La Dra. Empar Lurbe, jefa clínica de Nefrología Pediátrica del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia, explicó que la hipertensión en la infancia puede ser secundaria a una serie de enfermedades o esencial. Esta última modalidad está siendo cada vez más prevalente, indicó.
Según la experta, la presión arterial en los niños es un parámetro variable (en función del crecimiento y desarrollo de cada niño) con una amplia distribución de los valores de normalidad, que aumentan progresivamente a lo largo de los años. Además, para hacer una medición correcta hay que tener en cuenta el sexo, edad y talla.
Una vez detectada la hipertensión en niños, un porcentaje elevado puede controlar dicha presión mediante de un cambio en los hábitos de vida, que favorezcan un aumento de la actividad física; una disminución de peso, controlada a través de un equipo multidisciplinar; y un mantenimiento de la misma. En todo caso, la especialista señaló que se recurre al tratamiento farmacológico cuando estas medidas han fracasado.
Asimismo, Lurbe aseguró que hay que empezar a medir la presión arterial en los niños a partir de los 4 años, prestando una especial atención a los que pueden tener predisposición a desarrollar hipertensión por antecedentes familiares, obesidad, bajo peso al nacer o retraso de crecimiento intrauterino, entre otros motivos. En este sentido, hay que intervenir de forma precoz para conseguir una mejora en la calidad de vida a largo plazo.
Por su parte, el presidente de la SEH-LELHA, Dr. Antonio Coca, destacó que hay que mejorar el conocimiento y detección de la hipertensión arterial. En este sentido, informó que las tasas de control de pacientes hipertensos atendidos en Atención Primaria han aumentado y se sitúan en el 40%, "aunque aún queda mucho por hacer", precisó.
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