Por Kerry Grens
NUEVA YORK (Reuters Health) - Si la norma en un hospital universitario urbano es un indicador, los pacientes operados deberían esperar padecer cuatro o cinco errores de procedimiento durante el período de recuperación, de los cuales la mitad causan un daño real, según un estudio de Reino Unido.
Un equipo especializado en seguridad hospitalaria del Imperial College de Londres monitoreó a todos los pacientes de "un centro de cirugía gastrointestinal importante" durante dos años y determinó reiteradas fallas en los "procesos" de atención, desde la administración de fármacos hasta la entrega de resultados o la comunicación de instrucciones a los pacientes.
El 51 por ciento de esas fallas causaron problemas graves.
"Es simplemente sorprendente y preocupante con los actuales protocolos de seguridad de los pacientes y mi mensaje sería que nuestros protocolos no están cuidando la seguridad de los pacientes", dijo el doctor Philip Stahel, del Centro Médico de Denver y que no participó del estudio.
Aunque la investigación se hizo en un solo hospital de Reino Unido, Stahel está convencido de que los resultados son representativos de los hospitales universitarios de Estados Unidos.
Los autores monitorearon la atención postquirúrgica de 50 pacientes con cirugías digestivas programadas, principalmente por cáncer, entre el 2008 y el 2010. Las internaciones duraron unos 11 días y el equipo realizó controles diarios para conocer cómo el personal médico cumplía los procedimientos de rutina.
El equipo identificó 352 errores, de los cuales 256 fueron por "fallas de procedimiento".
"Las fallas tuvieron muchas causas, pero las dos más comunes y evitables fueron fallas de comunicación entre el personal de la salud y las demoras en el tratamiento o la evaluación clínica", dijo Charles Vincent, profesor del Imperial College de Londres y coautor del estudio.
Una, por ejemplo, fue demorar cinco horas en administrarle un fármaco a un paciente, que lo debería hacer recibido a las 18.00 horas, pero como a las 17.00 le habían hecho una cirugía menor, los enfermeros olvidaron la indicación y recién le administraron la dosis indicada a las 23.00 horas.
Otro error fue haber detectado un problema en un estudio por imágenes que inicialmente había sido considerado normal. Sin embargo, el equipo de cirujanos nunca recibió el informe corregido.
La mitad de los errores causó daños o prolongaron la internación de los pacientes pero ninguno murió por esa causa. Aun así, el equipo publica en Annals of Surgery que el 85 por ciento de los errores era evitable y que tres cuartos de esas fallas dañaron a los pacientes.
Para Stahel, una forma de evitar esos errores es utilizar procesos de seguridad, como el repaso de las instrucciones clínicas para asegurar su correcta comunicación y las listas de control.
Un estudio reciente demostró que el uso de las listas de control en el quirófano reduce casi un 50 por ciento la aparición de coagulo sanguíneos e infecciones por la cirugía.
En tanto, Vincent aclaró que no son la solución definitiva.
"Las listas de control no evitarán todos los errores identificados en el estudio porque el tratamiento postquirúrgico de los pacientes es altamente variable y, por lo tanto, no lo puede cubrir una única lista de control (ni siquiera varias)", dijo a Reuters Health en un correo electrónico.
FUENTE: Annals of Surgery, online 20 de septiembre del 2012