Unos investigadores afirman haber identificado genes relacionados con la inmunidad que podrían proteger a las personas de la enfermedad producida por la E. coli.
La E. coli es la principal causa de diarrea provocada por bacterias, y proviene de los alimentos, del ambiente o de los intestinos de las personas y los animales. Pero aunque el germen hace que algunas personas caigan extremadamente enfermas, tiene poco o ningún efecto sobre otras, señalaron los investigadores.
En el estudio, los investigadores expusieron a 30 adultos sanos a la E. coli, y tomaron muestras de sangre para analizar la expresión genética de los voluntarios, que es el grado en que algunos genes se activan o desactivan.
Cuando los investigadores compararon a los participantes que enfermaron con los que permanecieron bien, hallaron unas diferencias significativas en la actividad de 29 genes relacionados con la inmunidad.
"Dentro de cada grupo, hubo cambios en los patrones de expresión genética de los pacientes, que sucedieron durante todo el experimento", señaló en un comunicado de prensa de la Universidad de Duke el autor principal del estudio, el Dr. Ephraim Tsalik, profesor asistente de medicina de la universidad en Durham, Carolina del Norte.
"Hallamos que habían diferencias en los sujetos que parecían predecir quién enfermaría. Las interpretamos como señales que muestran una resistencia innata a la infección. Podría haber ciertos rasgos genéticos que pueden aumentar o reducir las probabilidades de infectarse tras la exposición a un patógeno", explicó.
El estudio aparece en una edición reciente de la revista Journal of Infectious Diseases.
El próximo paso es observar otros tipos de infección, incluyendo enfermedades virales y respiratorias como la influenza.
"Encontramos un conjunto de genes relacionados con la inmunidad en el cual enfocarnos", dijo Tsalik. "Ahora, si podemos comprender cómo la expresión de esos genes imparte esa resistencia y esa susceptibilidad, quizá podamos ofrecer nuevas formas de reforzar el sistema inmunitario para que ofrezca una protección contra infecciones prevalentes como la E. coli, o para predecir mejor quién está en el mayor riesgo de sufrir de una infección".
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., la enfermedad por la E. coli aparece en un promedio de tres o cuatro días tras ingerir el germen. La enfermedad puede ser grave e incluir diarrea, con frecuencia sanguinolenta, y calambres abdominales.
La mayoría de personas se recuperan en un plazo de una semana, pero en algunas la enfermedad puede progresar a una insuficiencia renal. Los niños menores de 5 años, los adultos mayores y las personas que tienen sistemas inmunitarios debilitados son los que están en mayor riesgo de enfermedad por la E. coli, señalan los CDC.
FUENTE: Duke University