Las mejoras en la evaluación y los cambios en el estilo de vida han ayudado a reducir la prevalencia de cánceres comunes en muchos países de altos ingresos, pero en los países de ingresos bajos y medios esas tasas están aumentando a medida que adoptan unos hábitos occidentales malsanos.
En 2012, en todo el mundo hubo un estimado de 14.1 millones de nuevos casos de cáncer y 8.2 millones de muertes por cáncer, y se anticipa que la cantidad de casos de cáncer y muertes por la enfermedad aumente con rapidez a medida que la población crezca, envejezca y adopte estilos de vida que incrementan el riesgo de cáncer, informan unos investigadores.
"No es sorprendente que las tasas más altas de cáncer sigan hallándose en los países de altos ingresos", dijo la autora del estudio, Lindsey Torre, epidemióloga de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society).
Las tasas más altas de cáncer son de los cánceres de colon, pulmón y mama, que se relacionan con factores del estilo de vida como fumar y la obesidad, señaló.
"Pero lo interesante es que en los países de ingresos bajos y medios, comenzamos a ver tasas crecientes de los mismos cánceres que han sido comunes en los países de altos ingresos, debido a la adopción de estilos de vida occidentales, como fumar y el peso corporal excesivo", lamentó Torre.
A medida que los países se hacen más ricos, las personas tienden a fumar más, a comer más comida basura y a ser menos físicamente activas, aumentando así las probabilidades de ciertos cánceres asociados con esos cambios, explicó.
Esos países se encuentran sobre todo en América del Sur, África y Asia, dijo Torre.
"No son buenas noticias para los países de ingresos bajos y medios", afirmó Torre. A medida que la incidencia de esos cánceres aumenta, esos países quizá no tengan los recursos para gestionar este creciente problema. Muchos de esos países no tienen programas de evaluación y quizá no puedan detectar y tratar esos cánceres tan bien como los países más ricos, dijo.
"Al mismo tiempo, esos problemas siguen teniendo la mayor cantidad de cánceres relacionados con las infecciones, que son menos comunes en los países de altos ingresos", comentó Torre. Éstos incluyen el cáncer de estómago, el cáncer de hígado y el cáncer de cuello uterino. "Para esos países es un doble problema", advirtió.
El informe aparece en la edición del 14 de diciembre de la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention.
Usando datos de una base de datos internacional sobre el cáncer, Torre y sus colaboradores de la Sociedad Americana Contra El Cáncer recolectaron datos sobre los casos y las muertes por cáncer entre 2003 y 2007.
En concreto, observaron ocho cánceres importantes: los cánceres de mama, próstata, colon, pulmón, esófago, estómago, hígado y de cuello uterino. En conjunto, conforman alrededor del 60 por ciento de los casos y las muertes por cáncer en el mundo, dijeron los investigadores.
El Dr. David Katz, director del Centro de Investigación sobre la Prevención de la Universidad de Yale y presidente del Colegio Americano de Medicina del Estilo de Vida (American College of Lifestyle Medicine), afirmó que "este trabajo es un recordatorio importante y oportuno sobre nuestra capacidad considerable de influir en la frecuencia del cáncer, y también en la trayectoria de la enfermedad".
Los tratamientos para el cáncer están mejorando en los países de ingresos altos, y eso explica los mejores resultados en el cáncer, comentó.
"Pero los declives en las tasas de cáncer son prueba de que cuando abordarnos los factores de riesgo (como fumar, los agentes infecciosos y la dieta), el cáncer con frecuencia es prevenible", enfatizó Katz.
"En este contexto, es tanto trágico como inadmisible que los países ricos estén exportando activamente los factores de riesgo del cáncer y de otras enfermedades crónicas a los países en desarrollo", lamentó.
Por ejemplo, a medida que las dificultades para la venta de cigarrillos en Estados Unidos han incrementado, las exportaciones de tabaco han aumentado. Estados Unidos también está exportando comida rápida, comida basura, refrescos, tecnología para ahorrar trabajo y prácticas de estilo de vida que fomentan la obesidad y la diabetes, enumeró.
"Estamos exportando las causas del cáncer, y por tanto los casos de la enfermedad", señaló Katz. "Se está priorizando las ganancias por encima de las vidas humanas. Saber esto, y seguir haciéndolo, debe avergonzarnos a todos".
FUENTES: Lindsey Torre, M.S.P.H., epidemiologist, American Cancer Society; David Katz, M.D., M.P.H., director, Yale University Prevention Research Center, New Haven, Conn., and president, American College of Lifestyle Medicine; Dec. 14, 2015, Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention