Ninguna restricción con respecto a las grasas saludables

La dieta mediterránea rica en grasas es beneficiosa

Seguía protegiendo contra la diabetes, la enfermedad cardiaca y el cáncer de mama

Fuente: MedlinePlus

Incluso una dieta mediterránea rica en grasas podría proteger contra el cáncer de mama, la diabetes y la enfermedad cardiaca, según una nueva revisión.

"Si usted sigue una dieta mediterránea, probablemente tendrá menos ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares (ACV), y tendrá menos probabilidades de desarrollar cáncer de mama y diabetes", afirmó la investigadora principal, la Dra. Hanna Bloomfield, profesora de medicina en la Universidad de Minnesota y jefa asociada del personal de investigación en el Sistema de Salud de VA en Minneapolis.

Connie Diekman, directora de nutrición universitaria de la Universidad de Washington, en St. Louis, afirmó que los hallazgos son un buen recordatorio de que centrarse en el patrón general de la dieta (y no en alimentos o nutrientes individuales) es la clave para la salud.

"Siempre se ha demostrado que el impacto de la dieta mediterránea en la salud se debe al patrón de comida vegetal, y este estudio parece respaldar de nuevo esa premisa", dijo Diekman.

Bloomfield y su equipo observaron los estudios publicados de 1990 a abril de 2016.

"Examinamos un total de 56 estudios", dijo. Aunque la definición de una dieta mediterránea difiere, la definieron como un plan que tenía al menos dos de siete componentes y ninguna restricción con respecto a las grasas saludables. Los siete componentes incluyen: una proporción alta de grasas monoinsaturadas frente a las saturadas (por ejemplo, más aceite de oliva y menos grasas de procedencia animal); una ingesta alta de fruta y verdura; una ingesta alta de legumbres (como las semillas y los frijoles); una ingesta alta de granos y cereales; un consumo moderado de vino tinto; una ingesta moderada de productos lácteos; y un consumo bajo de carne y productos cárnicos, con un mayor consumo de pescado.

Algunos de los estudios que Bloomfield calificó como de peor calidad sugirieron que también podría haber un riesgo más bajo de cáncer de colon.

Pero "no hubo un efecto en la mortalidad por cualquier causa", añadió Bloomfield. Pero, sugirió, la cantidad de personas a las que se dio seguimiento quizá no era lo suficientemente grande para mostrar eso. Para ser incluido en la revisión, cada estudio debía tener al menos 100 participantes a los que se diera seguimiento durante al menos un año.

Un estudio de gran tamaño que revisaron los investigadores descubrió que consumir una dieta mediterránea se vinculó con un riesgo un 30 por ciento más bajo de ataque cardiaco, ACV y diabetes, y con un riesgo más de un 50 por ciento más bajo de cáncer de mama.

Los investigadores solo encontraron una asociación, pero no pudieron probar causalidad. Otra investigación sugiere que la dieta podría producir los beneficios para la salud al reducir el nivel de colesterol, el peso corporal y el nivel de azúcar en la sangre, entre otras cosas. La dieta también incluye antioxidantes, y eso también podría fomentar una mejor salud.

Pasar a una dieta mediterránea puede hacerse de forma gradual, convinieron Diekman y Bloomfield.

"Lo primero que yo haría es empezar usando solamente aceite de oliva o de canola en mi cocina", dijo Bloomfield. Coma más pollo y pescado y menos carne roja, y más frutos secos en lugar de papas fritas, añadió.

Diekman sugirió que se añada más verduras a los platos, y usar fruta como guarnición de los cereales, la ensalada e incluso la carne. Luego, añada algunos frijoles a los platos de carne o en lugar de la carne.

El estudio aparece en la edición en línea del 18 de julio de la revista Annals of Internal Medicine.

El Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU. fue el principal patrocinador de este estudio.


FUENTES: Hanna Bloomfield, M.D., M.P.H., professor, medicine, University of Minnesota, and associate chief of staff for research, Minneapolis VA Medical Center; Connie Diekman, R.D., M.Ed., director, university nutrition, Washington University, St. Louis; July 18, 2016, Annals of Internal Medicine