Trabajar en la relación médico-paciente y en el burnout de los profesionales de la salud en contextos hipertecnologizados con múltiples consultas reducidas, parecen ser los principales objetivos de la llamada Medicina Narrativa, una corriente que ya tiene su representación en Argentina con la creación en 2022 de la Sociedad Argentina de Medicina Narrativa (SAMEN).
De hecho, la sociedad tendrá su primer encuentro formal de postgrado mixto, la I Jornada de la Sociedad Argentina de Medicina Narrativa (SAMEN) en conjunto con la VII Jornada Internacional de Medicina Narrativa del Hospital Italiano de Buenos Aires, pionero en implementar esta corriente a través de talleres de intercambio tanto con médicos de planta como residentes.
El encuentro, que se realizará de manera híbrida (presencial y virtual) el 4 de mayo en el Salón del Consejo del Hospital Italiano de Buenos Aires, le dará voz a profesionales y a artistas ligados al cuidado de la salud, se reflexionará sobre la Medicina Narrativa en la práctica, cuál es su lugar en la formación de los profesionales sanitarios y como es la asociación entre esta corriente y la bioética, entre otros temas.
¿Pero qué es exactamente la Medicina Narrativa? Según explicó el doctor Carlos Tajer, médico cardiólogo y actual presidente de la SAMEN, es un movimiento que comenzó a desarrollarse en EE. UU. en la década del 2000 a través de la doctora Rita Charon (de la Universidad de Columbia), quien es médica clínica pero además posee una vasta formación en psicopedagogía y en letras.
“Ella recogió las complejas problemáticas de la relación médico-paciente y del burnout en los profesionales de la salud. Su diagnóstico fue que existía una brecha muy grande entre el vínculo humano o personal y la asistencia médica. Entonces propuso entrenarse en ‘habilidades harrativas’, lo que significa escuchar el discurso de los pacientes, interpretarlos, recopilarlos y después elaborar discursos adecuados en lo que sería una retórica médica para comunicar problemas o conductas”, indicó Tajer para luego agregar que la clave es hacer que la medicina se vuelva más humanitaria y más compasiva.
El médico cardiólogo indicó que la existencia de la SAMEN confluirá a todos los profesionales que hoy, de forma más atomizada, practican la Medicina Narrativa en Argentina y que su existencia le dará impulso y difusión a la corriente, tanto desde el punto de vista profesional como universitario.
Uno de los principales organizadores de la jornada es el psicólogo Ignacio Usandivaras, miembro de la comisión directiva de la sociedad y coordinador de grupos y talleres de especialistas y residentes en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Los encuentros en esa institución médica, que fueron pioneros, “tienen una estructura que no son de clase, sino de experiencia de intercambio y materiales sensibles, en las que se busca que todos participen”.
Las reuniones surgieron por una necesidad. “Desde hace unas décadas en el hospital comenzamos a hablar del burnout y tomamos contacto con Rita Charon, quien estuvo presente en una de nuestras jornadas. También hay experiencias parecidas en el Hospital El Cruce y otros espacios en el que crece el interés sobre el tema. Cabe aclarar que la Medicina Narrativa tiene una característica transversal, que abarca a disciplinas del arte. De hecho, Charon tiene en su equipo integrantes dedicados a la literatura, el cine, la poesía. Nosotros tratamos de replicar ese modelo, con expertos en educación, psicología y artistas”, relató Usandivaras. A su vez indicó que aportan textos literarios a equipos de cuidados paliativos para entender la muerte, tanto la del paciente como la propia y esto ayuda tanto al cuidado de quien cursa una enfermedad terminal como al autocuidado del profesional que acompaña.
“Hoy, tras 20 años de investigaciones profundas, sabemos que nuestro pensamiento es esencialmente metafórico y que nosotros habitamos nuestras metáforas."
Si de habilidades narrativas se habla, el lenguaje, sin dudas, tiene un rol primordial. Por ejemplo el doctor Tajer mencionó que en el Hospital El Cruce se trabajó con la profesora titular de lingüística e investigadora Guiomar Ciapuscio, que recogió relatos de los pacientes, detectó las metáforas que usaban para analizar como percibían los padecimientos y también trabajó en las metáforas que empleaban los médicos para expresar los problemas.
“Hoy, tras 20 años de investigaciones profundas, sabemos que nuestro pensamiento es esencialmente metafórico y que nosotros habitamos nuestras metáforas. Nuestro desafío es no solo entender las metáforas de los pacientes sino también ayudar a una retórica que colabore con aliviar el sufrimiento”, indicó Tajer. Y ejemplificó sobre el trabajo de la lingüista británica Elena Semino, sobre metáforas para el cáncer. “Semino detectó que si bien la metáfora más frecuente es la bélica, muchas veces el escenario no permite un ganador o un vencedor, sino más bien un estado de forcejeo de diferentes aspectos. Por eso, ella propuso una metáfora más adecuada, la de la montaña rusa, al decir ‘usted va a tener grandes subidas y bajadas, mareos, vértigo, momentos arriba y abajo pero nosotros vamos a estar siempre para darle una mano’”, indicó.
Pero si es importante para la atención médica entender el lenguaje y complementarlo con herramientas de otras disciplinas a la hora de comunicar e incluso dialogar para llegar a un diagnóstico clínico, ¿por qué aún la Medicina Narrativa no se encuentra del todo dentro de la currícula unviersitaria?
El doctor Ricardo Ricci, médico clínico y exprofesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tucumán contó que en su experiencia, no siempre fue fácil insertar las llamadas ‘humanidades médicas’ dentro de los programas, porque aunque útiles, suelen ser consideradas periféricas. “Sin embargo, después de varios intentos, llegamos a la conclusión de que si se las quiere enseñar, los ámbitos educativos deben estar próximos a las clínicas, porque el alumno ve con interés a las humanidades médicas cuando se las vincula a la atención. En ese sentido, la Medicina Narrativa nos ha dado una respuesta, porque al ser un complemento de la clínica, no se puede enseñar sin la clínica, se potencian una a la otra”, señaló el profesional, también miembro de la comisión directiva de la SAMEN.
Aunque todavía queda mucho por hacer, Ricci destacó que en los últimos cinco años, las humanidades médicas ganaron espacio en las Facultades de Medicina de todo el país. “Tenemos muchos talleres de Medicina Narrativa de estudiantes para estudiantes. Apreciamos que desde muy jóvenes puedan valorar estos espacios de criterios, donde puedan incluir las emociones”, destacó.
Ahora, las jornadas llegaron para difundir esta corriente, que puede ser aplicada por médicos y estudiantes de medicina así como también por otros profesionales de especialidades afines, como enfermería, kinesiología, fonoaudiología y terapia ocupacional, entre otras. Las mesas serán variadas e incluirán como novedad una sobre Bioética Narrativa, con la experta portuguesa Susana Magalhaes y otra de escritoras que narraron a través de libros sus propios procesos de enfermedad. Además de médicos y psicólogos, el enfoque transversal de la jornada permite tener como invitados a referentes de todos los lenguajes del arte, como la música y las artes plásticas. Los integrantes de la SAMEN invitan a todos los profesionales interesados a sumarse.
* Dr. Carlos Tajer - Médico Cardiólogo. Actual presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Narrativa (SAMEN).
* Dr. Ricardo Ricci – Exprofesor de la Universidad Nacional de Tucumán. Miembro de la Comisión Directiva de (SAMEN).
* Lic. Ignacio Usandivaras –Psicólogo. Coordinador de espacios de reflexión y encuentros con residencias y con equipos de trabajo en Medicina en el Hospital Italiano de Buenos Aires. Miembro de la Comisión Directiva de la SAMEN.