Ferdinand Hodler, “Valentine Godé-Darel on Her Sickbed,” 1914
“Una emoción es un mecanismo que orquesta la fisiología y la conducta para resolver un problema específico que ha ocurrido consistentemente a lo largo de la historia evolutiva. En un nuevo artículo defendemos que el estado de estar enfermo es una emoción”. |
Nuestra larga historia coevolutiva con agentes infecciosos probablemente comenzó poco después del surgimiento de los primeros organismos unicelulares. Esta carrera armamentista evolutiva en curso ha generado adaptaciones complejas del huésped, muchas altamente conservadas, para resistir la infección (por ejemplo, sistemas inmunes innatos y adquiridos, programas de desarrollo sensibles a la infección, reproducción sexual).
Una gran cantidad de evidencia sugiere que, en los humanos, el asco de evitar los patógenos es una emoción que motiva a evitar las señales asociadas con los patógenos, lo que reduce la infección. Sin embargo, la cuestión de si existe una emoción que coordina la resistencia a la infección activa ha recibido menos atención.
Proponemos que la lasitud es una emoción.
Se desencadena por señales de infección activa y coordina la lucha contra la infección al:
(a) Reducir el movimiento energéticamente costoso para que haya más energía disponible para el sistema inmune.
(b) Reducir la exposición a infecciones y lesiones adicionales que agravarían la carga de trabajo del sistema inmune.
(c) Promover comportamientos termorreguladores que faciliten la inmunidad.
(d) Regular el consumo de alimentos para que sea beneficioso para el huésped pero perjudicial para los patógenos
(e) Implementar estrategias que provoquen el comportamiento de cuidado de los aliados sociales.
Lasitud presenta las características centrales de una emoción: se desencadena por señales de un problema de adaptación (es decir, infección), genera una expresión facial característica (p. Ej., músculos faciales relajados, párpados caídos, labios ligeramente separados) y tiene cualidades distintas (p. Ej. , cansancio profundo, disminución del apetito, sentimientos de vulnerabilidad, percepción alterada de la temperatura, aumento de la sensibilidad al dolor).
Esbozamos la estructura de procesamiento de la información de la lasitud, revisamos la evidencia existente, sugerimos direcciones para futuras investigaciones y discutimos las implicaciones de la lasitud para los modelos de evolución humana.