Muchos mejoran después de la operación

Trastornos de salud mental y cirugía bariátrica

Pero las afecciones del estado de ánimo no parecen afectar a la pérdida de peso postquirúrgica

Fuente: MedlinePlus

Muchas personas que se someten a una cirugía por una obesidad grave podrían también sufrir de afecciones de salud mental, en particular depresión y trastorno por atracón, encuentra una revisión reciente.

El análisis de 68 estudios encontró que casi una cuarta parte de los candidatos a una cirugía para la obesidad tenían un trastorno relacionado con el estado de ánimo, que por lo general era la depresión. Otro 17 por ciento sufrían de un trastorno por atracón, informan los investigadores el 12 de enero en la revista Journal of the American Medical Association.

La cirugía para la obesidad, que se conoce médicamente como cirugía bariátrica, puede ser una opción para las personas con un sobrepeso grave, por lo general de 100 libras (unos 45 kilos) o más.

Y aunque los médicos saben que los pacientes con frecuencia también tienen síntomas de salud mental, no ha estado claro qué tan común es este hecho, señaló el autor del estudio, el Dr. Aaron Dawes.

"Lo que nos sorprendió es que tanto la depresión como el trastorno por atracón se produjeran más del doble de veces que en la población general de EE. UU.", dijo Dawes, residente de cirugía general de la Universidad de California, en Los Ángeles.

La buena noticia fue que la revisión no encontró una evidencia clara de que las afecciones de salud mental afectaran la pérdida de peso de los pacientes tras la cirugía.

Eso es reconfortante, dijo Dawes, porque esa posibilidad ha generado algunas preocupaciones.

Hay distintas formas de cirugía para la obesidad, pero en general todas alteran al tracto digestivo para limitar la cantidad de comida que una persona puede consumir. Dawes anotó que los candidatos a la cirugía deben comprometerse con una nueva forma de alimentación, tanto para perder peso como para permanecer sanos, y ha habido dudas sobre si las personas con una peor salud mental pueden manejar los cambios postquirúrgicos.

"Este análisis no respalda la idea de que a estos pacientes les vaya peor", dijo Dawes.

Por otro lado, añadió, los hallazgos muestran la importancia de tomar en cuenta la salud mental de los candidatos a cirugía para la obesidad.

"Los médicos deben estar conscientes de que las afecciones de salud mental son comunes en estos pacientes, y remitirlos a tratamiento si es necesario", planteó Dawes.

El procedimiento estándar conlleva que los pacientes realicen algún tipo de evaluación de salud mental antes de someterse a una cirugía para perder peso.

Lo normal es que la realice un profesional en salud mental, que entonces aconsejaría al equipo quirúrgico sobre cómo proceder si el paciente presenta una afección psiquiátrica, señaló el Dr. Bruce Wolfe.

Wolfe, vocero de la Sociedad de la Obesidad (Obesity Society), es cirujano bariátrico de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón, en Portland.

"Los trastornos de salud mental sin duda son prevalentes entre los individuos con obesidad grave, así que la evaluación es importante", dijo Wolfe, que no participó en el estudio.

Pero enfatizó que un diagnóstico de salud mental no descalifica de forma automática a una persona de hacerse la cirugía, como temen algunos pacientes.

Una persona con una depresión moderada se gestionaría de forma distinta que alguien que tiene pensamientos suicidas, por ejemplo, señaló Wolfe. El paciente suicida no sería un candidato para la cirugía. El paciente deprimido podría someterse a la cirugía y recibir terapia para la depresión, aunque aún queda la pregunta de si eso debe suceder antes o después de la cirugía, anotó.

En cuanto al trastorno por atracón, dijo, quizá pueda parecer como una afección que excluiría a las personas de una cirugía para la obesidad, dado que tienen que limitar su consumo de comida de forma estricta.

Pero como muestra la revisión actual, los estudios han encontrado que a las personas con el trastorno les va igual de bien que a otros pacientes, dijo Wolfe.

Eso podría deberse en parte a que algunos reciben terapia para sus atracones, comentó Wolfe. Pero dijo que la cirugía también tiene efectos sobre el sistema nervioso y el sistema hormonal que podrían ayudar a aliviar los atracones.

Según esta revisión, la gente con depresión también puede mejorar tras la cirugía. En siete estudios, la prevalencia de depresión se redujo entre un 8 y un 74 por ciento tras la cirugía. La gravedad de los síntomas depresivos de los pacientes también se redujo, entre un 40 a un 70 por ciento.

"No sugerimos que la gente se someta a una cirugía bariátrica para tratar la depresión", aclaró Dawes. Pero, añadió, es alentador ver que la depresión se hace menos común tras la cirugía.

Según Dawes, el hecho de que las afecciones de salud mental fueran tan comunes en este estudio podría ayudar a aliviar pate del "estigma" que los pacientes podrían sentir.

"No está solo", dijo.

Wolfe se mostró de acuerdo. "Las afecciones de salud mental se deben considerar como otra comorbilidad potencial de la obesidad grave, igual que la diabetes o la hipertensión", planteó.


FUENTES: Aaron Dawes, M.D., general surgery resident, David Geffen School of Medicine, University of California, Los Angeles; Bruce Wolfe, M.D., spokesperson, Obesity Society, and surgeon, Oregon Health & Science University, Portland; Jan. 12, 2016, Journal of the American Medical Association