phillips es secretario y tesorero de la ASH, y presidió la sesión sobre los hallazgos del SPRINT.

Algunos de los resultados más importantes se enfocan en la insuficiencia cardiaca, que es una afección crónica en que el músculo del corazón no puede bombear con suficiente eficiencia como para satisfacer las necesidades del cuerpo. Eso conduce a problemas como fatiga crónica, falta de aliento y acumulación de fluidos.

El equipo de Kitzman encontró que los pacientes con un control estricto de la presión arterial tenían un 38 por ciento menos de probabilidades de ser hospitalizados por un agravamiento de la insuficiencia cardiaca. E incluso los que tenían un riesgo más alto de insuficiencia cardiaca se beneficiaron.

Eso incluyó a los pacientes a partir de 75 años, los negros, y a las personas con enfermedad renal o antecedentes de problemas cardiacos o accidente cerebrovascular.

Phillips aseguró que la reducción en las hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca fue "dramática".

Hace mucho que los médicos saben que cuando los adultos mayores bajan su presión arterial a menos de 150, su riesgo de insuficiencia cardiaca se reduce, dijo Kitzman.

"Ahora sabemos que bajarla hasta niveles normales reduce el riesgo incluso más", apuntó.

En promedio, los pacientes que tenían un control más estricto de la presión arterial usaban tres fármacos, en comparación con dos en el grupo de la atención estándar. Esto sí aumenta el riesgo de efectos secundarios, como mareos y desmayos.

Otro estudio que será presentado en la reunión se enfocó en esas posibles desventajas.

Los investigadores, de la Universidad de Wake Forest y de la Universidad de Florida, encontraron que los pacientes con un control más estricto de la presión arterial se enfrentaban a un riesgo ligeramente más alto de mareos y desmayos: poco más del 3 por ciento tuvieron problemas con los mareos, frente al 2 por ciento de los otros pacientes. Los hallazgos fueron casi idénticos respecto a los desmayos.

Pero entre las personas mayores de 75 años, las que tenían un control más estricto de la presión arterial en realidad tenían un 21 por ciento menos de probabilidades de caerse y sufrir una lesión.

Según Phillips, el motivo no está claro. Pero quizá una función más sana de los vasos sanguíneos proteja a muchos adultos mayores de marearse y caerse, planteó.

Se trata de un hallazgo importante, según Phillips. Durante años, se pensaba que la presión arterial seguía subiendo con la edad, para que el cerebro recibiera suficiente riesgo sanguíneo, explicó.

"El miedo de los médicos a tratar la hipertensión en los adultos mayores tiene una larga historia", comentó.

Estos resultados confirman que, en general, "más baja es mejor", dijo Phillips.

Kitzman dijo lo mismo. Al inicio del estudio SPRINT, los mismos investigadores tenían "opiniones opuestas" sobre si un control estricto de la presión arterial sería algo bueno para todos, señaló.

Pero todavía hay que tener cuidado, añadió Phillips. Si sufre mareos cuando toma antihipertensivos, debe hablar con el médico sobre una reducción de la dosis, sugirió.

Kitzman también anotó que independientemente de cuántos medicamentos se tomen, el estilo de vida es importante. Aconsejó llevar una dieta equilibrada que limite la sal y con bastantes frutas y verduras, ser físicamente activo y mantener un peso saludable.

La investigación ha mostrado que los adultos mayores también pueden hacer esos tipos de cambios en el estilo de vida, anotó Kitzman. "Independientemente de la edad, abordar la hipertensión es factible y beneficioso", enfatizó.

El ensayo SPRINT incluyó a más de 9,300 pacientes a partir de los 50 años, reclutados de casi cien clínicas de todo Estados Unidos. El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU.

Las investigaciones presentadas en reuniones se deben considerar como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.


FUENTES: Dalane Kitzman, M.D., professor, cardiology, Wake Forest Baptist Medical Center, Winston-Salem, N.C.; Robert Phillips, M.D., Ph.D., professor, cardiology, Houston Methodist Institute for Academic Medicine, Texas; May 14, 2016 presentations, American Society of Hypertension annual meeting, New York City