Esto, para los autores, explicaría el rápido aumento de la prevalencia del sobrepeso en el mundo así como la referencia con la que la mayoría de personas ha engordado cada vez más al alimentar un ciclo de "imitación de la obesidad".
"Hallamos que los seres humanos se dejan llevar en gran medida por la comparación. Si no comprendemos esa comparación, no comprenderemos la tasa de crecimiento de la obesidad", explicó a Reuters Health el doctor Andrew J. Oswald, de University of Warwick, en Reino Unido.
"Entender la sociología de la obesidad es más importante que entender su biología", agregó. El año pasado, Oswald y sus colegas Nicholas Christakis (Harvard) y James Fowler (University of California en San Diego) publicaron un estudio que demostró que las personas eran más propensas a engordar si sus amigos y familiares tenían sobrepeso.
El nuevo análisis, cuyos resultados fueron presentados el 25 de julio durante la conferencia de National Bureau of Economic Research, en Cambridge, Massachusetts, incluyó un modelo económico para demostrar por qué sucedía eso.
El equipo analizó datos de varias fuentes sobre el índice de masa corporal (IMC) y la percepción que las personas tienen de su peso en 29 países europeos.
Más de un tercio de los europeos piensa que está demasiado gordo y los grupos con alto nivel educativo son los más propensos a pensar que tienen sobrepeso.
El equipo halló también que la satisfacción con el peso en las mujeres dependía de la relación entre el IMC personal y el IMC promedio de las mujeres de la misma edad que viven en el mismo país. Por su parte, los hombres con sobrepeso tendían a ser más felices si las personas de su entorno también tenían sobrepeso.
La relación entre el IMC relativo de las personas y la satisfacción con su vida personal es bastante inconsciente, señala Oswald.
"No serían conscientes de eso. Nuestras computadoras pueden establecer esos patrones sin que cada persona los conozca", agregó. De modo que a la persona promedio no le preocupa tener sobrepeso si las personas a su alrededor también lo tiene. Sin embargo, Oswald agregó que para las personas de "nivel alto", ser delgadas es cada vez más importante.
Esto explicaría el aumento de la cantidad de modelos y actrices súper delgadas, además del crecimiento de la prevalencia de la anorexia entre niñas y niños de clase media alta, dijo.
Podrían cambiarse las normas sociales asociadas con el peso corporal si se les muestran imágenes y películas de otras décadas, cuando las personas pesaban unos 9 kilos menos, sugirió Oswald.
"Los niños no necesitan pesar 100 kilos. A sus padres les fue bien cuando a la misma edad pesaban varios kilos menos", resaltó.