Tolerabilidad y eficacia

Indicaciones del Aripiprazol en niños y adolescentes

Mediante diversos estudios se comprobó la buena tolerabilidad y la eficacia del aripiprazol en niños y adolescentes con distintos trastornos psiquiátricos.

Introducción

El aripiprazol es un antipsicótico aprobado por la Food and Drug Administration como tratamiento de la esquizofrenia desde 2002 y a partir de ese momento se comenzó a utilizar alrededor del mundo. Se ha comprobado que este fármaco presenta una buena tolerancia y eficacia en muchas enfermedades psiquiátricas.

En los EE.UU. se indica como tratamiento en la esquizofrenia y en el trastorno bipolar tipo I. Recientemente, se autorizó su uso para el tratamiento de los episodios de irritabilidad en niños y adolescentes con autismo.
En el presente estudio, los autores evaluaron la eficacia del aripiprazol en niños y adolescentes, según el perfil farmacológico y los resultados de varios estudios clínicos.

Perfil farmacológico

El aripiprazol es un antipsicótico atípico de tercera generación, debido a su mecanismo de acción distintivo. Esta sustancia actúa como agonista parcial de los receptores dopaminérgicos D2 y tiene actividad intrínseca en estos receptores. Mediante este mecanismo de acción estabiliza los receptores D2 sin alcanzar un bloqueo excesivo.

Otra característica de este fármaco es la menor probabilidad de inducir síntomas extrapiramidales (SEP) y de elevar los niveles de prolactina sérica en comparación con otros antipsicóticos. A pesar de existir otros antipsicóticos agonistas parciales D2, que también son eficaces en la reducción de los síntomas negativos y en la disminución de los SEP, ninguno tiene la misma capacidad de acción sobre los síntomas positivos en comparación con los antipsicóticos típicos. Esta característica del aripiprazol se debe a su actividad intrínseca.

Mediante diversos estudios se demostró que este fármaco también tiene alta afinidad por los receptores serotoninérgicos 5-HT1A y 5-HT2A. El aripiprazol es un agonista parcial del 5-HT1A; por medio de este mecanismo se considera que alivia los síntomas depresivos y de ansiedad y reduce los SEP.

Este agente actúa también como un antagonista de los receptores 5-HT2A, por lo que podría aliviar los síntomas negativos y disminuir los SEP. Otros investigadores demostraron que el aripiprazol es un antagonista parcial de los receptores 5-HT2C, lo que le permitiría regular el apetito y presentar menos efectos sobre el aumento de peso.

Este fármaco actúa también como antagonista de baja afinidad de los receptores histaminérgicos H1, adrenérgicos alfa1 y muscarínicos M1.

Eficacia en niños y adolescentes

El aripiprazol está indicado en los EE.UU. para el tratamiento agudo y de mantenimiento de la esquizofrenia en adolescentes de entre 13 y 17 años. También está aceptado como indicación terapéutica en el episodio agudo del trastorno bipolar tipo I en niños de entre 10 y 17 años, ya sea como monoterapia o asociado con litio o valproato. Asimismo, se indica como tratamiento en los episodios de irritabilidad asociados con el trastorno autista en pacientes pediátricos de entre 6 y 17 años.

También se señaló la eficacia del aripiprazol en la esquizofrenia. En una investigación se comparó el aripiprazol (en dosis de 10 y 30 mg/día) frente a placebo. Se demostró que el fármaco disminuyó el puntaje de la Positive and Negative Syndrome Scale (PANSS) y fue bien tolerado por los pacientes en ambas dosis. En otro estudio, los autores sostuvieron que el aripiprazol puede ser eficaz en el tratamiento de algunos pacientes esquizofrénicos con estupor.

En otro estudio se evaluó la respuesta al aripiprazol en niños y adolescentes con trastorno bipolar asociado con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). De acuerdo con los resultados obtenidos, se demostró una buena respuesta y remisión con el aripiprazol. El fármaco fue eficaz en la reducción de los síntomas maníacos y en la mejora del funcionamiento general. Tampoco se presentaron efectos adversos graves ni aumento de peso. Los efectos adversos más frecuentes fueron la sialorrea y la somnolencia. Otra investigación sugirió la eficacia del aripiprazol en la fase aguda del trastorno bipolar en niños y adolescentes.

En otras investigaciones se comprobó la utilidad del aripiprazol en niños y adolescentes (6 a 17 años) con autismo y trastornos de la conducta como rabietas, agresión y conductas autodestructivas. Todas las dosis de aripiprazol (5, 10 o 15 mg/día) se asociaron con una mejoría significativa en comparación con el placebo. El efecto adverso más frecuente que provocó la interrupción del tratamiento fue la sedación. Dos efectos adversos graves, pero infrecuentes, fueron el presíncope (con dosis de 5 mg/día) y las conductas de agresión (con dosis de 10 mg/día).

De todas maneras, el aripiprazol resultó eficaz y, en general, bien tolerado en el tratamiento de los niños y adolescentes con irritabilidad asociada con autismo. También, en otras investigaciones se ha evaluado que el aripiprazol puede ser eficaz y bien tolerado en episodios de gran irritabilidad en pacientes pediátricos con trastorno generalizado del desarrollo no especificado o con síndrome de Asperger. Además, se demostró que, en niños con trastorno generalizado del desarrollo, la monoterapia con aripiprazol se asoció con una mejoría importante de las conductas de desadaptación en un tercio de los pacientes. En este caso, los efectos adversos más frecuentes fueron la agitación y el insomnio.

En cuanto al TDAH, los estudios demostraron una reducción de los síntomas y una mejora en el funcionamiento general. Los efectos adversos más frecuentes fueron la sedación y las cefaleas.

En otra investigación se evalúo la eficacia del aripiprazol en trastornos de tics y se sugirió que este fármaco es eficaz y seguro en pacientes pediátricos con tics. Del mismo modo, se consideró el uso de aripiprazol en el síndrome de Tourette y los trastornos crónicos de tics. Se comprobó un importante descenso de tics motores y fónicos, del deterioro general y de la gravedad de los síntomas. Este estudio, por lo tanto, demostró que con una dosis baja de aripiprazol se pueden controlar los tics en niños y adolescentes con síndrome de Tourette y trastorno crónico de tics, sin aumento importante de peso.

Otros autores investigaron la utilidad del aripiprazol en los trastornos delirantes y concluyeron que la combinación del aripiprazol y la terapia psicológica son eficaces como medidas terapéuticas.
Por último, se evaluó un caso de un niño con trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Se sugirió que el aripiprazol puede ser útil, junto con la terapia cognitivo conductual, en adolescentes con TOC, debido al doble impacto serotoninérgico y dopaminérgico.

Seguridad en niños y adolescentes

Se evaluaron en múltiples estudios los efectos adversos del aripiprazol en comparación con otros antipsicóticos y con placebo. En comparación con otros antipsicóticos (olanzapina, quetiapina y risperidona), el aripiprazol es el fármaco que genera menos aumento de peso y no muestra cambios significativos en el lipidograma. En comparación con placebo, el aripiprazol causó con más frecuencia SEP, sialorrea, temblor y distonía. De todas maneras, los SEP fueron de leves a moderados.

A pesar de no haber consenso en la presencia de acatisia, hay posibilidad de que ésta sea más habitual con altas dosis de aripiprazol (30 mg/día).

Además, en niños con autismo, la sedación fue más frecuente en el grupo de aripiprazol respecto del grupo placebo. En pacientes pediátricos con esquizofrenia y trastorno bipolar tipo I hay mayor sedación y somnolencia con la administración de altas dosis de aripiprazol.

Se comprobó que el nivel de prolactina sérica fue significativamente inferior en comparación con el valor de base y con los pacientes que recibieron placebo. Esto se demostró en participantes con esquizofrenia, trastorno bipolar tipo I y autismo.

Otros parámetros, como la presión arterial, la frecuencia cardíaca, el electrocardiograma y el intervalo QTc no se modificaron con el uso de aripiprazol.

Conclusión

Debido a su buena tolerabilidad, el aripiprazol se puede administrar con seguridad en niños y adolescentes, aunque existe un leve riesgo de deshinibición y mal comportamiento. De todas maneras, se observan buenos resultados con este fármaco en muchos trastornos psiquiátricos. Además, al no estar establecida la seguridad de los antidepresivos en niños y adolescentes, el aripiprazol puede utilizarse debido a su actividad antidepresiva.

Los investigadores destacan que, al presentar un menor riesgo de efectos adversos (sedación, SEP, hiperprolactinemia, aumento de peso), los pacientes tienen mayor adhesión al tratamiento y, por lo tanto, mejores resultados. Asimismo, el aripiprazol mejora la función cognitiva y la comunicación, optimizando, en consecuencia, la calidad de vida.

En muchos estudios clínicos fueron demostradas la buena tolerabilidad y la eficacia del aripiprazol en niños y adolescentes. Los investigadores destacan que esta sustancia puede ser útil en un amplio espectro de trastornos psiquiátricos en la población pediátrica. Igualmente, reconocen que la mayoría de las investigaciones efectuadas no fueron estudios aleatorizados o a ciego. Por lo tanto, las conclusiones obtenidas de estos estudios deben ser evaluadas con precaución, y es necesario realizar nuevas investigaciones.

♦ SIIC - Sociedad Iberoamericana de Información Científica