La posible influencia de las redes sociales

¿Es la obesidad una enfermedad contagiosa?

Reconocimiento de la existencia de redes sociales que influyen en la conducta y la salud de sus integrantes y estrategias de manejo.

Autor/a: Dres. Nicholas A. Christakis y James H. Fowler

Fuente: The Spread of Obesity in a Large Social Network over 32 Years. N Eng J Med, 371. July 26. 2007

Indice
1. Desarrollo
2. Referencias

Antes de entrar de lleno en el artículo enunciado, me parece interesante conocer el artículo editorial de Albert-László Varabais, del Center for Complex Network Research, Departments of Physics and Computer Science, de la Universidad de Notre Dame. Francia, publicado en la revista New England Journal of Medicine, de julio de 2007 (Ver referencias del artículo editorial [*]).

“En los últimos años, la prevalencia de la obesidad en Estados Unidos ha aumentado del 23 al 31%, mientras que el 66% de los adultos tiene sobrepeso. Las explicaciones propuestas para la obesidad epidémica sostienen que existen cambios sociales que promueven el  sedentarismo y el consumo de alimentos. Pero el aumento experimentado recientemente no puede ser explicado por la genética, y ha ocurrido en todos los grupos socioeconómicos, lo que avala muchas explicaciones sociales y ambientales. Dado que diversos fenómenos pueden difundirse dentro de las redes sociales, los autores realizaron un estudio para determinar si la obesidad podría también “contagiarse” de persona a persona, contribuyendo de este modo a la epidemia.”

“Mientras la obesidad ha sido estigmatizada en el pasado, las actitudes pueden estar cambiando. Considerando que la obesidad es un producto de elecciones o conductas voluntarias, el hecho que las personas están inmersas en redes sociales y reciben la influencia de la apariencia y la conducta de sus allegados indica que la ganancia de peso en una persona podría  influir en la ganancia de peso de los otros. Tener contactos sociales obesos podría cambiar la tolerancia de una persona respecto de su obesidad o podría influir sobre la adopción de conductas específicas (por ej., fumar, comer, hacer ejercicios). Además de estos mecanismos estrictamente sociales podría existir una imitación fisiológica; las zonas del cerebro que corresponden a acciones como comer pueden ser estimuladas al observar esas acciones en otros.”

Introducción

Los autores evaluaron una red de 12.067 personas a las cuales se hicieron mediciones repetidas durante un lapso de 32 años. Se analizaron varios aspectos de la propagación de la obesidad, incluyendo la existencia de grupos de personas obesas dentro de la red, la asociación entre la ganancia de peso de una persona y la ganancia de peso de sus contactos sociales, la dependencia de esta asociación de la naturaleza de los lazos sociales (por ej., lazos entre amigos de diferentes tipos, hermanos, esposas y vecinos), y la influencia del sexo, el tabaquismo y la distancia geográfica entre los domicilios de las personas que integran la red social.”

Métodos

Se evaluó una red social densamente interconectada de 22.067 personas, a la cuales se hicieron mediciones repetidas entre 1971 y 2003, como parte del Framingham Heart Study. Este estudio se inició en 1948, con 5.209 personas. El Framingham Offspring Study ( estudio de la descendencia de los integrantes del estudio inicial) comenzó en 1971, cuando se incorporó a la mayoría de los hijos de la cohorte original y sus esposas. Solo 10 personas abandonaron el estudio, aparte de los fallecimientos, quedando la cohorte constituida por 5.124 personas. En 2002 se inició la tercera generación de la cohorte, consistente en 4.095 niños de la cohorte de descendientes. Todos los participantes fueron sometidos a exámenes físicos (incluyendo la talla y el peso) y completaron cuestionarios escritos a intervalos regulares. Se contó con el índice de masa corporal de todos los sujetos. Para analizar si la ganancia de peso en una persona se asociaba con la de sus amigos, hermanos, esposas y vecinos se aplicaron modelos estadísticos longitudinales. 

Resultados

Los grupos perceptibles de personas obesas (índice de masa corporal > 30) estuvieron presentes en todo momento, y se extendieron hasta el tercer grado de separación. Estos grupos no parecían atribuirse solo a la formación selectiva de lazos sociales entre las personas obesas. La posibilidad de una persona de ser obesa aumenta un 57% si tiene un amigo obeso, en un lapso dado. Entre los hermanos, si uno de ellos se vuelve obeso, la posibilidad de que el otro también lo sea aumenta el 40%. Si un cónyuge gana peso, la posibilidad de que el otro también lo haga se incrementa 37%. Estos efectos no se observaron entre los vecinos más cercanos. Las personas del mismo sexo tuvieron una influencia relativamente mayor entre sus parejas que entre los del sexo opuesto. El abandono más difundido del cigarrillo no influyó en la propagación de la obesidad dentro de la red.

Glosario del estudio de cohorte
Ego: el sujeto índice.

Alter: la persona conectada con el ego cuyo comportamiento influye sobre el ego.

Nodo: objeto que puede o no estar conectado con otros objetos de una red.
Lazos: es una conexión entre dos nodos de la red que puede ser de una vía (dirigida) o de dos vías (bilateral). En este estudio, todos los lazos familiares (por ej., entre hermanos y padres) como así los lazos maritales son bilaterales, pero los lazos entre los amigos son direccionales, ya que un sujeto puede percibir algo como amigo que no necesariamente es percibido en respuesta por su amigo.

Grado de separación: es la distancia social entre dos personas determinada por el número más pequeño de intermediarios entre una persona y otro miembro de la red. Para un ego dado, los alter son de grado 1, por estar directamente conectados con el ego. Los nodos que están conectados con los alter pero no con el ego son de grado 2 (los alter de los alter). Los nodos que están conectados con los alter de los alter pero no con el ego, son de grado 3, y así sucesivamente.

Homofilia: tendencia de las personas a elegir relacionarse con persona con atributos similares.

Inducción: la propagación de un comportamiento de una persona a otra.
Grupo: grupo de nodos, cada uno de los cuales conectado por lo menos con otro nodo del grupo.
Componente conectado: parte de una red social en la cual todas las personas tienen un lazo social con al menos otra persona y ninguna de ellas conectada con un miembro de cualquier otro componente de la red.

Los formularios utilizados brindan información completa sobre los familiares de primer orden (padres, cónyuges, hermanos e hijos), si están vivos o muertos y, al menos, un “amigo íntimo” en cada una de las siete mediciones entre 1971 y 2003. Se incluyeron solo personas mayores de 21 años. Al ingresar al estudio, el 53% eran mujeres con un promedio de edad de 38 años. 

La red analizada es suficientemente densa como para ensombrecer aún más la estructura subyacente, aunque siguen siendo visibles las regiones de la red con grupos de obesos o no obesos.

Video: El subcomponente conectado más grande de la red social en el Framingham Heart Study, en el año 2000. Haga click aquí

Análisis del video: Cada círculo (nodo) representa una persona en el grupo de datos. En este subcomponente de una red social existen 2.200 personas. Los círculos con bordes rojos representan mujeres, y los de bordes azules, varones. El tamaño de cada círculo es proporcional al índice de masa corporal de cada persona. El color interno de los círculos indica el estado de obesidad de la persona: amarillo, persona obesal (índice de masa corporal ≥30) y verde, persona no obesa. Los colores de los lazos entre los nodos indican la relación entre ellos: el púrpura indica un lazo amistoso o conyugal y naranja, un lazo familiar.


Comentarios

“Nuestro estudio indica que la obesidad puede propagarse en redes sociales siguiendo un perfil cuantificable y perceptible que depende de la naturaleza de los lazos sociales.” En general, dicen los autores, dentro de cada red parece ser más importante la distancia social que la distancia geográfica. Aunque las personas conectadas podrían compartir la misma exposición a factores ambientales comunes y la vivencia de sucesos simultáneos o de otras características comunes (por ej., los genes) causantes de la ganancia o la pérdida de peso, los autores comprobaron que es importante la inducción y la propagación de la obesidad persona a persona.

El hecho de no haber observado que la ganancia de peso de los vecinos más cercanos afecte la posibilidad de ganar peso en el ego y que la distancia geográfica no modifica el efecto de alter cercanos (amigos o hermanos) ayuda a descartar como explicación de los hallazgos a la exposición común a factores ambientales locales. “Nuestros modelos también controlaron el peso previo del ego lo que permitió tener en cuenta la fuente de los factores de error que persisten a lo largo del tiempo (por ej., las experiencias infantiles o la dotación genética). Por otra parte, el control que hacen nuestros modelos del estado nutricional previo de los alter evidencia la posible tendencia de las personas obesas para formar lazos entre ellos.”

Por último, los hallazgos que consideraron la naturaleza direccional de los efectos de la amistad son especialmente importantes respecto de la inducción interpersonal de la obesidad porque indica que los amigos no se tornan obesos en forma simultánea como resultado de la exposición contemporánea a factores no observados.

Si los amigos ganan peso al mismo tiempo, cualquier exposición tendría que tener la misma influencia, sin importar la direccionalidad de la amistad. 

Esta observación también pone de manifiesto específicamente la naturaleza social de esas asociaciones, ya que la asimetría en el proceso puede estar motivada por el hecho que la persona que considera al otro como amigo siente estima por él.

Por último, las parejas de los amigos y hermanos del mismo sexo mostraron más influencia sobre la ganancia de peso de los alter que las parejas de los amigos o hermanos del sexo opuesto. Esta comprobación avala la naturaleza social de cualquier inducción de la obesidad, dado que es posible que las personas estén influenciadas más por los que se le parecen que por los alter. Por el contrario, los cónyuges, quienes comparten el mismo ambiente físico, pueden no afectar la ganancia de peso de los demás tanto como lo hacen entre sí los amigos; en el caso de los cónyuges, los efectos del sexo opuesto y de las amistades pueden contrarrestar el efecto de los alter. La obesidad en los alter podría influir en la obesidad de los egos de diferentes maneras psicosociales, por ejemplo, modificando las normas del ego sobre la aceptación de su sobrepeso o influyendo más directamente sobre el comportamiento del ego (por ej., afectando el consumo de alimentos), o ambos.

Otros mecanismos también son posibles. Desgraciadamente, dicen los autores, nuestros datos no permiten un examen detallado. Sin embargo, se pueden sacar algunas conclusiones sobre los mecanismos posibles considerando el papel del tabaquismo y de la distancia geográfica en la obesidad. La tendencia de las personas a ganar peso cuando dejan de fumar es bien conocida y se ha comprobado un aumento de la obesidad en la población general. Sin embargo, el presente estudio indica que, independientemente de si la cesación de fumar causa ganancia de peso en un individuo, y sin tener en cuenta si el propio comportamiento de iniciar o dejar de fumar se extiende de persona a persona, cualquier conducta respecto del tabaquismo no es un factor importante en la propagación de la obesidad.

Este hallazgo indica que el fumar no interviene en el efecto de propagación de la obesidad. Sin embargo, esto indica que los mecanismos psicosociales de la propagación de la obesidad pueden tener menos relación con la imitación de la conducta que sobre un cambio en la percepción general del ego acerca de las normas sociales que contemplan la aceptabilidad de la obesidad. Este punto está además reforzado por la importancia de la direccionalidad de la amistad.

Por lo tanto, un ego puede observar que un alter gana peso y luego puede aceptar ganar peso él mismo. Esta ganancia de peso en un ego podría, a su vez, estar determinada por las diversas conductas que el ego elige para manifestar. La observación de que la distancia geográfica no modifica el efecto de un obeso en el alter también brinda soporte al concepto que las normas pueden tener una gran importancia. El efecto de la conducta podría depender más de la frecuencia del contacto (del cual podría razonablemente esperarse que se atenúe con la distancia), mientras que las normas no lo hacen.

La difusión de la obesidad en las redes sociales es un factor que interviene en la obesidad epidémica. La importancia de la influencia social también indica que podría ser posible aprovechar esta misma fuerza para retardar la propagación de la obesidad. El fenómeno de la red podría ser explotado para difundir conductas positivas saludables, en parte debido a que la percepción de las personas sobre su riesgo de enfermarse puede depender de las personas que las rodean. Los programas de cesación de fumar y de abandono del alcohol y las intervenciones para la pérdida de peso que ayudan a los pares del ego— es decir, que modifican la red social de las personas—tienen mejor resultado que aquellos que no lo hacen.

Las personas están conectadas y por lo tanto, su salud está conectada. En consecuencia, las intervenciones sobre la salud médica y pública podrían ser más costo efectivas que lo que inicialmente se ha supuesto, dado que la mejoría de la salud en una persona podría “contagiarse” a las otras. La observación que las personas están inmersas en redes sociales indica que una conducta tanto buena como mala podría difundirse entre individuos con lazos sociales. Esto pone de relieve la necesidad de hacer un manejo de la obesidad no solo como un problema clínico sino también como un problema de salud pública.

Conclusiones

El fenómeno de red es importante en los rasgos biológicos y conductuales de la obesidad, la que aparece propagándose a través de los lazos sociales. Estos hallazgos tienen consecuencias en las intervenciones clínicas y de salud pública.