Un nuevo estudio, publicado en JAMA Psychiatry, sugiere que la semaglutida podría reducir los episodios de craving (deseo intenso de beber) y la frecuencia de los días de ingesta excesiva en las personas que sufren trastorno por consumo de alcohol (AUD, por las siglas en inglés de alcohol use disorder). La investigación se volvió noticia rápidamente debido a que la situación con la bebida es un problema de salud pública global.
El trastorno por consumo de alcohol se considera una enfermedad crónica y se caracteriza por la incapacidad para controlar la ingesta de bebidas espirituosas. Además de afectar la calidad de vida diaria, este problema aumenta significativamente el riesgo de padecer otras enfermedades graves, como cardiovasculares, hepáticas, osteoporosis, demencia y hasta diversos tipos de cáncer. De hecho, el Informe Progreso del cáncer 2024 de la Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer informó que el 5,4 % de todos los cánceres están relacionados con el consumo de alcohol.
A pesar de que existen tratamientos disponibles para elaborar un abordaje mutidisciplinario, como la consejería psicológica, los programas de desintoxicación, los grupos de apoyo (Alcohólicos Anónimos) y algunos medicamentos aprobados por las agencias gubernamentales de control (disulfiram y naltrexona, por ejemplo), menos del 10 % de las personas que lo necesitan, reciben ayuda. Y de ellas, solo el 2 % utiliza los fármacos disponibles.
Con el fin de evaluar el efecto de la semaglutida en las personas con AUD, investigadores reclutaron a 48 adultos que no estaban buscando tratamiento activamente. Los criterios de inclusión para participar fueron los siguientes niveles de consumo:
- Mujeres: Más de 7 bebidas por semana y al menos 2 episodios de consumo excesivo (4 o más bebidas en una sola ocasión) en el último mes.
- Hombres: Más de 14 bebidas por semana y 2 episodios de consumo excesivo mensual (5 o más bebidas en una sola ocasión).
Los participantes, durante 9 semanas, recibieron inyecciones de semaglutida o un placebo, de acuerdo al grupo al que fueron asignados. Se monitorearon los patrones de consumo de alcohol semanalmente para analizar los efectos del tratamiento.
Al finalizar el seguimiento, el grupo de participantes que recibió semaglutida experimentó:
- Una reducción significativa en los episodios de craving de alcohol.
- Una menor ingesta en la cantidad de bebidas durante los días de consumo.
- Una disminución en la frecuencia de los días de consumo excesivo mensuales.
En el último mes de tratamiento, el 40 % de las personas que recibieron semaglutida no reportaron ningún día de consumo excesivo. Este dato representó una mejoría significativa, en comparación con el grupo placebo. Además, en un subgrupo de participantes que también eran fumadores, se observó una reducción del número de cigarrillos consumidos a diario.
Los datos obtenidos por los investigadores sugieren el potencial de la semaglutida y de otros fármacos similares para cubrir una necesidad insatisfecha, al día de hoy, en el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol. Aunque se necesitarían estudios más grandes y prolongados en el tiempo, los datos iniciales son prometedores.
Tener un tratamiento adicional es una ventaja en el contexto actual. El AUD es una enfermedad muy heterogénea y un enfoque único no es ideal ni permite desarrollar un tratamiento personalizado.
La semaglutida ya recolectó evidencia a su favor para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad. Ahora, se perfila como una herramienta más en otros ámbitos. Aunque los expertos coinciden en que hay que esperar y no es posible prescribir desde mañana mismo al fármaco para el AUD.