Se ha encontrado que comer una dieta mediterránea, rica en alimentos vegetales, pescado y aceite de oliva, es bueno para la salud del corazón y del cerebro, y para la salud en general. Ahora, un nuevo estudio español sugiere que la dieta, complementada con aceite de oliva, podría también reducir el riesgo de cáncer de mama.
Los investigadores asignaron al azar a más de 4,200 mujeres de 60 a 80 años de edad a comer una dieta mediterránea complementada con aceite de oliva o frutos secos, o a una dieta de control baja en grasa.
"Encontramos un efecto potente en una intervención dietética a largo plazo con la dieta mediterránea y el aceite de oliva adicional sobre la incidencia del cáncer de mama", señaló el Dr. Miguel Ángel Martínez González, investigador de la Universidad de Navarra en Pamplona, España.
En comparación con el grupo de la dieta de control, el grupo de la dieta mediterránea más el aceite de oliva presentó un riesgo un 68 por ciento más bajo de cáncer de mama durante un seguimiento de unos cinco años.
La dieta mediterránea con los frutos secos también redujo el riesgo, pero los resultados no se consideraron estadísticamente significativos.
Durante el seguimiento, se diagnosticaron 35 casos nuevos de cáncer de mama.
Las mujeres, que se inscribieron en el estudio entre 2003 y 2009, tenían un riesgo alto de enfermedad cardiaca, y su índice de masa corporal (IMC) promedio era de 30, lo que se considera obesidad. La obesidad en sí es un factor de riesgo del cáncer de mama.
El estudio se realizó en el contexto de un estudio de mayor tamaño conocido como PREDIMED, diseñado para observar el efecto de la dieta sobre la prevención de las enfermedades cardiacas. Aparece en la edición en línea del 14 de septiembre de la revista JAMA Internal Medicine. Algunos de los coautores reportaron haber recibido subvenciones de la industria de los frutos secos y honorarios de compañías farmacéuticas.
Los autores anotaron que el estudio tuvo ciertas limitaciones, incluyendo que el cáncer de mama no era el punto final principal y que no estaba claro si el aceite de oliva era beneficioso si se tomaba solo o si se tomaba como parte de la dieta mediterránea.
¿Cómo podría funcionar el aceite de oliva añadido a la dieta?
Martínez González especuló que las sustancias del aceite de oliva podrían inhibir el crecimiento de las células del cáncer de mama y eliminar las células anómalas, entre otros mecanismos potenciales.
Al grupo del estudio que añadió aceite de oliva se le indicó que comieran unas cuatro cucharadas al día, dijo Martínez González, y que lo usaran para untar, para ensaladas, y para cocinar y freír. Al grupo de los frutos secos se le indicó que añadieran más o menos una onza (unos 28 gramos) de frutos secos al día, la mitad nueces y la otra mitad dividida entre avellanas y almendras.
Aunque el estudio se llevó a cabo con mujeres de España, "no hay motivo para creer que estos mecanismos biológicos no funcionarían en mujeres de otras regiones geográficas", comentó Martínez González.
La investigación también sugiere que nunca es demasiado tarde para cambiar los hábitos alimenticios para la salud, añadió.
Connie Diekman, directora de nutrición universitaria de la Universidad de Washington, en St. Louis, revisó los hallazgos del estudio.
"Este estudio ofrece una observación interesante sobre el rol potencial de las grasas, tanto el total como el tipo de grasa, sobre la incidencia del cáncer de mama", dijo Diekman, autora de "The Everything Mediterranean Diet Book".
Añadió que "aunque el número de casos de [cáncer de mama] fue bajo, y por eso decir con certeza que la dieta fue el factor que hizo la diferencia resulta difícil, vale la pena evaluar el hecho de que la dieta con el aceite de oliva virgen extra resultara en menos casos de cáncer de mama".
Diekman añadió que quedan preguntas, sobre el impacto de la nutrición que las mujeres tenían antes del estudio, y la forma en que el ejercicio y otros factores podrían haber desempeñado un rol.
"Como dietista registrada, el mensaje principal que saco de este estudio es que el apoyo que recibe el valor de la dieta mediterránea de las investigaciones sigue aumentando. Cambiar un plan de alimentación para que contenga más alimentos vegetales y grasas vegetales beneficiará a toda la salud, aunque no comprendamos los mecanismos del todo", afirmó.
La Dra. Lesley Taylor, cirujana del seno y profesora clínica asistente de oncología quirúrgica del Programa del Seno del Centro Oncológico City of Hope en Duarte, California, también revisó los resultados, y anotó que los puntos fuertes del estudio incluyen a una gran cantidad de mujeres.
Afirmó que los hallazgos del estudio son "una magnífica noticia para las personas interesadas en la prevención del cáncer de mama".
Pero, añadió Taylor, los hallazgos quizá no apliquen a todos los grupos de mujeres. "Se siguen necesitando estudios a mayor plazo", dijo.
Otras estrategias para reducir el riesgo de cáncer de mama que Taylor recomienda incluyen comer una dieta rica en verduras, beber alcohol solo con moderación, no fumar y someterse a pruebas de detección del cáncer de mama según la recomendación del médico.
FUENTES: Miguel Angel Martinez Gonzalez, M.D., researcher, University of Navarra, Pamplona, Spain; Connie Diekman, Ed.D., R.D., director of university nutrition, Washington University in St. Louis, Mo.; Lesley Taylor, M.D., breast surgeon and assistant clinical professor of surgical oncology, Breast Program, City of Hope, Duarte, Calif.; JAMA Internal Medicine