En los EE. UU.

Las tasas de enfermedad cardiaca se han reducido en un 20 % desde los 80

Los investigadores lo atribuyen a mejores medicamentos y esfuerzos de prevención

Fuente: MedlinePlus

Una nueva investigación muestra que los casos de enfermedad cardiaca se han reducido en un 20 por ciento en Estados Unidos en las últimas cuatro décadas. Los expertos atribuyen la tendencia a una mejor detección y prevención de los factores de riesgo que ponen a la salud cardiaca en peligro.

"Esto significa que todos los esfuerzos están dando frutos", aseguró el investigador principal Michael Pencina, director de bioestadística del Instituto de Investigación Clínica Duke en la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.

Pero la mayoría de factores de riesgo cardiaco importantes (el colesterol malo, la hipertensión y fumar) siguen contribuyendo mucho a la enfermedad cardiaca, lo que muestra que se puede hacer más por proteger a los pacientes, añadió Pencina.

"La enfermedad coronaria era del tamaño de una pizza familiar, pero ahora es del tamaño de una pizza mediana", dijo Pencina. "Pero en términos de rebanadas, la porción de la pizza que se puede atribuir a los factores de riesgo es más o menos igual", explicó.

"Sin duda hay espacio para la mejora. Quizá podamos llegar al tamaño de una pizza personal, para seguir con la analogía", continuó. "Como los factores de riesgo siguen importando, intervenirlos debería resultar en más reducciones".

Unas 610,000 personas mueren cada año de enfermedad cardiaca en Estados Unidos, equivalente a más o menos una de cada cuatro muertes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

En el estudio, Pencina y sus colaboradores crearon dos grupos de unos 14,000 pacientes usando datos de cinco grandes estudios.

Un grupo incluyó a pacientes de una era anterior, que fueron reclutados para sus estudios entre 1983 y 1990. El otro grupo incluyó a pacientes más recientes, reclutados entre 1996 y 2002, con un seguimiento que acabó más o menos en 2011.

Los investigadores anticipaban que a los pacientes más recientes les iría mejor respecto a la enfermedad cardiaca porque tenían el beneficio de unos mejores medicamentos para tratar el colesterol y bajar la presión arterial, además de unos esfuerzos antitabaquismo más efectivos, dijo Pencina.

Esa suposición resultó correcta, ya que los pacientes de la época posterior mostraron más o menos un 20 por ciento menos de casos de enfermedad cardiaca en comparación con los pacientes anteriores, reportaron los investigadores.

También encontraron que la potencia de la asociación entre la hipertensión, el colesterol alto y fumar con la incidencia de enfermedad cardiaca permaneció igual a lo largo del tiempo.

Pero un factor de riesgo, la diabetes, no siguió la misma tendencia. Aunque los casos de diabetes han aumentado en los últimos años, la asociación entre la diabetes y la enfermedad cardiaca en realidad se redujo, mostraron los hallazgos.

Hay dos explicaciones potenciales sobre la reducción del impacto de la diabetes en la enfermedad del corazón, dijo Pencina. Una es que los médicos han mejorado en el diagnóstico de la diabetes.

"Antes, si se llamaba a alguien diabético, era un caso de verdad claro y malo de diabetes que se había detectado", comentó. "Ahora, con más pruebas y una mejor concienciación, detectamos todo tipo de casos de diabetes".

Los médicos también están haciendo un mejor trabajo al tratar a las personas con diabetes por los problemas cardiacos posibles que la enfermedad crónica puede provocar.

"Sabemos que es un gran factor de riesgo de la enfermedad coronaria, así que prestamos más atención a si quizá fuman, a que comiencen a hacer ejercicio, y les recetamos una estatina", señaló Pencina.

Según la Dra. Suzanne Steinbaum, el estudio muestra que "todo se trata de los factores de riesgo" y la importancia de asumir una responsabilidad personal sobre la propia salud. Steinbaum es directora de Salud Cardiaca de las Mujeres en el Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.

"No podemos simplemente esperar que el sistema de atención de la salud lo solucione", enfatizó Steinbaum. "Se trata de que adoptemos opciones muy deliberadas y conscientes sobre la forma en que vivimos, comemos y hacemos ejercicio".

Pencina dijo que los médicos y las autoridades de salud pública deben comenzar a enfocarse en la salud cardiaca a edades siempre más tempranas, de forma que cuando las personas crezcan sean más capaces de manejar sus riesgos de salud cardiaca sin tener que depender de fármacos.

Pero la buena noticia tiene una desventaja. El estudio de seguimiento acabó más o menos en 2011, y las autoridades federales de salud reportaron este verano que hubo un ligero aumento en la enfermedad cardiaca entre 2011 y 2014, comentó la Dra. Stacey Rosen, vicepresidenta de salud de las mujeres del Instituto Katz de Salud de las Mujeres de Northwell Health en New Hyde Park, Nueva York.

"Aunque hemos logrado grandes avances, no podemos descansar en los laureles", advirtió Rosen. "La enfermedad cardiaca sigue siendo la principal causa de muerte, y sigue siendo predominantemente prevenible".

El estudio se publicó el 15 de noviembre en la revista Journal of the American Medical Association.


FUENTES: Michael Pencina, Ph.D., director, biostatistics, Duke Clinical Research Institute, Duke University, Durham, N.C.; Suzanne Steinbaum, M.D., director, Women's Heart Health, Lenox Hill Hospital, New York City; Stacey Rosen, M.D., vice president, women's health, Northwell Health's Katz Institute for Women's Health, New Hyde Park, N.Y.; Nov. 15, 2016, Journal of the American Medical Association