► Texto principal:
La membrana epirretiniana idiopática es una afección bastante común con una prevalencia de 10%. Los pacientes que padecen dicha patología muestran síntomas mínimos o visión distorsionada y disminuida, dependiendo de la gravedad del caso. Cuando las membranas se contraen al principio, los vasos capilares perifoveales se ven afectados, mientras que los vasos principales permanecen casi normales. A medida que progresa la patología, los vasos principales se ven dilatados y tortuosos, además se observan exudados y microaneurismas.
La angiografía fluoresceínica muestra el grado de filtraciones en los casos más graves, lo que indica que la hemodinamia se ve afectada en ojos con membrana epirretiniana. Los estudios realizados han demostrado que al extraer quirúrgicamente la membrana mejora gradualmente el flujo sanguíneo macular durante el primer año. No se sabe en qué medida el plexo capilar profundo se ve afectado. La capa nuclear interna, es la primera en verse afectada por la membrana epirretiniana.
Últimamente, con las nuevas tecnologías la angiografía en tomografía de coherencia óptica (OCTA) logra captar las capas vasculares coroidales y retinianas en segundos. Esto permite estudiar los cambios vasculares retinianos capa por capa en diversas patologías.
Nuestra hipótesis es que la capa nuclear interna también se ve afectada por la tracción de la membrana epirretiniana, se utilizó angiografía fluoresceínica para comparar.
► Pacientes y métodos:
Participaron pacientes con membrana epirretiniana idiopática. Todos los pacientes fueron evaluados mediante angiografía fluoresceínica en la mácula central y OCTA.
El estudio preliminar mediante angiografía fluoresceínica y OCTA en ojos con membrana epirretiniana mostró correlación en áreas hipofluorescentes en angiografía fluoresceínica y hipoperfusión perifoveal en los capilares retinianos profundos según OCTA. En casos con membrana epirretiniana combinada con agujero lamelar, no hay áreas de hipoperfusión, sino defecto estructural central correspondiente al agujero lamelar.
Teníamos la teoría de que el estrés mecánico ejercido por la membrana epirretiniana no solo afectaba a los capilares perifoveales, sino que había una repercusión más profunda en el plexo capilar retiniano profundo.
La OCTA de los capilares superficiales mostró vasos tortuosos, con pocas áreas de baja señal, pero en el plexo capilar profundo aparecieron zonas grandes de forma irregular sin perfusión. Al compararlo con la hipofluorescencia en las áreas correspondientes de la angiografía fluoresceínica, las áreas sin perfusión en la OCTA eran áreas de flujo sanguíneo estancado en la retina profunda.
Fotografía color de fondo de ojo (columna izquierda). Tomografía de coherencia óptica (columna central izquierda), horizontal (superior) y vertical (inferior). Última fase de angiografía fluoresceínica (columna central), plexo capilar retiniano superficial (columna central derecha) y plexo capilar retiniano profundo (columna derecha) ambas en OCTA de dos casos con membrana epirretiniana idiopática. Caso 1 (A) y caso 3 (B). Las flechas en angiografía y OCTA fueron ubicadas en la misma posición para facilitar la comparación de zonas hipofluorescentes y zonas sin perfusión en plexo capilar retiniano profundo.
La OCTA, puede captar teóricamente flujos de 0,2mm/2 a 0,3mm/s, mientras que el flujo normal es de 0,4 mm/s a 3,0 mm/s.
Las zonas oscuras del plexo capilar profundo observadas en esta serie de casos podrían ser zonas con flujo disminuido (menor de 2mm/s) que no pudo ser captado por la OCTA. La desaparición de las zonas oscuras y reaparición de redes vasculares luego de la cirugía indica que las paredes de los vasos no fueron afectadas por la tracción de la membrana epirretiniana. Sin embargo, se desconoce cuál sería el resultado en casos graves y prolongados, con mal pronóstico visual postquirúrgico.
Tomografía de coherencia óptica horizontal y vertical (columna izquierda. Plexo capilar retiniano superficial (columna central) y plexo capilar retiniano profundo (columna derecha) en OCTA antes A) y un mes después de la cirugía B) en el ojo derecho del caso 5. A) La OCTA muestra múltiples zonas sin perfusión en las capas retinianas superficiales y profundas (flechas). B) Un mes después de la cirugía, el contorno foveal se ve normalizado, como se observa en la OCT. Las zona sin perfusión preoperatoria también mejoran (flechas).
En los casos con agujero lamelar la fuerza de tracción se ve aliviada, lo que favorece la perfusión del plexo capilar retiniano profundo.
► Conclusiones:
El estrés mecánico ejercido por la membrana epirretiniana afecta el flujo capilar retiniano profundo en mayor grado que el flujo superficial, por lo que se observan cambios en la fluorescencia de la angiografía fluoresceínica. El flujo se recupera al extraer quirúrgicamente la membrana epirretiniana.
Resumen y comentario objetivo: Dr. Martín Mocorrea