Salud cardiovascular y deporte

Pesquisa de factores de riesgo en deportistas de más de 35 Años

El puntaje de Framingham superior al 20% resulta el mejor predictor de enfermedad coronaria en deportistas máster.

Autor/a: Morrison B, McKinney J, Warburton D y colaboradores

Fuente: BMJ Open Sport & Exercise Medicine 4(1):1-10, Ago 2018

Introducción

La enfermedad coronaria es la causa principal de muerte súbita de origen cardíaco en deportistas de más de 35 años, aunque solamente entre el 12% y el 36% presentan síntomas previos.

Los deportistas adultos que superan la edad media normal de los deportistas de élite (llamados deportistas másters o senior) requieren de una atención especial con el fin de identificar a aquellos con riesgo elevado de complicaciones cardiovasculares y de asegurar su seguridad durante su participación en deportes de competición que, por lo general, demandan un esfuerzo vigoroso sostenido.

Si bien se han propuesto estrategias de pesquisa previas a la participación en estas competiciones, como los cuestionarios Physical Activity Readiness Questionnaire for Everyone (PAR-Q+) y American Heart Association (AHA)/American College of Sports Medicine Preparticipation Screening Questionnaire, las cuales se emplean con frecuencia, no son obligatorias y no se han evaluado de manera exhaustiva en deportistas senior.

Es por ello que en este trabajo se decidió evaluar el riesgo cardiovascular y valorar la efectividad de las herramientas de pesquisa para la detección de enfermedades cardiovasculares en deportistas másters, a través de un estudio trasversal.

Metodología

Para la realización de este estudio trasversal y de pesquisa, se incluyeron hombres y mujeres de más de 35 años que practicaban deportes de manera recreativa o competitiva de varias disciplinas y que realizaban actividad física moderada a intensa al menos tres veces por semana durante los últimos tres meses. Los participantes fueron convocados mediante redes sociales, radio y televisión entre abril de 2015 y enero de 2016 en British Columbia, Canadá.

El estudio comprendió tres etapas:

  1. En la primera, se obtuvieron datos antropométricos, demográficos, frecuencia cardíaca y presión arterial en reposo, antecedentes médicos y familiares, examen físico, electrocardiograma y el puntaje de riesgo de Framingham (FRS, Framingham Risk Score), que incluyó determinaciones de glicemia y perfil lipídico.
     
  2. En la segunda, a aquellos participantes con antecedentes médicos, examen físico o electrocardiograma anormales, FRS intermedio o alto (entre 10% y 19% y más del 20%, respectivamente), glicemia en ayunas igual o superior a 7 mmol/l, colesterol total mayor a 8 mmol/l, diabetes, edad superior a 65 años y otros factores considerados relevantes se les efectuó una prueba de esfuerzo con ejercicio.
     
  3. En la última etapa, si la prueba resultó anormal o si mediante el interrogatorio inicial se indicó la presencia de antecedentes familiares como enfermedad cardíaca hereditaria o muerte súbita precoz en un familiar de primer o segundo grado menor de 50 años, puntaje FRS elevado, electrocardiograma o examen físico anormal, fueron evaluados por un cardiólogo quien determinó la necesidad o no de efectuar estudios complementarios adicionales.

El criterio de valoración primario fue la detección de enfermedad cardiovascular, definida como el diagnóstico de enfermedad coronaria, válvula aórtica bicúspide, prolapso de la válvula mitral, contracciones ventriculares prematuras, fibrilación auricular, bloqueo atrioventricular de segundo grado, miocardiopatía hipertrófica, miocardiopatía dilatada, miocarditis y cardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho.

Para el análisis estadístico, las variables continuas se expresaron como la media más la desviación estándar (DS), se calculó el valor predictivo positivo (VPP) para cada una de las herramientas de pesquisa y se aplicó la corrección de Bonferroni para las comparaciones múltiples.

Resultados

Se incluyeron 798 participantes: 500 hombres y 298 mujeres, con una media de edad de 54.6 ± 9.5 años, que practicaban diversas disciplinas, como carreras, ciclismo, hockey, triatlón y remo, entre las más frecuentes

El 59.8% había completado la mitad de una maratón o una maratón completa, y el tiempo semanal que le dedicaban a la actividad física fue de 7.6 ± 4.3 horas, con un volumen de entrenamiento semanal de 80.8 ± 44.0 horas-MET (tarea metabólica equivalente [MET]).

El 7.7% recibía medicación antihipertensiva y el 2.3%, fármacos hipolipemiantes. El 1.0% tenía antecedentes conocidos de diabetes y el mismo porcentaje era tabaquista actual. El 24.9% eran exfumadores (habían abandonado el hábito hacía > 2 años).

En la evaluación inicial, 222 (el 27.8%) tenía dislipidemia, definida como la detección de lipoproteínas de baja densidad igual o mayor a 3.5, o por el valor igual o mayor a 5 en la relación entre el colesterol total y el asociado a lipoproteínas de alta densidad.

A su vez, 365 (45.7%) no cumplían con las recomendaciones de ingesta diaria de frutas y de vegetales, y 154 (19.2%) consumían más de 5 bebidas alcohólicas, al menos una vez por mes. El 3.7% cumplió, además, con los criterios diagnósticos para depresión.

En la primera etapa del estudio, se hallaron anormalidades en las pruebas realizadas en 513 participantes, por lo cual se les indicó la prueba de esfuerzo, y 350 (el 43.9%) debió ser evaluado por un cardiólogo: 256 requirieron estudios complementarios adicionales como ecocardiograma, ecocardiograma con estrés, monitoreo ambulatorio de la presión arterial durante 24 horas o angiografía coronaria.

Los principales motivos de evaluaciones ulteriores fueron presentar un FRS intermedio (24.6%), un soplo sistólico mayor de 2 sobre 6 (11.5%), y palpitaciones con el ejercicio (10.8%). El trastorno electrocardiográfico en reposo más frecuente que motivó exámenes complementarios fue la desviación del eje a la izquierda, pero este hallazgo tuvo un VPP muy bajo, del 11.1%.

El valor elevado en el FRS fue la herramienta más efectiva para predecir enfermedad coronaria (VPP, 38.2%, p<0.00001) y a 32 participantes con un puntaje superior a 20% se les practicó una angiografía coronaria, la evaluación del puntaje de calcio en las arterias coronarias, estudios de perfusión miocárdica o cateterismo. De estos 32, en 26 (81.2%) se diagnosticó enfermedad coronaria.

En otros 7 deportistas se efectuaron pruebas de ecocardiografía, monitorización mediante Holter y en 3 de ellos se diagnosticaron otros tipos de enfermedad cardiovascular, como fibrilación auricular, bloqueo atrioventricular de segundo grado o válvula aórtica bicúspide.

Para la detección de enfermedad coronaria, la presencia de ondas q anormales en el electrocardiograma en reposo tuvo un VPP del 33.3%, la disnea al esfuerzo del 23.1% y el antecedente familiar de enfermedad coronaria precoz, del 15.4%.

Se diagnosticó enfermedad cardiovascular clínicamente significativa en 91 deportistas (11.4%), los cuales fueron, en su mayoría, hombres y con una media de edad de 60 ± 8 años. El diagnóstico más frecuente fue la enfermedad coronaria, aunque solo el 27% informó sintomatología vinculada con esta.

Discusión

La presencia de alteraciones en las pruebas de esfuerzo permitió detectar enfermedad coronaria en el 63.5%

En comparación con la población general canadiense, los participantes de este trabajo tuvieron una menor prevalencia de factores de riesgo y, esta investigación, comentan los autores, es la primera en determinar los factores de riesgo cardiovascular en deportistas senior en Canadá.

Tanto la enfermedad cardiovascular como los perfiles de riesgo para ésta (por ejemplo, el puntaje FRS igual o superior a 20) se hallaron en el 11.4% y el 8.5% de los deportistas estudiados, respectivamente, y cuando se diagnosticó enfermedad coronaria, la mayoría no había presentado síntomas.

La prevalencia de enfermedad cardiovascular en este estudio fue más elevada en comparación con estudios previos efectuados por Menaflogio, Aagaard y sus colegas, lo que podría explicarse por la mayor edad de los deportistas incluidos, la mayor cantidad de pruebas de esfuerzo efectuadas al detectar un puntaje FRS intermedio, a una mayor cantidad de pruebas adicionales, o a todos estos factores, destacan.

Las herramientas actuales de pesquisa –las recomendaciones de 14 puntos de la AHA y los criterios de interpretación electrocardiográficos– no son específicos para ser empleados en deportistas senior y podrían ser modificadas, ya que, por ejemplo, la auscultación de un soplo 2 en 6 tuvo un VPP del 4.3% y no amerita investigaciones futuras.

La presencia de alteraciones en las pruebas de esfuerzo permitió detectar enfermedad coronaria en el 63.5%, dato que concuerda con los obtenidos por Sofi y sus colegas.

Además, comentan que, si bien el puntaje FRS es un buen predictor de riesgo de enfermedad cardiovascular a 10 años, podría estar subestimado en deportistas mayores de 35 años, ya que el 81.0% de los participantes a quienes se les diagnosticó enfermedad coronaria tenía una puntuación entre intermedia o elevada, añaden. Además, se ha observado una mayor prevalencia de placas ateromatosas en las arterias coronarias en los deportistas en comparación con personas sedentarias, del mismo sexo y edad y con una puntuación baja en el FRS.

Como limitaciones del estudio, señalan que no se efectuaron las pruebas cardiovasculares de referencia (como el puntaje de calcio en las arterias coronarias, la angiografía y el ecocardiograma) para la detección de enfermedad cardiovascular en todos los deportistas, por lo cual no pueden informar una prevalencia exacta de esta patología, aunque en la mayoría de los participantes se efectuó una prueba de ejercicio, hecho que incrementó la posibilidad de detección de aquellos que presentaron un riesgo cardiovascular elevado al solicitárseles exámenes complementarios adicionales.

Asimismo, la prevalencia que se informó pudo haberse visto sobreestimada por sesgos de selección, ya que los deportistas con factores de riesgo conocidos o con antecedentes familiares podrían haberse visto más inclinados a participar en la investigación.

Sobre la base de los hallazgos del estudio, los autores concluyen que los deportistas máster pueden tener factores de riesgo cardiovascular y que un puntaje alto en el FRS fue el mejor predictor de enfermedad coronaria, por lo cual, consideran, debería incorporarse en los algoritmos de pesquisa previos a la participación en actividades competitivas, y que debería efectuarse una prueba de esfuerzo en aquellos que presentan factores de riesgo para patologia cardiovascular. 

 SIIC- Sociedad Iberoamericana de Información Científica