Introducción
Aproximadamente, la mitad de los pacientes con trastorno depresivo mayor (TDM) tiene niveles de ansiedad clínicamente significativos; esta característica se asocia con síntomas depresivos más profundos y graves y con una peor respuesta al tratamiento. En la última versión, quinta edición, del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), el “distrés ansioso” ha sido jerarquizado dentro de la sintomatología depresiva, como especificador de categoría, lo que marca la importancia de este fenómeno.
En este contexto, el control farmacológico de los síntomas ansiosos parece un aporte importante al tratamiento antidepresivo; así, se han desarrollado distintas estrategias para los pacientes que no responden a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, como el agregado de la buspirona, un agonista parcial de los receptores serotoninérgicos 5-HT1A. Sin embargo, el beneficio de esta asociación no está demostrado claramente.
La vilazodona es un fármaco que combina la inhibición de la recaptación de serotonina y el agonismo parcial 5-HT1A, con una vida media de 25 horas, administración oral diaria y eficacia y seguridad demostradas en varios estudios en fase III. El presente trabajo buscó investigar los beneficios clínicos de este compuesto en pacientes con TDM y síntomas ansiosos mediante el análisis de información de los protocolos previos.
Métodos
Los estudios previos (ECA1 y ECA2) fueron ensayos clínicos aleatorizados, a doble ciego y controlados con placebo; en ellos, pacientes adultos recibieron placebo o 40 mg/día de vilazodona, en dosis crecientes, por 8 semanas. Los participantes debían tener diagnóstico de TDM según la cuarta edición revisada del DSM (DSM-IV-TR), con episodios de entre 4 semanas y 2 años de duración, puntajes de de la Hamilton Anxiety Rating Scale (HAMD) mayores a 22 y un ítem 1 de dicha escala (ánimo deprimido) con una puntuación de al menos 2. Como criterios de exclusión se señalaron otros trastornos del eje I del DSM en los últimos 6 meses, el antecedente de otros trastornos, como bipolaridad, psicosis o abuso de sustancias, y el riesgo suicida u homicida.
La población por intención de tratar (pacientes que recibieron al menos una dosis de la droga en estudio y tuvieron al menos una evaluación) fue subdividida según la presencia inicial de síntomas ansiosos en la subescala de ansiedad/somatización de la HAMD en grupos con depresión ansiosa (puntaje mayor a 7) o sin esta característica. Sólo se llevaron a cabo análisis de ansiedad durante el protocolo en el subgrupo con características ansiosas. También se utilizaron la Hamilton Anxiety Rating Scale (HAMA) y la Montgomery-Åsberg Depression Rating Scale (MADRS), entre otras herramientas, para evaluar la eficacia de la vilazodona en ambas cohortes.
Resultados
El 82.0% (n = 708) de los 863 pacientes analizados presentó depresión ansiosa; el 18.0% (n = 155) restante se clasificó en el grupo de depresión no ansiosa. Las características demográficas fueron similares en ambas cohortes.
Entre los pacientes con depresión ansiosa, los promedios de mejoría de los puntajes de la MADRS y la HAMD fueron significativamente mayores en los sujetos tratados con vilazodona respecto de aquellos que recibieron placebo. Además, los puntajes de la HAMA fueron significativamente mejores entre los participantes asignados al antidepresivo desde la semana 6 hasta el final del estudio. La subescala de ansiedad/somatización de la HAMD mostró mejorías significativas con el fármaco a partir de la segunda semana de tratamiento; esta tendencia se evidenció en casi todas las variables utilizadas para medir la ansiedad.
Discusión
La identificación de estrategias terapéuticas eficaces para la depresión ansiosa tiene connotaciones clínicas y sociales muy importantes, debido al impacto que este trastorno conlleva en la vida del individuo afectado y a nivel de la salud pública. En este contexto, este análisis de datos arroja resultados destacables: el primer dato que se destaca es la prevalencia del 82.0% de depresión ansiosa, muy elevada en comparación con las cifras cercanas al 50% de otros estudios grandes. Entre las razones para esta variabilidad, se encuentran la posible preferencia de los investigadores para reclutar participantes con características ansiosas y diferencias en los criterios de inclusión (la mayor gravedad de la depresión, necesaria para el ingreso a este trabajo pudo traer aparejados síntomas ansiosos con mayor frecuencia).
Pese al tamaño pequeño del grupo con depresión no ansiosa, se analizaron las distintas variables y los resultados sugirieron que la mejoría con la administración de vilazodona es más pronunciada en los pacientes con depresión ansiosa, fenómeno que no suele observarse con el empleo de antidepresivos. Esto puede explicarse por el agonismo parcial 5-HT1A que ejerce el fármaco, que puede traer aparejado un efecto ansiolítico preferencial. Sin embargo, estas observaciones deben tomarse con cautela, debido a la escasez de participantes sin síntomas ansiosos; su ampliación debe ser el objeto de trabajos futuros, aclaran los autores.
La respuesta a la vilazodona fue significativamente superior a la observada con el placebo en todas las escalas, excepto una: la subescala de ansiedad somática de la HAMA. Esto puede deberse a los valores basales menores en dicho protocolo o a la baja sensibilidad de éste para detectar síntomas asociados con la depresión. Esta última hipótesis se ve apoyada por la mejoría significativa en la subescala de ansiedad/somatización de la HAMD, que sí está pensada para analizar individuos con TDM.
Por último, más allá de las diferencias metodológicas con otros grandes estudios sobre depresión ansiosa, la noción de que el control de la depresión ansiosa debe incluir la detección temprana de síntomas y la administración oportuna de una farmacoterapia con potencial ansiolítico es de capital importancia para la disminución del impacto de esta enfermedad en la población general.
Conclusión
En este análisis post hoc de datos de 2 ensayos clínicos, aleatorizados, en fase III, que evaluaron la eficacia en los síntomas ansiosos y en un subgrupo de pacientes con depresión ansiosa, sugieren que la vilazodona es una opción terapéutica eficaz para pacientes con TDM y síntomas ansiosos. Estos resultados destacan la necesidad de investigaciones más profundas para encontrar nuevas estrategias para el tratamiento de los pacientes con depresión ansiosa.
♦ SIIC - Sociedad Iberoamericana de Información Científica