NUEVA YORK (Reuters Health) - Los pacientes con diabetes mal controlada tienen alto riesgo de sufrir complicaciones quirúrgicas y morir después de un reemplazo de cadera o rodilla, afirma un estudio publicado en The Journal of Bone and Joint Surgery.
Mantener los niveles de azúcar en sangre (glucosa) controlados es la clave de un buen control de la diabetes.
El equipo del doctor Milford H. Marchant Jr., del Centro Médico de la Duke University, en Durham, Carolina del Norte, estudió a un grupo de pacientes al que entre 1988 y el 2005 se le había realizado un reemplazo articular.
En total, 920.555 participantes no tenían diabetes, 105.485 presentaban diabetes controlada y 3.973 sufrían diabetes sin controlar.
El equipo halló que, a diferencia de los pacientes con diabetes controlada, en aquellos que no tenían bien controlada la enfermedad se triplicaba el riesgo posquirúrgico de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) o morir, y casi de duplicaba el peligro de sufrir infecciones y sangrado en las heridas.
Hubo 39 muertes (el 1 por ciento) en el grupo con diabetes sin controlar; 248 decesos (el 0,25 por ciento) en la cohorte con diabetes controlada y 2.506 muertes (el 0,25 por ciento) en el grupo sin diabetes.
Eso sugiere que el 8 por ciento de los pacientes diabéticos sometidos a un reemplazo articular en Estados Unidos cada año, obtendría mejores resultados con un mejor control de la diabetes.
Para los investigadores, los riesgos eran más altos independientemente de si los pacientes tenían diabetes tipo 1 (necesitan insulina para controlar el nivel de glucosa en sangre) o tipo 2 (no necesitan insulina).
"Hallamos que los pacientes sufrían menos complicaciones posquirúrgicas si se les controlaban los niveles de glucosa antes, durante y después de la intervención", declaró Marchant.
Los pacientes sin diabetes ocasionaron menos gastos hospitalarios que los diabéticos, mientras que las personas con diabetes controlada tuvieron hospitalizaciones más cortas que aquellas con la enfermedad sin controlar.
"Es clave que los pacientes tengan niveles de glucosa bien controlados antes, durante y después de la cirugía porque eso reduce la probabilidad de sufrir complicaciones. Eso es responsabilidad del paciente y del cirujano, y debería ser una prioridad", añadió Marchant.