Los científicos dicen que han encontrado evidencias biológicas de un segundo tipo de síndrome de fatiga crónica que calificaron como "atípico".
Afirmaron que sus hallazgos podrían ayudar a llegar a un mejor diagnóstico y a unos mejores tratamientos para los pacientes.
Las personas con el síndrome de fatiga crónica pueden sentir una fatiga extrema después de un esfuerzo, que no mejora cuando se acuestan para descansar. También pueden sufrir dolores de cabeza, dolor muscular y dificultades para concentrarse. Estos síntomas pueden persistir durante años.
Normalmente, los síntomas aparecen de repente después de una infección parecida a una gripe, un tipo que los investigadores llaman "clásico". Pero los casos atípicos parecen desarrollarse a partir de desencadenantes que se producen meses o años antes de que aparezcan los síntomas. La fatiga crónica atípica también podría venir acompañada de un desarrollo posterior de enfermedades adicionales graves, como trastornos convulsivos o algunos cánceres, indicaron los investigadores.
El estudio contó con muestras del líquido cefalorraquídeo de 32 pacientes. Algunos pacientes tenían un síndrome de fatiga crónica clásico, y otros presentaban la forma atípica.
Los investigadores dijeron que todos los participantes con casos atípicos tenían antecedentes de encefalitis viral, de enfermedad tras un viaje al extranjero o una trasfusión sanguínea, o habían desarrollado más tarde enfermedades junto con su fatiga crónica, como convulsiones, la enfermedad de la guerra del Golfo o cáncer.
En comparación con las muestras del grupo clásico, las del grupo atípico tenían unos niveles más bajos de moléculas del sistema inmunitario. Hubo niveles más bajos de tres moléculas del sistema inmunitario implicadas en la lucha contra las infecciones virales o ciertos trastornos neurológicos, indicaron los investigadores.
"Ahora tenemos evidencias biológicas de que los desencadenantes del [síndrome de fatiga crónica] podrían implicar distintas vías a la enfermedad o, en algunos casos, predisponer a los individuos al desarrollo posterior de comorbilidades graves", dijo la primera autora, la Dra. Mady Hornig, directora de investigación traslacional en la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.
"Es importante destacar que nuestros resultados sugieren que estos perfiles de biomarcadores tempranos podrían ser detectables poco después de un diagnóstico de [síndrome de fatiga crónica], lo que establece un fundamento para una mejor comprensión de y tratamientos para esta enfermedad compleja y poco comprendida", dijo Hornig en un comunicado de prensa de la universidad.
El estudio aparece en la edición del 4 de abril de la revista Translational Psychiatry.
FUENTE: Columbia University