Aparentemente sanos

Monitoreo de lactantes nacidos de madres con corioamnionitis

Impacto de un nuevo enfoque de manejo de neonatos en buen estado general expuestos a corioamnionitis

Autor/a: Neha S. Joshi, Arun Gupta, Jessica M. Allan y colaboradores

Fuente: Pediatrics. 2018; 141(4)

Indice
1. Página 1
2. Referencias bibliográficas

Introducción

La profilaxis antibiótica intraparto rutinaria en madres con colonización y/o corioamnionitis por Streptococcus grupo B (SGB) ha reducido sustancialmente el riesgo de sepsis de inicio temprano (SIT). Entre los lactantes de término y pretérmino tardíos, las tasas reportadas de SIT con cultivo positivo actualmente son solo de 0,5 a 0,7 por 1000 nacidos vivos.1-3

Sin embargo, la preocupación con respecto a la SIT en recién nacidos todavía lleva al uso frecuente de antibióticos, y hasta un 5% a 7% de los niños prematuros tardíos y de término reciben tratamiento antibiótico en el período neonatal.1,4,5

La corioamnionitis, que se diagnostica clínicamente en el 3% a 5% de las madres, es un importante impulsor del uso de antibióticos en recién nacidos de término y prematuros tardíos.1,6-8

Las guías nacionales de los Centros para Control y Prevención de Enfermedades (CDC)9 y la Academia Americana de Pediatría10 recomiendan la evaluación de laboratorio (hemograma completo y hemocultivos) y el tratamiento antibiótico empírico para todos niños expuestos a corioamnionitis. Sin embargo, incluso para este grupo de mayor riesgo, las tasas informadas de SIT son bajas, variando de 1,3 a 7,2 por 1000 nacidos vivos.1,7,8

Además, se halló que la mayoría de los lactantes con SIT con cultivo positivo eran clínicamente sintomáticos al nacimiento, y el riesgo de SIT en aquellos que continuaron en buen estado general fue incluso inferior. Dado este bajo riesgo de SIT, el tratamiento antibiótico empírico en lactantes expuestos a corioamnionitis resulta en la exposición antibiótica de una gran cantidad de niños en buen estado general por cada caso identificado (número estimado necesario para tratar [NNT] de > 450).11

Con el aumento de datos que sugieren efectos perjudiciales de los antibióticos en el microbioma del bebé y los posibles efectos negativos de la separación temprana madre-hijo en la vinculación y la lactancia materna, los profesionales de la salud luchan por equilibrar el riesgo de SIT y el uso excesivo e innecesario de antibióticos.12-14 Se requieren enfoques de tratamiento actualizados que proporcionen cuidados de mayor valor para los lactantes expuestos a corioamnionitis.15

En la institución de los autores, en la que se venían aplicando las guías antes mencionadas,  los niños expuestos a corioamnionitis representaron aproximadamente el 50% del uso de antibióticos en lactantes prematuros tardíos y de término.

En un esfuerzo por reducir el uso innecesario de antibióticos en esta población, los autores actualizaron el enfoque de la institución para niños expuestos a corioamnionitis para centrarlo en el examen y el monitoreo clínico a fin de determinar la necesidad de antibióticos y de pruebas de laboratorio.

La actualización del enfoque fue guiada por:

(1) el bajo riesgo de SIT en lactantes de término y prematuros tardíos con buen estado general independientemente de los factores de riesgo,1,7,8,11,16,17

(2) la utilidad clínica limitada del hemograma y de la proteína C-reactiva (PCR) para guiar las decisiones de tratamiento antibiótico en niños con buen estado general,15,18,19

(3) la utilidad potencial del examen clínico para identificar la SIT en los lactantes de riesgo.20,21

El objetivo específico fue reducir la exposición innecesaria a antibióticos y las pruebas de laboratorio en lactantes de término y prematuros tardíos en buen estado general expuestos a corioamnionitis. El objetivo del siguiente informe de mejora de calidad (MC) fue evaluar el impacto del nuevo enfoque de atención después de los primeros 15 meses de su implementación.

MÉTODOS

> Contexto

El Hospital de Niños Lucile Packard de Stanford es un hospital de cuidados terciarios independiente, académico, que ofrece servicios obstétricos y neonatales (~4500 partos anuales). Los servicios para recién nacidos incluyen una sala de neonatología (SN), una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) nivel II, y una UCIN de nivel III y IV.

La corioamnionitis materna es diagnosticada por el equipo obstétrico y tratada con antibióticos intravenosos de amplio espectro. Los lineamientos institucionales para el diagnóstico clínico incluyen la presencia de fiebre (≥ 38.0°C) y al menos 1 de los siguientes: taquicardia materna (> 100 latidos/minuto), taquicardia fetal (> 160 latidos/minuto), sensibilidad del fondo de saco uterino y/o flujo vaginal maloliente. Además, se puede hacer un diagnóstico en base a la evaluación de laboratorio del líquido amniótico.

Un médico interno especialista en neonatología está disponible las 24 horas del día para asistir todos los partos de alto riesgo, incluidos los de los bebés expuestos a corioamnionitis.

Antes de la intervención de MC, la práctica institucional para todos los lactantes expuestos a corioamnionitis ≥34 semanas de gestación incluyó la admisión a la UCIN (nivel II si no se requería cuidados críticos) y el tratamiento empírico con ampicilina y gentamicina hasta que la SIT fuera excluida.

Se les realizó evaluaciones de laboratorio incluyendo hemograma, PCRs seriadas y hemocultivo (frasco aeróbico único con un mínimo de 1 ml de sangre). La duración del antibiótico fue determinada por el médico tratante en base a la presentación clínica, la evaluación de laboratorio y los resultados del hemocultivo. Los lactantes permanecieron en la UCIN durante el duración del tratamiento antibiótico.

> Intervención

Un equipo multidisciplinario de enfermeras y médicos se reunió durante el curso de 6 meses para desarrollar una guía de tratamiento actualizada específica de la institución para el manejo de lactantes ≥ 34 semanas de gestación en buen estado general expuestos a corioamnionitis.

El enfoque se basó en el uso del examen y el monitoreo clínico para determinar la necesidad de antibióticos y evaluación de laboratorio. El médico interno especialista en neonatología continuó asistiendo a todos los partos de niños expuestos a corioamnionitis y proporcionó una evaluación inicial del estado clínico.

Para los lactantes que fueron sintomáticos al nacer, se realizaron evaluaciones de laboratorio para sepsis y tratamiento antibiótico empírico. Los niños en buen estado general permanecieron con sus madres para el contacto piel a piel durante las primeras 2 horas después del nacimiento.

Durante este tiempo, una enfermera entrenada de nivel II se quedó con los niños para evaluarlos cada 30 minutos. Los lactantes fueron luego admitidos en la UCIN de nivel II para continuar el monitoreo clínico, que incluyó control cardiorrespiratorio continuo y de los signos vitales cada 4 horas. La evaluación de laboratorio y el tratamiento con antibióticos no se realizaron en forma rutinaria.

Si el neonato permaneció en buen estado general durante las primeras 24 horas después del nacimiento, entonces luego fue transferido a la habitación con su madre hasta el alta. Si el infante desarrolló signos clínicos sugestivos de posible sepsis, se inició la evaluación de laboratorio y/o el tratamiento antibiótico. No se establecieron criterios formales para definir la justificación del uso de antibióticos en lactantes sintomáticos y, en su lugar, las decisiones terapéuticas se dejaron a discreción del médico tratante.

> Estudio de la intervención

Después de la implementación del enfoque de tratamiento actualizado (marzo 2015), se rastrearon todos los lactantes expuestos a corioamnionitis, y se realizó una profunda revisión de la historia clínica de sus primeros 15 meses. Los datos se obtuvieron del registro de salud electrónico y se mantuvieron en una base de datos de Captura Electrónica de Datos para Investigación.22

> Medidas

Las medidas de resultado incluyeron el porcentaje de niños que recibieron tratamiento antibiótico, evaluación de laboratorio para sepsis, o ambos. También se evaluaron los casos de sepsis con cultivo positivo y los casos de sepsis clínica con cultivo negativo (definidos por un resultado de hemocultivo negativo y ≥ 5 días de antibióticos).

Las métricas adicionales recolectadas incluyeron información demográfica, factores de riesgo perinatales, historia del nacimiento y curso clínico del lactante. Los lactantes ≥ 34 semanas de gestación que recibieron ampicilina o gentamicina dentro de los primeros 3 días después del nacimiento fueron identificados a través de la consulta del registro de salud electrónico para los 10 meses previos y los 15 meses posteriores a la implementación.

Para comparar este enfoque con un enfoque alternativo reportado, se calculó retrospectivamente el riesgo de SIT al nacer para cada paciente utilizando el cálculo de sepsis neonatal (CSN), que se basa en un modelo de predicción multivariable que utiliza 5 factores de riesgo perinatales objetivos (máxima temperatura materna anteparto, estado de SGB, duración de la ruptura de membranas, y naturaleza y momento de la profilaxis antibiótica intraparto).2,16

Se utilizó un umbral de riesgo para SIT de 0,6 por 1000.3 De acuerdo a las recomendaciones iniciales, el umbral para el tratamiento con antibióticos en un neonato en buen estado general al nacer es un puntaje de CSN de > 1,54 por 1000.

El número de lactantes en esta cohorte excediendo este umbral al nacer se comparó con el uso actual de antibióticos. Luego se actualizó el puntaje del CSN en base a la presentación clínica más severa del bebé durante las primeras 24 horas después del nacimiento, como se recomendó recientemente.17,23

Después de la incorporación de la presentación clínica, el umbral recomendado para el uso de antibióticos fue una puntuación de CSN de > 3 por 1000. El número de niños que superó este umbral después de la incorporación de la presentación clínica se comparó con el uso actual de antibióticos.

> Análisis estadístico

Los datos categóricos se resumieron como recuentos (porcentajes), mientras que los datos continuos se resumieron como medias (DE) o medianas (rango intercuartílico). Las comparaciones entre lactantes en buen estado general y sintomáticos se hicieron utilizando la prueba de χ2 o prueba t de 2 caras para los datos categóricos y continuos, respectivamente.

Se construyó un gráfico de control del porcentaje de lactantes que recibieron ampicilina o gentamicina durante los primeros 3 días de vida con 3 DEs de límites de control. Se consideró un cambio en la línea central con ≥ 6 puntos consecutivos, ya sea todos por arriba o por debajo de la media.

Se realizó una comparación entre grupos de los puntajes de CSN utilizando un análisis de varianza de 1 vía de los datos transformados logarítmicamente. La significancia estadística se estableció en una P < 0,05. Los datos fueron analizados mediante el uso de Stata 13 (StataCorp, College Station, TX).

> Consideraciones éticas

Este proyecto fue revisado por la junta de revisión institucional local y se determinó que era un proyecto de MC local que no cumplía con la definición de investigación en sujetos humanos. Los autores no tuvieron conflictos de interés o cuestiones financieras relevantes para la iniciativa de MC.

RESULTADOS

> Población de estudio

Durante el periodo de 15 meses del estudio de MC, nacieron 5425 lactantes ≥ 34 semanas de gestación en el Hospital de Niños Lucile Packard. Se diagnosticó corioamnionitis en las madres de 310 neonatos (5,7%).

De los lactantes expuestos a corioamnionitis, 23 (7,4%) estaban enfermos al nacer y comenzaron con antibióticos. Unos 10 adicionales (3.2%) fueron diagnosticados prenatalmente con una anomalía congénita (por ejemplo, enfermedad cardíaca congénita) y fueron admitidos directamente en la UCIN. Los restantes 277 (89%) estaban en buen estado general al nacer y se incluyeron en el análisis primario.

Con respecto a los lactantes expuestos a corioamnionitis, las características de los que estaban en buen estado general al nacimiento fueron similares a las de aquellos que fueron sintomáticos al nacer o que tenían una anomalía congénita conocida, excepto para el estado de prematuro tardío (P < 0,01).

De los lactantes en buen estado general al nacer, 149 (53.8%) fueron expuestos a antibióticos intraparto de amplio espectro y/o específicos para SGB durante > 2 horas antes del nacimiento.

> Resultados de los lactantes en buen estado general inicial

De los 277 lactantes expuestos a corioamnionitis inicialmente en buen estado general, 245 (88,4%) no recibieron antibióticos durante su internación, y 229 (82.7%) nunca tuvieron pruebas de laboratorio para SIT.

Treinta y dos niños (11,6%) que inicialmente aparentaban sanos desarrollaron signos y/o síntomas sugestivos de infección; todos tuvieron pruebas de laboratorio (hemograma, PCR, y/o hemocultivo; 9 punción lumbar) y fueron tratados con antibióticos.

Los cultivos arrojaron solo un solo aislamiento de Micrococcus después de 56 horas de incubación, que fue considerado como un contaminante; no hubo resultados verdaderamente positivos en los hemocultivos o cultivos de líquido cefalorraquídeo.

Un lactante requirió presión positiva continua de la vía aérea (CPAP) durante < 24 horas después de presentar taquipnea y dificultad respiratoria leve a las 2 horas de vida. Ningún lactante requirió intubación o apoyo con inotrópicos.

Trece niños (4,7%) fueron tratados con antibióticos por ≥ 5 días a pesar de tener hemocultivos negativos; 19 (6,9%) recibieron antibióticos por < 48 horas.

Entre todos los recién nacidos ≥ 34 semanas de gestación nacidos en este hospital, la proporción expuesta a ampicilina o gentamicina durante los primeros 3 días después del nacimiento disminuyó después de la implementación del nuevo enfoque de tratamiento de 12,3% (n = 422 de 3434) a 5,5% (n = 299 de 5425), representando una reducción del 55% (Intervalo de confianza del 95%: 40%-65%; P < 0,001).

> Cálculo del riesgo de sepsis

La aplicación retrospectiva del CSN en esta cohorte de lactantes expuestos a corioamnionitis inicialmente en buen estado general dio como resultado un puntaje del CSN al nacer de <0,65, 0,65 a 1,54, y > 1,54 por 1000 en 75 (27,1%), 106 (38,3%) y 96 (34,7%) lactantes, respectivamente.

Si se utilizara un puntaje de CSN > 1,54 por 1000 al nacer como criterio para el tratamiento, un adicional de 64 bebés (23,1%) hubiera recibido antibióticos. La espera para incorporar los hallazgos clínicos en el neonato durante las primeras 24 horas de vida en el puntaje de CSN antes de determinar la necesidad de antibióticos habría resultado en recomendaciones de antibióticos similares al uso actual de antibióticos en esta cohorte de estudio (en base a la presentación clínica sola), con acuerdo para el 93,1% de los niños.

DISCUSIÓN

Dentro de un marco de MC, los autores implementaron un nuevo enfoque de manejo para lactantes en buen estado general expuestos a corioamnionitis que se centró en el examen y el monitoreo clínico para determinar la necesidad de antibióticos y pruebas de laboratorio.

En comparación con el enfoque empírico previo, en el que el 100% de los niños en buen estado general nacidos de madres con corioamnionitis recibieron antibióticos y pruebas de laboratorio, solo el 11,6% de los lactantes recibió antibióticos, y el 17,3% recibió pruebas de laboratorio  durante los primeros 15 meses después de la implementación del nuevo enfoque de manejo.

La reducción en el uso de antibióticos y las pruebas de laboratorio ocurrió sin demoras clínicamente relevantes en la atención o resultados adversos.

De los 277 lactantes expuestos a corioamnionitis y con buen estado general durante el período de estudio, ninguno tuvo SIT con cultivo positivo. La baja tasa de SIT con cultivo positivo de los autores (IC 95% 0-11 casos por cada 1000 nacimientos, correspondiendo el IC 95%  a un NNT > 90) coincidió con 3 estudios clínicos recientes en niños expuestos a corioamnionitis en los que se reportaron tasas de SIT con cultivo positivo de 1,3 a 7,2 por 1000 nacidos vivos.1,7,8

Dos de estos estudios también informaron sobre el momento de los síntomas de sepsis, y todos los neonatos que tuvieron resultados de cultivo positivos fueron sintomáticos al nacer y requirieron reanimación, CPAP y/o intubación.7,8

Como tal, un lactante que parece en buen estado general al nacimiento es probable que tenga un menor riesgo de SIT incluso en el entorno de una corioamnionitis, y una estrategia de tratamiento antibiótico empírico para niños expuestos a corioamnionitis dará como resultado una gran cantidad de lactantes no infectados tratados (NNT > 450).11 Se necesitan enfoques de tratamiento actualizados para reducir la exposición innecesaria a los antibióticos y proporcionar cuidados de mayor valor en esta población.

El CSN recientemente publicado es un modelo de predicción multivariable que estima el riesgo de sepsis al nacer en base a 5 factores de riesgo perinatales, permitiendo la estratificación del riesgo de los pacientes y potencialmente ayudando a las decisiones terapéuticas.2,16

Por ejemplo, el algoritmo de estratificación original propuso el tratamiento antibiótico empírico de cualquier lactante con un puntaje de CSN al nacimiento de > 1,54 por 1000, incluso estando en buen estado general. Cuando se aplicó el CSN a esta cohorte, la puntuación CSN al nacimiento fue más alta, en promedio, en los niños en riesgo expuestos a corioamnionitis en comparación con el riesgo de SIT previo para todos los prematuros tardíos y neonatos de término (1,18 vs. 0,6 por 1000).

Esto no fue inesperado dado que la temperatura materna más alta es el predictor más fuerte de sepsis en el cálculo.2 Cuando se aplicó el umbral de > 1,54 por 1000, según el CSN el tratamiento antibiótico empírico hubiera sido recomendado en el 34,7% de los neonatos.

En comparación, el uso real de antibióticos en esta cohorte fue del 11,6%, con base solo en la presentación clínica para determinar la necesidad de tratamiento antibiótico. El uso del CSN podría haber resultado en un adicional de 23,1% lactantes en buen estado general recibiendo antibióticos si la decisión de tratar se basara solo en los factores de riesgo perinatales al nacer.

El uso del examen clínico para guiar las decisiones terapéuticas en neonatos en riesgo de SIT ha sido sugerido previamente. Cantoni y col.21 no hallaron diferencias en los resultados clínicos en recién nacidos de término que fueron monitoreados con exámenes físicos seriados en comparación con aquellos que recibieron adicionalmente pruebas de laboratorio.

Berardi y col.20 notaron menos pruebas de laboratorio, menos uso de antibióticos, y resultados sin cambios en lactantes en riesgo ≥ 34 semanas de gestación cuando solo se utilizaron exámenes físicos seriados.

Además, el CSN ha sido actualizado recientemente para tener en cuenta la presentación clínica del niño en la puntuación de riesgo de sepsis antes de tomar decisiones terapéuticas.17 Este cambio fue en parte para reflejar el bajo riesgo individual de sepsis en la mayoría de los bebés que permanecen bien incluso si existen varios factores de riesgo perinatales. Interesantemente, cuando los autores consideraron la presentación clínica en el puntaje del CSN en la cohorte de estudio, el tratamiento antibiótico recomendado por el CSN y el tratamiento antibiótico real tuvieron una alta concordancia (93,1%).

Esto sugiere que la presentación clínica es el conductor más fuerte de la recomendación antibiótica en el CSN. La importancia de un monitoreo clínico cercano para evaluar la SIT y determinar la necesidad de antibióticos en los lactantes se destaca aún más en la gran implementación prospectiva del CSN a la fecha.23

En una cohorte de 56.261 niños, se identificaron 6 casos de SIT con cultivo positivo en bebés que estaban inicialmente en buen estado general al nacimiento, 5 (83%) de los cuales tenían un puntaje CSN al nacer de < 0,5 por 1000.

La SIT se identificó en estos lactantes de bajo riesgo debido a un cambio en sus presentaciones clínicas, que ocurrió a ≥ 12 horas de vida en 4 de los 5 niños. Tomado en conjunto, cualquier enfoque de cuidado actualizado para niños expuestos a corioamnionitis (o a otros factores de riesgo perinatales) necesitará incorporar y enfocarse en evaluaciones repetidas del estado clínico para determinar la necesidad de antibióticos.

En conjunto con el proyecto de MC en bebés expuestos a corioamnionitis, los autores también comenzaron a instituir un protocolo para una mayor vigilancia clínica de todos los bebés en la SN, independientemente de los factores de riesgo perinatales.

Esto se debió en parte a la preocupación de que más de la mitad de los casos de SIT en lactantes pretérmino y de término ocurren en aquellos con bajo riesgo al nacimiento.2,23 Por lo tanto, es importante estar atento a todos los neonatos y no solo a aquellos que están expuestos a corioamnionitis o que tienen altos puntajes de CSN al nacer.

Actualmente en la SN de los autores se realiza control de signos vitales y evaluaciones de enfermería del estado clínico que se centran en el color, la perfusión y el estado respiratorio cada 4 horas para todos los niños durante las primeras 24 horas después del nacimiento.

El aumento de la vigilancia clínica en la SN (junto con una menor dependencia de las pruebas de laboratorio para detectar sepsis) ha ayudado al personal de enfermería a ganar la confianza y el conocimiento necesarios para poder evaluar e identificar neonatos que se vuelven sintomáticos y que pueden necesitar más evaluación.

Con la experiencia y el conocimiento ganados durante el actual período de estudio de MC, en combinación con el aumento actual de la vigilancia clínica instituido en la SN, los autores han avanzado con una segunda fase de este enfoque de tratamiento actualizado para niños expuestos a corioamnionitis en la cual los niños en buen estado general  ≥ 35 semanas de gestación ya no son admitidos en la UCIN de nivel II para el monitoreo clínico durante las primeras 24 horas.

En cambio, los lactantes que permanecen en buen estado general después de una evaluación inicial por el neonatólogo y la enfermera de UCIN nivel II ahora permanecen con su madres, con control de signos vitales y evaluaciones clínicas de enfermería cada 4 horas durante las primeras 24 horas después del nacimiento.

Para permitir un mejor monitoreo, los autores establecieron cuidados de enfermería con una relación 1: 3 para todos los niños en la SN. Los autores esperan que esta segunda fase promueva aún más el vínculo madre-hijo y la lactancia en estos niños en buen estado general. Está en marcha la supervisión y evaluación de esta segunda fase.

Este estudio de MC tiene varias limitaciones. El monitoreo clínico cercano de niños expuestos a corioamnionitis fue posible en esta institución debido a la presencia de médicos internos especialistas en neonatología, que asisten a todos los partos de alto riesgo, así como la disponibilidad de enfermeras de UCIN de nivel II, que realizan evaluaciones neonatales frecuentes en las primeras horas después del nacimiento.

Estos resultados pueden no ser generalizables a los centros donde no es práctico realizar tales evaluaciones clínicas frecuentes, como hospitales comunitarios más pequeños.

Los autores tampoco definieron los criterios para un lactante sintomático ni el umbral para comenzar con los antibióticos. Los signos clínicos de sepsis en neonatos son heterogéneos, inespecíficos y a menudo indistinguibles de otras condiciones no infecciosas, por lo que es difícil definirlos precisamente.

Al dejar la decisión a discreción de los médicos, puede haber ocurrido una variabilidad en la práctica. Los autores no pudieron capturar esta variabilidad potencial en la toma de decisiones clínicas y entender su significado.

Una limitación adicional es el hecho de que no se pudo confirmar el seguimiento posterior al alta para todos los lactantes. Por lo tanto, los datos de seguridad en las tasas de readmisión fuera de la hospitalización del nacimiento pueden estar incompletos. Otro estudio que utilizó el examen clínico para determinar la necesidad de antibióticos en lactantes en riesgo de sepsis no demostró un mayor riesgo de readmisión después del alta hospitalaria.20

Finalmente, el tamaño de muestra en este estudio fue pequeño, especialmente a la luz de la baja incidencia de SIT. De acuerdo con la epidemiología de corioamnionitis, también hubo una baja representación de los lactantes prematuros tardíos en esta cohorte.

Como tal, aunque este enfoque ha logrado reducir con seguridad el uso de antibióticos y las pruebas de laboratorio en una población de alto uso, se requiere más experiencia en múltiples niveles de cuidado y mayores poblaciones de neonatos de término y prematuros tardíos en riesgo para corroborar la seguridad del uso de un enfoque basado en el monitoreo clínico.

CONCLUSIONES

El riesgo de SIT es bajo en neonatos de término y prematuros tardíos en buen estado general, incluso en el entorno de una corioamnionitis. Como resultado, la estrategia de uso de antibióticos empíricos para lactantes expuestos a corioamnionitis conduce a un alto número de niños sanos no infectados siendo tratados como un caso de SIT.

Se requieren enfoques de tratamiento actualizados en esta población para reducir  la exposición antibiótica innecesaria y potencialmente dañina. Los autores implementaron exitosamente un enfoque de tratamiento en niños expuestos a corioamnionitis que se centró en la presentación y en la supervisión clínica para determinar la necesidad de antibióticos.

Este enfoque redujo el uso de antibióticos en un 88% en los lactantes expuestos a corioamnionitis con buen estado general de su institución, y se asoció con una reducción del 55% en la exposición a antibióticos de todos los bebés ≥ 34 semanas de gestación nacidos en ese hospital. No se hallaron demoras relevantes en la atención o resultados adversos.

Experiencia adicional con tamaños de muestra más grandes ayudará a fundamentar la seguridad de este enfoque. La consideración de los sistemas locales de salud, recursos, personal y poblaciones de pacientes será importante en el desarrollo de cualquier enfoque de tratamiento actualizado para niños expuestos a corioamnionitis.

Comentario

La corioamnionitis es un determinante importante del uso de antibióticos en recién nacidos de término y prematuros tardíos. La profilaxis antibiótica intraparto rutinaria en madres con colonización y/o corioamnionitis por Streptococcus grupo B ha reducido sustancialmente el riesgo de sepsis de inicio temprano; sin embargo, la preocupación con respecto a la posibilidad de que el recién nacido la curse todavía lleva al uso frecuente de antibióticos en esta población de riesgo.

Los autores del presente trabajo plantean un nuevo enfoque de manejo de neonatos expuestos a corioamnionitis, basado en la evaluación y monitoreo clínico frecuente de los niños de término y prematuros tardíos que se encuentran en buen estado general, a fin de optimizar el tratamiento antibiótico, mientras se fortalece el vínculo madre-hijo.

Si bien los resultados son alentadores, se requieren estudios más grandes y de características similares, así como un sistema de salud que pueda acompañar este enfoque para que el mismo pueda adoptarse de manera más generalizada.

Resumen y comentario objetivo: Dra. María Eugenia Noguerol