El edema macular diabético (EMD) es una de las principales causas de ceguera en pacientes con retinopatía diabética. Con la aparición de la tomografía de coherencia óptica de dominio espectral es posible la visualización detallada del compartimiento coroidal y la comparación directa entre estados fisiológicos y patológicos. Estudios recientes que aplicaron dicha tecnología para evaluar el espesor coroidal en ojos con EMD y retinopatía diabética proliferativa demostraron la alteración de la morfología coroidal en ambos casos. Se estimó que el menor espesor coroidal podría provocar hipoxia retiniana, mayores niveles de FCEV y colapso de la barrera hemato-retiniana, favoreciendo el EMD. Otro estudio observó que los ojos que reciben inyección intravítreo de anti-FCEV experimentan reducción del espesor coroidal. Por el contrario, los tratados con láser no sufren cambios significativos en el espesor.
En el presente estudio se investigó la asociación entre el espesor coroidal en ojos con EMD, no tratados previamente y la respuesta a corto plazo al tratamiento mensual con anti- FCEV, con un seguimiento de tres meses. Además se determinaron las características en línea de base que sirven para predecir una buena respuesta anatómica y funcional al tratamiento.
Pacientes y métodos:
53 ojos de 42 pacientes diagnosticados con EMD, se trataron durante tres meses con inyecciones intravítreo de ranibizumab o bevacizumab. Se midió el espesor coroidal subfoveal y macular central mediante tomografía de coherencia óptica. A los tres meses de seguimiento se analizaron la respuesta anatómica (disminución de espesor macular central ≥ 50 µm) y funcional (aumento de una línea en la agudeza visual mejor corregida).
Se demostró que un mayor espesor coroidal en línea de base estuvo asociado a una mejor respuesta anatómica y funcional.
La función de la coroides es transportar sangre y nutrientes a las capas exteriores de la retina, incluso el epitelio pigmentario retiniano y los fotorreceptores.
Varios grupos investigaron los cambios en el espesor coroidal en pacientes con retinopatía diabética, observando un menor espesor coroidal subfoveal a medida que avanzaba la patología. Otro estudio sobre la hemodinamia ocular reveló una disminución progresiva en el flujo sanguíneo coroidal con el aumento de la gravedad de la retinopatía. Estos cambios tienen como consecuencia la isquemia de la retina externa y del epitelio pigmentario retiniano, con aumento del FCEV y células endoteliales microvasculares, favoreciendo el colapso de la barrera hemato retiniana y posterior edema macular diabético. Por lo tanto, la coroides juega un rol significativo en la patofisiología del EMD.
Asimismo, si la atrofia de coriocapilares y menor flujo coroidal está relacionado con un menor espesor subfoveal coroidal en pacientes con EMD, esto explica el mecanismo por el cual los pacientes con mayor espesor responden mejor al tratamiento. Los pacientes con un mayor espesor coroidal subfoveal en línea de base podrían tener los coriocapilares más intactos y sufrir menor isquemia de la retina externa, preservando la función de la capa de fotorreceptores. De ahí, el resultado visual superior después del tratamiento anti-FCEV. Además, si el mayor espesor coroidal es representativo de menor isquemia de la retina externa, es factible que una carga menor de FCEV en este subgrupo, explique la mejor respuesta al tratamiento anti-FCEV.
En el presente estudio, el espesor coroidal subfoveal disminuyó significativamente en todos los pacientes a los tres meses de seguimiento. Las investigaciones han demostrado que el FCEV secretado por las células del epitelio pigmentario retiniano juegan un papel trófico en la vasculatura coroidal. Al bloquear la acción del FCEV en la coroides con el tratamiento, la permeabilidad de la vasculatura coroidal disminuye, lo que se nota al disminuir el espesor coroidal.
Los resultados del presente estudio indican que el espesor coroidal subfoveal inicial serviría para predecir los resultados en el corto plazo del tratamiento anti-FCEV, en pacientes con edema macular diabético, no tratados previamente.
Los pacientes con mayor espesor coroidal en línea de base alcanzarán probablemente mejor resultado visual y anatómico con el tratamiento anti-FCEV. Por otro lado, un menor espesor coroidal inicial podría significar un proceso menor del FCEV o un estado más avanzado del edema macular diabético en una retina isquémica con menos posibilidades de mejorar utilizando dicho tratamiento. Deberán realizarse nuevos estudios con un seguimiento más prolongado para evaluar la relación entre el espesor coroidal en línea de base y los resultados del tratamiento anti-FCEV en pacientes con edema macular diabético.
Conclusiones:
El espesor coroidal subfoveal en línea de base podría servir para predecir qué pacientes con edema macular diabético responderán favorablemente, en el corto plazo al tratamiento intravítreo anti-FCEV. En el presente estudio, los ojos con un espesor coroidal subfoveal más grueso en línea de base respondieron mejor en el corto plazo, tanto anatómica como funcionalmente.
♦ Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, editor responsable de Intramed en la especialidad de oftalmología.