Las mujeres de mediana edad con antecedentes de depresión parecen tener un riesgo marcadamente más elevado de enfermedad cardiaca, sugiere una investigación reciente.
El hallazgo parece reforzar el vínculo bien conocido entre la depresión y los problemas del corazón, pero no prueba una relación causal.
Los investigadores siguieron a unas 1,100 mujeres durante diez años, y encontraron que la depresión era el único factor de riesgo significativo de la enfermedad de la arteria coronaria en las mujeres menores de 65 años sin antecedentes de enfermedades cardiacas al inicio del estudio.
Pero en las mujeres mayores de 65 años, la edad se identificó como el único predictor significativo de enfermedad cardiaca, hallaron los investigadores.
Las enfermedades cardiacas son la causa principal de muerte para las mujeres y los hombres en Estados Unidos, y son responsables de casi una de cada cuatro muertes al año, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
"Cuando añadimos la depresión... a otros factores de riesgo bien conocidos de la enfermedad de la arteria coronaria, la depresión fue lo único que destacó" en las mujeres menores de 65 años, apuntó el autor del estudio, el Dr. Xuezhi Jiang, obstetra y ginecólogo del Hospital de Reading en Reading, Pensilvania. "Es más bien sorprendente".
El estudio se presentó el miércoles en la reunión anual de la Sociedad Norteamericana de la Menopausia (North American Menopause Society) en Orlando, Florida
Jiang y su equipo siguieron a 1,084 mujeres que recibieron mamografías de rutina en un centro radiológico a partir de 2004. Su edad promedio era de 55 años. Cada una completó un cuestionario de depresión con tres preguntas sobre los sentimientos de tristeza o depresión, desesperanza, y desánimo o melancolía.
Otras informaciones de salud también se registraron, incluyendo los factores de riesgo de enfermedad cardiaca de las mujeres, como los antecedentes familiares, el estatus de tabaquismo, los niveles de ejercicio, la hipertensión o la diabetes. Se envió un cuestionario similar sobre la depresión a cada participante cuatro veces durante los diez años siguientes para obtener información de seguimiento y cualquier cambio en el estatus de enfermedad cardiaca.
De las 1,030 mujeres sin antecedentes de enfermedad cardiaca al inicio del estudio, alrededor de un 18 por ciento respondieron que "sí" a al menos una de las preguntas sobre la depresión. De esas mujeres, un 9 por ciento experimentaron uno o más casos de enfermedad cardiaca a lo largo de los 10 años siguientes, frente a solo un 2 por ciento de las que contestaron que "no" se sentían deprimidas.
La depresión fue el único factor de riesgo significativo asociado con el desarrollo de una enfermedad cardiaca en las mujeres menores de 65 años. Aunque los científicos no comprenden del todo por qué la depresión aumenta el riesgo de enfermedad cardiaca, según Jiang, la depresión puede incrementar la producción de hormonas del estrés en el cuerpo, lo que podría tener un rol en los problemas del corazón.
Simon Rego, psicólogo jefe del Centro Médico Montefiore y del Colegio de Medicina Albert Einstein en la ciudad de Nueva York, dijo que el nuevo estudio resalta el grave impacto que una afección de salud mental puede tener en los resultados médicos.
"La moraleja es aumentar y ampliar nuestros procedimientos de evaluación de salud mental en sitios que no evalúan dichas afecciones de forma tradicional, como en este caso, a las mujeres que acudieron a una evaluación de rutina del cáncer de mama", planteó Rego. Rego no participó en la nueva investigación.
Rego anotó que la depresión puede tener un impacto sobre las conductas saludables, por ejemplo al reducir los niveles de ejercicio y actividad, al alterar los hábitos de alimentación y sueño, y al aumentar el consumo de alcohol y drogas. Añadió que investigaciones adicionales deben determinar si dichos factores también podrían influir en los riesgos de enfermedades del corazón.
Las investigaciones presentadas en conferencias científicas normalmente no han sido revisadas por profesionales ni publicadas, y los resultados se consideran preliminares.
FUENTES: Xuezhi Jiang, M.D., ob/gyn, Reading Hospital, Reading, Pa., and assistant professor, obstetrics and gynecology, Sidney Kimmel Medical College of Thomas Jefferson University, Philadelphia; Simon A. Rego, Psy.D., chief psychologist, and associate clinical professor, psychiatry and behavioral sciences, Montefiore Medical Center/Albert Einstein College of Medicine, New York City; abstract for presentation Oct. 5, 2016, North American Menopause Society, Orlando, Fla.