Por Will Boggs
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio sugiere que cuando los pacientes con epilepsia parcial no responden al primer fármaco antiepiléptico (FAE), reemplazarlo con otro producto (antiguo o nuevo) daría buenos resultados.
En el ensayo, el uso de levetiracetam, un FAE más nuevo, no superó de manera significativa los efectos de los FAE anteriores carbamazepina y valproato, según precisó el autor principal.
"Nuestros resultados indican que los pacientes que no responden a un primer FAE obtienen (con el cambio a uno de esos tres fármacos) resultados similares en las metas psiquiátricas, cognitivas, de calidad de vida, de efectos adversos y de control de convulsiones", dijo por e-mail el doctor Terence J. O'Brien, de University of Melbourne, Australia.
Sus conclusiones surgen del ensayo randomizado KONQUEST, que incluyó 99 pacientes con epilepsia parcial resistente a la monoterapia con fenitoína, carbamazepina o valproato.
El ensayo contaba con financiamiento parcial de UCB Pharma, que comercializa el levetiracetam (Keppra). Actualmente, el levetiracetam está aprobado por la FDA como una terapia adyuvante de la epilepsia parcial y no como monoterapia.
En el ensayo KONQUEST, la posibilidad de controlar la depresión en tres meses no varió significativamente entre los pacientes que comenzaron a utilizar levetiracetam o un FAE anterior, según publica el equipo de O'Brien en Archives of Neurology.
La calidad de vida mejoró en todos los grupos, pero significativamente más en los grupos tratados con los FAE más antiguos (71,1 por ciento) que con levetiracetam (48,4 por ciento).
No hubo diferencia entre los grupos en la proporción de pacientes con depresión o ansiedad límite o posible ni en los resultados generales del ítem 89 de la Escala de Calidad de Vida con Epilepsia. Los resultados del Perfil de Efectos Adversos de Liverpool tampoco variaron significativamente.
"A pesar de la impresión clínica generalizada, los pacientes a los que se les cambió el tratamiento por levetiracetam no padecieron una mayor incidencia de efectos adversos psiquiátricos, incluido el nerviosismo, la agresión y la depresión, que los pacientes a los que se les reemplazó el tratamiento con uno de los otros dos antiepilépticos", dijo O'Brien.
"De todos modos, a los pacientes con antecedentes de trastorno de depresión mayor se los excluyó del estudio y, por lo tanto, no podemos determinar si esos pacientes habrían sido más vulnerables a la alteración del ánimo que pueden provocar esos fármacos", agregó.
Los resultados de los tests neurocognitivos no variaron significativamente en ninguno de los grupos ni entre ellos.
Tampoco hubo diferencias significativas entre los grupos en cuanto a las proporciones de integrantes libres de convulsiones a los 12 meses o la proporción de pacientes que no respondieron al tratamiento.
"Los pacientes que no evolucionan favorablemente con el primer FAE, ya sea por un control inadecuado de las convulsiones o los efectos adversos, lograrán una mejoría general en los indicadores psiquiátricos, de calidad de vida y de efectos adversos si cambian a otro FAE. Y esa mejoría se mantiene a los 12 meses de ese cambio farmacológico", concluyó O'Brien.
FUENTE: Archives of Neurology, 2012