Un estudio preliminar sugiere que el estrés emocional aumenta cuando esa fase está alterada, creando un 'círculo vicioso'
Al dormir, la fase MOR (movimiento ocular rápido) es en la que aparecen los sueños, y no dormir bien durante esta fase se ha asociado desde hace mucho tiempo con el insomnio crónico.
Pero una nueva investigación amplía esa asociación, y sugiere que dormir mal y de forma "inquieta" durante la fase MOR, tal y como lo experimentan los pacientes de insomnio podría, a su vez, reducir su capacidad de hacer frente al estrés emocional, lo que aumenta el riesgo de depresión o ansiedad crónicas.
"Estudios anteriores han apuntado a la fase MOR del sueño como la candidata más probable implicada en la regulación de las emociones", comentó el autor del estudio, Rick Wassing, candidato doctoral en el Departamento de Sueño y Cognición del Instituto de Neurociencia de los Países Bajos, en Ámsterdam.
Wassing indicó, por ejemplo, que cuando la fase MOR está empezando, las hormonas clave de la activación (arousal), como la serotonina, la adrenalina y la dopamina están inactivas. Esto, añadió, podría indicar que cuando se duerme bien en la fase MOR es cuando el impacto emocional de los recuerdos se procesa y resuelve adecuadamente.
Pero cuando el sueño en la fase MOR está alterado, se puede acumular el malestar emocional. Y Wassing dijo que los hallazgos actuales indican que con el tiempo esta acumulación lleva finalmente a un "círculo vicioso" de un estado de activación demasiado alto, durante el cual el insomnio fomenta el malestar, que fomenta la activación, lo que fomenta el insomnio continuo.
Wassing y sus colaboradores comentan sus hallazgos en la edición temprana de la revista PNAS, publicada el 8 de febrero.
Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de EE. UU., dormir conlleva entrar en 5 fases diferentes, lo que de forma amplia es el paso del sueño ligero, al sueño profundo y al sueño MOR. Este ciclo se repite entonces varias veces a lo largo de la noche.
La última fase, MOR, se caracteriza por una respiración rápida y superficial, un movimiento ocular rápido, y un aumento de la frecuencia cardiaca y la presión arterial. También da lugar a los sueños. Los expertos creen que la fase MOR activa los centros cerebrales que son fundamentales para el aprendizaje, y podría ser vital para el desarrollo saludable del cerebro de los niños.
Para explorar la importancia de dormir bien en la fase MOR con respecto a la regulación emocional, los investigadores holandeses realizaron un estudio con dos partes.
La primera parte consistía en la respuesta a un formulario por parte de casi 1,200 participantes (con un promedio de 52 años de edad) que se inscribieron en el Registro Holandés del Sueño. Pidieron a todos que hicieran un autorreporte sobre la gravedad de su insomnio, además de su malestar emocional, su nivel de activación y/o los pensamientos perturbadores que tenían por las noches.
La segunda parte contó con 19 mujeres y 13 hombres (con un promedio de edad de casi 36 años). La mitad no presentaban problemas previos para dormir; la otra mitad sufrían de insomnio.
Durante 2 noches durmieron monitorizados en un laboratorio, durante las cuales se registró la actividad de las ondas eléctricas cerebrales (mediante una electroencefalografía) para identificar las fases del sueño. Todos rellenaron un formulario sobre sus propias experiencias con los pensamientos perturbadores que tenían por las noches.
El resultado: después de comparar los registros de la actividad cerebral con los informes de malestar por la noche experimentados por las personas de ambos grupos, los investigadores concluyeron que cuanto más alterado estuviera el sueño en la fase MOR, más problemas sufrían los participantes para dejar de lado el malestar emocional.
A su vez, a medida que el malestar aumentaba, también lo hizo el nivel de activación, lo que hizo que fuera cada vez más difícil descansar al dormir por la noche.
"La posible solución sería estabilizar el sueño MOR", dijo Wassing. Pero, añadió, "investigaciones futuras han de averiguar" si esto es cierto y si la terapia cognitivo-conductual podría ser útil.
Janis Anderson es profesora asociada de psicología en el Hospital Brigham and Women's de Boston. Sugirió que ambas cosas todavía están por aclarar.
"Las complejas interrelaciones entre el sueño y el estado de ánimo, incluyendo los problemas clínicos en el estado de ánimo, como una depresión mayor y un trastorno bipolar, se conocen bien", señaló. "Esta sigue siendo un área importante de investigación, pero también es un área en la que las sugerencias especulativas dadas a los pacientes pueden dejar atrás rápidamente a las evidencias".
Y Anderson advirtió que "aquí [en el nuevo estudio] no se ha medido nada directamente en pacientes clínicos reales que justifique algún tipo de consejo en relación a los trastornos del estado de ánimo u otros". Afirmó que el mejor uso que se puede hacer de los hallazgos es como un mapa de carreteras teórico para futuras investigaciones sobre el modo en que el sueño afecta a la regulación emocional.
FUENTES: Rick Wassing, Ph.D. candidate, Department of Sleep and Cognition, Netherlands Institute for Neuroscience, Amsterdam; Janis L. Anderson, Ph.D., associate psychologist, Department of Psychiatry, Brigham & Women's Hospital, and assistant professor of psychology, Department of Psychiatry, Harvard Medical School; Feb. 8, 2016, PNAS